Democratización digital: entre la alfabetización y la brecha digital

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Hoy –en nuestra sociedad digital–, el tiempo avanza rápido: no pide autorización para entrar y aprender como se debe. Sí, lo sostengo, es avanzada, pero… ¿Para quién? La brecha digital es una realidad absoluta.

Brecha digital

Todos estamos de acuerdo en que hay un nuevo paradigma comunicacional y educativo en este siglo XXI, pese a todo:

  • ¿Estamos todos preparados para la brecha digital?
  • ¿Estamos todos en el mismo camino, y nivel de avances en el uso de la tecnología?
  • ¿Qué papel juega en este escenario la obsolescencia programada?
  • ¿Qué rol desempeñan docentes, alumnos, padres… ante este cambio que avanza, por momentos, descontrolado?

A mi juicio, las nuevas formas de aprendizaje, con las Nuevas Tecnologías, deben ayudar a desentrañar, dilucidar, algunas de las variables del mundo actual relacionadas con el aprendizaje educativo; para sobrevivir –como humanos pensantes que somos–, porque el mundo está cada vez más despersonalizado. La razón de todo ello es que tendemos a darle más valor a las herramientas tecnologías que a la propia inteligencia humana. De esta manera, estamos perdiendo uno de los valores fundamental de la educación.

brecha digital

La socialización primaria, el contacto con el otro y la brecha digital

Desde la Revolución del Neolítico –hace más de 10.000 años– hasta la revolución que ha supuesto el desarrollo de la nanotecnología; hemos «interiorizado» una cantidad ingente de cambios logrados por el ser humano. Con todo, también hemos observado, a nuestro pesar, las injusticias que se han perpetrado por causa de este tipo de revoluciones, recordemos algunos ejemplos:

  • Costes de adaptación.
  • Edad.
  • Costumbres.
  • Resistencia al cambio –e, incluso, los miedos que se suscitan ante él–.

Como escenario de estos cambios, observamos un fenómeno que –siempre– se repite: la «bisagra generacional». Se necesita de predisposición para aprender. Ahora bien, tal predisposición debe adaptarse a los tiempos en que vivimos y a las herramientas que la mayoría de nosotros posee.

La llegada de estos nuevos conocimientos y las herramientas de aprendizaje deben integrarse de manera simbiótica. Es, justo en este proceso, donde tiene que hacerse visible el docente:

  • Quien enseña.
  • Quien guía.
  • Quien interactúa sobre cuáles serán las ventajas y las desventajas de usar estas nuevas herramientas.
  • Para hacer del aprendizaje más entretenido y a la vez conducir al discente hacia un conocimiento significativo, científico, cooperativo y colaborativo.

Ante el panorama descrito, me pregunto: ¿no se estará forjando una nueva forma de analfabetismo educativo? ¿No se está fragmentando el aprendizaje y, por consiguiente, el conocimiento, generando un nuevo tipo de analfabetismo, «el tecnológico»?

Recordemos que no es la tecnología por la tecnología misma lo que se aprende en la escuela. Se trata de una herramienta; no de un fin en sí mismo.

La democratización tecnológica debe ser para todos

La alfabetización digital abarca muchas cosas: tanto la forma de utilizar el hardware y el software, como el desarrollo de habilidades cognitivas y sociales; el hábito al ambiente digital, la prevención de abusos, y la clasificar la información que se requiera. Estas tareas no son sencillas, el buscador Google, por ejemplo, no es la Biblia del Siglo XXI; en esta herramienta, está lo que nos es útil y –también– lo que no. Es un cúmulo desordenado, anárquico de información que está ahí: rápido, ya, ahora.

Con la llegada, al aula, de las Nuevas Tecnologías, se estimula un cambio en el tipo de estrategia de aprendizaje en los alumnos. Ello conlleva la desaparición de observadores pasivos y receptores repetitivos, que han superado los tradicionales hábitos de memorización utilitaria (porque el conocimiento, como sabemos ya, está –literalmente– al alcance de la mano). A todo esto, se le suma un componente que se amplía de manera exponencial, a niveles supersónicos: la «brecha digital» (término que se refiere, exclusivamente, a la tecnología cibernética). Por ende, la brecha digital en países como Argentina –que sufre hoy un atraso tecnológico– puede causar analfabetismo digital.

La Brecha Digital, en inglés: Digital Divide, aparece cuando las desigualdades sociales surgen según se desarrolla el uso de las Tecnologías digitales como la computadora, la navegación por Internet, las nuevas herramientas que aparecen día a día en el ciberespacio, etc.; y la incapacidad subsiguiente de algún sector de la población para acceder a todas estas ventajas.

El uso de las tecnologías en el aula incrementa la motivación de los alumnos, lo estamos viendo día a día, en nuestros salones. Pero, además, permite acceder a información proveniente de fuentes diversas de gran relevancia: aprendizaje activo, inclusivo y social.

Los países menos desarrollados, con menos capacidad de popularizar el uso de las tecnologías en la escuela, «pierden el tren». Muchas veces, ni siquiera van en el «vagón de cola». Este concepto sugiere la existencia de una nueva problemática, distinta de aquella que se refería a la incapacidad de las personas para leer o escribir.

brecha digital

Surgen hoy los nuevos analfabetos funcionales digitales: la brecha digital

El analfabetismo digital es otra manifestación –particularmente grave– de la exclusión social en los países menos desarrollados; dado que acentúa la brecha intergeneracional y de conocimiento, evitando que los más jóvenes se beneficien de la experiencia y la sabiduría de las generaciones que les precedieron. Por otra parte, en otros países, hemos de sumar a todo esto la carencia del concepto de ‘trabajo colaborativo’ o ‘cooperativo’; y esto se produce, en educación, en muchos docentes: que son de este siglo pero adolecen de la mentalidad del Siglo XX. Por lo tanto, según el razonamiento expuesto, por causa de estas y de otras razones –creo yo–, se produce una fragmentación del conocimiento.

Quiero una educación que enseñe a pensar, a tener ideas propias y no una educación que nos domestique como a animales estabulados, porque querer enseñar, es creer en la educabilidad del otro. Respetando las necesidades, intereses y derechos de toda la comunidad educativa para lograr, así, el consenso hacia un CONOCIMIENTO DEMOCRÁTICO.

La innovación educativa es un rompecabezas de aprendizajes, cada pieza representa una meta para mejorar nuestro mundo.


BIBLIOGRAFÍA

  • ABELLA, A.; SEGOVIA, M.A. (2004): Libro Blanco del Software Libre en España (II).
  • BALLESTERO, F. (2002): La Brecha Digital: El Riesgo de Exclusión en la Sociedad de la Información. Madrid. Fundación Retevisión. ISBN: 9788493154295
  • GUTIÉREZ MARTÍN, A. (2003): Alfabetización Digital. Algo más que ratones y teclas. Barcelona. Gedisa. ISBN: 84-7432-877-2

Imágenes de la película: Metrópolis

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