Prosigo con la serie de Investigaciones educativas: hoy nos acercaremos al informe TALIS (Teaching and Learning Internacional Survey). Es una de las investigaciones más importantes a nivel mundial por la amplitud y profundidad en su ámbito de estudio: «un estudio promovido por la OCDE cuyo objetivo principal es ofrecer información sobre los procesos educativos a través de encuestas a los profesores y a los directores de centros», Blog INEE. Un detalle de coherencia: en nuestro informe: «Desde la igualdad a la excelencia» INED21 (Enero, 2012), ya era uno de los informes base sobre los que desplegamos nuestras propuestas, y ya entonces nos parecía que no había sido suficientemente valorado como documento analítico en muchas propuestas de política educativa. Para todos aquellos interesados en el fenómeno educativo, una lectura obligatoria por el marco de información que nos valida. El INEE, bajo la dirección de Ismael Sanz, nos sigue proporcionando elementos de juicio para construir una opinión fundamentada, sea cual sea nuestra posición ideológica. Desde INED21, estamos seguros de la posibilidad de un diálogo educativo y un debate con argumentos que vaya más allá de la demagogia y el subjetivismo espontáneo. Dialogar y reconstruir nuestro problema educativo: no nos cansaremos de decirlo. Nos jugamos, junto a otros factores, la calidad de nuestra democracia. Educativamente, saber qué significa e implica el informe TALIS es uno de los pasos en ese camino.
El informe TALIS ha tenido un primer ciclo 2007/2008 (24 países), y ahora está en su segundo ciclo 2013 (34 países), siendo su publicación en junio de 2014. En una entrevista con su directora actual, Kristen Weatherby, hay dos indicaciones que quiero subrayar: «Nuestros sistemas educativos no logran aún seguir el ritmo frenético del mundo que nos rodea»; «TALIS abarca temas tan importantes como la formación inicial y el desarrollo profesional del profesorado; qué tipo de evaluación y retroalimentación obtienen los profesores, el clima escolar, el liderazgo en la escuela, las creencias sobre la enseñanza de los docentes y las prácticas pedagógicas». Dos breves apuntes respecto a lo anterior: vuelvo a ideas desplegadas en este rincón, el desarrollo exponencial de la sociedad-red en su velocidad informacional y desarrollo del conocimiento, sitúa a los sistemas educativos en el mayor reto histórico desde su institucionalización: o inician un cambio y adaptación a esta nueva complejidad y explosión de aprendizajes, o están anunciando su cronificación como anacronismos educativos; para terminar, hay una extensa evidencia de todos estos factores como indicadores de una mayor calidad educativa, y ahora con la elaboración del nuevo estatuto docente tenemos aún una oportunidad para consensuar un sistema eficaz y eficiente de selección y formación del docente, junto a un reconocimiento y promoción de una carrera profesional tan exigente como la de este oficio mediador de los demás. Lo escribí y lo repetiré (perdónenme la insistencia): un buen profesor es un creador de futuro. Exijamos y apoyemos esta profesión y pasión fascinante: las administraciones tienen este reto. Empecemos: se puede hacer.
Quiero destacar en el informe TALIS en su aplicación a España, dos elementos que nos deberían hacer reflexionar. Hace más de dos años que están contextualizados analíticamente en nuestro informe: «Desde la igualdad a la excelencia», INED21 (ENERO, 2012). Primero: es uno de los países donde la enseñanza tradicional tiene un mayor arraigo en el sector docente de los analizados; segundo, es uno de los países que encabezan este criterio: donde los profesores no recibieron ninguna evaluación o retorno de información y donde los profesores de centros no fueron sometidos a ninguna evaluación en los cinco años anteriores desde 2007-08. Vayamos a posibles propuestas: en el primer problema, es prioritario un nuevo sistema de selección y formación del profesorado, y una idea que en otra ocasión desarrollaré: la creación, basada en la mejor investigación y prácticas actuales, de un programa nacional de renovación y actualización pedagógica para la docencia en España (desde INED21 he desarrollado la propuesta de equilibrio metodológico como una posible solución); respecto al segundo problema, no hay que insistir en el falso debate de si estamos a favor o no de una cultura de la evaluación, hay que ir más allá: una sociedad del conocimiento del s.XXI implica qué tipo de evaluación puede ser más eficaz y eficiente en nuestro contexto español. Detalle esencial: contextualizar las soluciones implica un comparativismo crítico, y no un simplismo de soluciones rápidas y mal aplicadas.
Necesitamos, en medio de esta crisis de fundamentos, una apuesta decidida por mejorar nuestro sistema educativo. No hay que resignarse a la mediocridad, ni justificar aquello que debería hacernos cambiar. Estamos a tiempo: hay una responsabilidad concreta que todos los actores que componen la matriz educativa debemos asumir. Desde las administraciones, los docentes, los padres, los alumnos y esa sociedad que es, inevitablemente, el termómetro de la importancia del hecho educativo. Responsabilidad concreta implica que, cada uno en su ámbito, cumplamos un deber que es propio e intransferible. Podemos y debemos mejorar: nos merecemos un presente y un futuro que nadie nos va a regalar. Desde el viejo Aristóteles hasta nuestro actual Javier Gomá, se llama ejemplaridad. Ha llegado la hora de los hechos. Democracia y educación se necesitan desde nuestro origen occidental, no lo olvidemos.