La salud mental de los menores no es algo que pueda pasar desapercibido o que no sea importate, ¡¡¡es salud!!! Los chicos en Argentina están atrapados y desamparados en egoísmo. Nadie registra lo que sufren los menores… son rehenes en batallas de adultos.
Sobre todo, de las de los políticos de turnos –que solo saben sembrar discordia–.
Estamos viendo que –durante la pandemia– los niños manifestaron la necesidad de «estar con el otro»; a pesar de ser una generación digital, no se puede reemplazar la necesidad del otro, de contar con el otro, de reunirse entre pares.
Si fuéramos personas inteligentes, usaríamos la Pandemia para aprender cosas. Por poner un ejemplo, un dato esencial, algún día otros tomaran la posta y esos otros son personas, son nuestros hijos, nuestros nietos. Debemos ver que en todo el planeta los que más sufrieron fueron los menores.
En Argentina más de la mitad de la población es pobre y abundan niños vulnerables, pobres. Pero no solo están ellos –a los que de inmediato se les debe dar solución– también están nuestros hijos en esta situación.
La salud mental de los menores hoy
A los niños hay que tratarlos como seres humanos a los que se debe respetar. La mayoría de los adultos en el afán de pelearse o de hacerles la vida imposible a los componentes de un bando político contrario, en los contextos de gobierno, se olvidan de las necesidades reales de los jóvenes.
De esos jóvenes que serán el futuro y a los que, con nuestra desidia y negligencia para con ellos, exponemos al sufrimiento. Por lo tanto, todas estas conductas las copiarán y las replicarán cuando sean grandes. Tomen, pues, decisiones señores y señoras políticos, pero luego, no nos horroricemos.
La pandemia dejó al desnudo mucho de los problemas de la sociedad y, sobre todo, de la educación a nivel mundial.
En Argentina, decimos que con respecto a la mayoría de las cosas que todo está «atado con alambre», que no estamos preparados para esto, que “todos” sabíamos que esto no funcionaba, pero el futuro de nuestro país no puede ir siempre a la deriva.
Los menores son rehenes
La situación de desprotección va in crescendo en detrimento de los derechos de los menores, son rehenes de todos nosotros.
Los menores en Argentina están siendo maltratados de una manera deliberada, por nosotros los grandes. Nos estamos comportando de una manera miserable, no creo que acá quede alguien sin culpas.
En un momento de enojo pienso que los niños hace un año que están atrapados detrás de las pantallas. El debate siempre es enriquecedor y bienvenido, menos cuando se hace en forma cíclica, a la argentina, y en forma violenta y egoísta solo por réditos políticos.
Diversos actores sociales, cada uno, desde su lugar de acción, tienen la responsabilidad compartida de originar el bienestar de nuestra niñez y la defensa de sus derechos.
En los últimos años, en la Argentina, se han aprobado leyes que han adecuado la legislación nacional a los nuevos enfoques y disposiciones establecidos en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.
La ley está solo falta que se pueda cumplir, porque, si no, es letra muerta.
Somos egoístas, nunca nos ponemos de acuerdo. Luego de un año solo ven que «tironeamos» en nombre de ellos, no dialogamos, a saber: «que si hay clases, que si no hay clases»… todo eso se resuelve ¡¡¡a las once de la noche!!! Nuestras miserias son un ring de batalla.
Decimos ocuparnos de ellos, pero están siendo rehenes:
- De los políticos, que no saben dialogar,
- De nosotros que decimos estar agotados y que ya resolveremos lo que les pasa,
- Todo es «politiquería», nada de POLÍTICA.
También puede ser de tu interés:
Equidad educativa para no hipotecar el futuro.
Las funciones ejecutivas como pilar fundamental del ser humano y su desarrollo desde la infancia.
Enseñar a transgredir. Por bell hooks.
Gente peleando en Argentina
Todo es para que lo resuelva la justicia. ¿No nos damos cuenta que la pandemia aumentó las vulnerabilidades de todos, en especial la de los niños? Los chicos miran el mundo generalmente para arriba y solo ven gente peleando por todos lados.
A veces, pienso que los adultos tenemos desprecio por la salud mental de los chicos. Todo lo convertimos en un ring, todo. ¿En los gobiernos no alcanzan las sillas para dialogar? Los padres, la mayoría, estamos hartos de la falta de capacidad para dialogar, no sabemos trabajar en equipo.
Los menores y el mañana no pueden seguir siendo rehenes de la soberbia de adultos. Urge una Justicia Capacitada y un Poder Político preparado con el Interés superior de nuestros niños como Norte.
El acceso a la educación inclusiva, de calidad y en igualdad de condiciones es, sin duda, el derecho de la infancia que más impacto ha sufrido por la COVID-19. A modo de ejemplo, podemos recordar el Artículo 31 – Esparcimiento, juego y actividades culturales.
“El niño tiene derecho al esparcimiento, al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales”.
La Convención sobre los Derechos del Niño es el acuerdo internacional más importante que reconoce los derechos sociales, políticos, culturales y económicos para los niños en el mundo, el artículo 5° de la CDN determina cuál es el rol de los padres o persona que esté a cargo del menor y del Estado.
Con este pacto, comienza la ciudadanía para muchos niños, que ahora son considerados sujetos de derecho. No podemos dilapidar así nuestro futuro.
El debate siempre es enriquecedor y bienvenido, menos cuando se hace de forma cíclica, «a la argentina», sin una verdadera política.
Diversos actores sociales, cada uno, desde su lugar de acción, tienen la responsabilidad compartida de originar el bienestar de nuestra niñez y la defensa de sus derechos.