Estudiar. Mucha gente dice que NO puede estudiar por su cuenta, que en sí mismo NO tiene la motivación para hacerlo, y que necesita alguien externo que le presione, como un profesor o la academia, y yo veo que el problema de todo esto está en contrar los motivos interiores de por qué vives.
Es una gran pena no tener la capacidad de estudiar-aprender por ti mismo, porque es lo que juega un papel clave en el desarrollo. Porque si puedes estudiar por ti mismo sin la necesidad de que haya alguien contigo, avanzarás mucho más rápido, podrás gestionar tu tiempo mejor, adaptar el aprendizaje a actividades o eventos determinados.
Estudiar
Las ventajas del aprender por tu cuenta son insuperables
Aparte del hecho, de que a pesar de que haya un profesor que te diga, venga, a estudiar, el verdadero aprendizaje no se da si tú no actúas, es uno mismo quien tiene que crear las conexiones entre la información que lees-recibes y los hechos de la realidad.
Eres tú quien tiene que leerlo una y otra vez, hacer esquemas, trabajos o resúmenes, que te permitan retener la información. El aprendizaje sucede por uno mismo, no por nada externo.
Lo que falla en todas esas personas que no les sale estudiar por su cuenta, es una cuestión de motivación, una búsqueda personal, de responder a la pregunta, por qué vives, qué motivos te impulsan a vivir.
¿Estás en esta vida para ser esclavo de tu naturaleza, o, que tál si reconoces la cualidad que como ser tienes de controlar tu vida?
Y de vivirla
De poner tu existencia al servicio de tus propósitos, y no al revés. No dejarte arrastrar por una existencia de deber y sufrimiento, sin sentido.
- ¿Qué sentido tiene el sufrimiento, si no es para lograr algo por ello, sacar adelante a tu familia, disfrutar de la vida, contribuir a la humanidad, o trabajar por tu felicidad?
- ¿Eres alguien que vive para el trabajo, entregándote día a día, sin llama viva de vida, sin motivos por los que hacerlo?
- ¿O lo haces por vivir la vida, lo haces por algún motivo mayor?
La vida no tiene sentido, si no defines tu propósito, o propósitos, que den sentido a lo que haces día a día. Puede ser, simplemente que lo disfrutas, puede ser hacerlo para poder formar una familia, conseguir una chica guapa. Dedicarte a los deportes que te gusta.
Puede ser resolver algo erróneo que ves en el mundo. O responder a cuestiones que te inquietan. Es uno mismo quien debe elegir qué cosas definen el sentido de su vida.
Haz tu búsqueda
Busca algo que te parezca erróneo en el mundo, algo que realmente te moleste, y que consideres que realmente incorrecto, y lucha por cambiarlo.
O busca hacer aquellas cosas que te gusta, o aquellas cosas que te inquietan, haz esa búsqueda personal, de qué es lo que más te llena, hacer lo que te gusta, descubrir la respuesta a una cuestión que te inquieta, o trabajar por resolver algo que tú ves erróneo.
O quizás, tener una buena vida, tener una chica guapa, tener una familia. Encuentras esas cosas que más quieres, esos motivos, que hacen que de ti salga con fuerza esos motivos de actuar. Haz tu búsqueda. Encuéntralos, lucha por ellos.
La presión exterior, la extorsión, la atemorización, son motivadores externos, pero no son ni de lejos los mejores motivadores. Porque evaden la cuestión fundamental de la vida, que es, por qué vivimos, lo hacemos para sacrificarnos sin motivo, o lo hacemos para vivir por nosotros, para ser felices, para hacer lo que queremos porque es lo que queremos.
La fuerza motivadora más poderosa es aquella que conecta con tu esencia, que define los motivos de por qué vives.
Decir que necesitas a alguien que te fuerce a estudiar, para poder estudiar, es como si necesitaras a alguien que te fuerce a vivir, para vivir.
Eres tú mismo quien tiene que definir los motivos que dan sentido a tu vida. Vivir es un acto espontáneo, un fenómeno de florecimiento de la naturaleza. Forzarlo es corromperlo. En sí mismo están los principios de actuación. No hay que forzarlo.
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