Equidad educativa es una expresión que entendemos como «justicia educativa». Alumnos ricos y alumnos pobres es lo que va a dejar esta pandemia, no solo en mi país, Argentina, sino que esto se da en el mundo. En Argentina, el sistema educativo es inequitativo.
La escuela está cada día más lejos de generar oportunidades de movilidad social ascendente. Es triste, pero lo vivimos diario. Vamos decirlo lo más claro posible: el asistencialismo permanente en los gobiernos –como única política de gobierno para erradicar la pobreza, sin educación de calidad, sin trabajo genuino– es el arma más poderosa para mantener la pobreza estructural.
«El 1% de los ricos del mundo acumula el 82% de la riqueza global».
Muy desigual, ¿no te parece»
Equidad educativa en América Latina
¿Cuán necesaria es la escuela, la equidad educativa, en nuestras sociedades? La educación se correlaciona con los beneficios sociales y económicos, el resultado de esto es futuro: desarrollo o quedarse anclados en el pasado.
Lo que sí es seguro es que en educación nada será lo mismo después del tiempo de pandemia. Especialmente, en los sectores vulnerables que, en Argentina y en América Latina, engloban a ¡¡¡más de la mitad de la población!!! ¿Es esto equidad educativa?
En Argentina, según datos de la UCA tenemos estas realidades:
- 44,2% de los argentinos es POBRE.
- 62,9% de los chicos es pobres.
- 1 millón de chicos luego de esta Pandemia ¡¡¡no volverá a clases!!! y esto crece día a día. ¿Creés que a alguien le preocupa la equidad educativa?
Entre 2019 y 2020, 10,3% y 13,7% de las personas cayeron en situación de indigencia y pobreza. El informe muestra que el déficit de asistencia al sistema educativo, alumnos entre 4 a 17 años. El presupuesto para ciencia 0,47%, salud 0,53% y educación 1,3%.
La injusticia educativa reproduce desigualdades sociales, los países con la distribución más equitativa de la riqueza son los que logran mayor justicia educativa, o como le hemos llamado aquí equidad educativa. Son estos países los que más crecen en equidad. A estos países, sí les importa que no haya pobres en sus calles, que no haya «rehenes» de la mala (pésima) política.
Todo lo contrario a la Justicia educativa que hay en los países de América, donde hay una exclusión de los sectores vulnerables debido a que no tenemos equidad educativa. La educación en nuestros países parece no ser un derecho y se transforma en un privilegio previo pago, se «medievaliza» en donde se suman privilegios.
Si vivís en tal zona o tus papás ganan un determinado salario, eso hablaría de tu educación, de tu futuro.
La equidad educativa tiene que combatir las desigualdades que hay en nuestra sociedad, no incrementarlas como vemos hoy día. Los ministerios de educación tienen que velar, planificar y ejecutar una educación plena en calidad.
En los sistemas educativos de Latinoamérica, luego de esta Pandemia, están mostrando síntomas de fraccionamiento y desigualdad muy pronunciados, muestran tasas de fracaso y abandono escolar ¡¡¡más altas!!! de las que ya teníamos.
La equidad educativa debe tener como base la toma de conciencia –permanente– de que el cambio es bueno y necesario, para mejorar y ser el facilitador del desarrollo pleno de las personas.
Sin justicia educativa, no hay inclusión
La educación nos iguala y nos proyecta hacia la excelencia. En Educación no tiene que existir la grieta, como hay en la política, no seamos egoístas. La equidad educativa es una política de estado.
El daño que se le hace a la educación por no ser tenida como una política de estado, nos condenará siempre a incrementar la pobreza, a formar alumnos rehenes, condenados más bien, de los gobiernos de turno. A alejarnos, cada vez más, del ideal de justicia, de equidad educativa.
Cuando una gran parte de la sociedad cree que la responsabilidad educativa es solo tarea de los docentes, cuando los políticos de turno creen que solo es una política de gobierno en que solo se escucha la palabra crisis, ahí no hay justicia educativa.
La educación en Argentina y América se mueve por los heroísmos de los docentes de aula; y esto, nos tememos, no es educar para la equidad: es un verdadero elemento para una injusticia educativa.
Con justicia y equidad educativa tendremos un sistema de educación más justo e incluyente, que permita que todos dispongan de las ventajas de una buena educación. Una educación sin equidad educativa no tiene valor, la educación no puede estar secuestrada por las políticas de gobierno.
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Equidad educativa y oportunidades de aprendizaje
Las oportunidades de aprendizaje tienen que ser claras, la calidad del sistema educativo siempre es un tema es central jamás debe ser negociable por eso sí se tiene que pensar, analizar, debatir un adecuación al largo plazo una educación como política de estado.
El éxito de estos países, la promocionada calidad educativa de Finlandia, de Corea de Sur, Japón se debe a que la educación es reconocida como el principal factor de desarrollo, de bienestar de sus integrantes y en esto se invierte educación no se gasta en educación.
Sus logros educativos se han logrado gracias a dos ideas claves principales: el valor de aprender y la importancia que le dan a sus docentes de aula no a las políticas salidas de los escritorios.
La educación no es un envoltorio permanente, no es una cascara, educar debe ser un fruto permanente.
«No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase».