Los hombres deben saber que del cerebro, y solo de él, vienen las alegrías, las delicias, el placer, la risa y también, el sufrimiento, el dolor y los lamentos. Y por él, adquirimos sabiduría y conocimiento y vemos, y oímos y sabemos lo que está bien y lo que está mal, lo que es dulce y lo que es amargo. Y por el mismo órgano, nos volvemos locos, y deliramos y el miedo y el terror nos asaltan. Es el máximo poder en el hombre. Es nuestro intérprete de aquellas cosas que están en el aire
Hipócrates, 460-370 A.C.
MISTERIOS DEL CEREBRO
Las neurociencias, que en los últimos años vienen revelando los increíbles misterios del cerebro y su funcionamiento, aportan al campo pedagógico conocimientos fundamentales acerca de las bases neurales del aprendizaje, de la memoria, de las emociones y de muchas otras funciones cerebrales que son, día a día, estimuladas y fortalecidas en el aula.
CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
Al incorporar y promover la integración interdisciplinaria de las Ciencias de la Educación con aquellas que se ocupan de estudiar el funcionamiento del cerebro, ha generado cierto avance en el proceso de aprendizaje, ya que ayuda a potenciar las capacidades neurocognitivas y emocionales de los alumnos en el aula, de mano de sus profesores, referentes directos. La Neuroeducación brinda al educador mayor conocimiento acerca de qué sucede en el cerebro de los niños, niñas y adolescentes e indica qué factores ejercen influencia en su crecimiento, desarrollo y funcionalidad.
Autores como Francisco Mora (2013) parten de la premisa de “solo se puede aprender aquello que se ama”, bajo conceptos como neuroeducación o funcionamiento del cerebro, Mora (2013, 2014), defiende la necesidad de integrar mecanismos bajo la partícula neuro a la realidad educativa del aula. Así, según señala este autor (Mora, 2014):
“El binomio emoción-cognición es indisoluble, intrínseco al diseño anatómico y funcional del cerebro”.
TARTAGLIA
En este sentido, y como ejemplo, David Bueno (Rodríguez, 2015), profesor de genética de la Universidad de Barcelona, expone un ejemplo representativo de ello:
“Cuando me toca explicarles, por ejemplo, el triángulo de Tartaglia, una fórmula matemática que necesitan para resolver muchos problemas de genética, les cuento que en realidad el matemático italiano que lo formuló no se llamaba Tartaglia, sino Niccolò Fontana. Lo que pasa es que era tartamudo, tartaglia, en italiano. Y al final ese mote acabó dando nombre a la fórmula. Esa anécdota hace estallar de risa a los estudiantes, y lo mejor es que ya no se olvidan de la fórmula”.
Siguiendo este hilo argumental, se entiende que se necesita que los docentes aprovechen lo que se conoce del funcionamiento del cerebro para enseñar mejor. Si usamos argumentos de divulgadores y “gurús” de la Educación como Sir Ken Robinson (2009), Marc Prensky, entre otros, la Escuela o sistema que la describe, debe definirse desde otro prisma.
“Necesitamos maestros que preparen a los niños para afrontar los nuevos retos. Ellos son capaces de transformar el cerebro de los alumnos, tanto física como químicamente, de la misma manera que un escultor con su cincel es capaz de crear una figura tan bella como el David”.
Mora (2014)
«PRIMER PELDAÑO»
De todo ello, se puede interpretar la necesidad e interés de formar y generar una calidad en la instrucción de los docentes, el contexto educativo y de aula, es un lugar en el que el alumno pasa una gran parte de sus años educativos, de ahí que sea considerado como un lugar motivador, innovador y de trabajo autónomo y social. La Neuroeducación, al permitir que el docente conozca y entienda las características del sistema nervioso y del cerebro y, a su vez, relacione esta información con el comportamiento y actitudes de sus alumnos, modo o estrategias de aprendizaje, actitud, ambiente del aula… se podría considerar un primer peldaño a subir en la formación y preparación docente, que marcará la diferencia en la calidad de la educación (Kandel, Jessell y Schwartz, 2005).
En este momento, la investigación en el campo de la Neurociencia está favoreciendo, en gran medida, nuestra comprensión de los procesos de enseñanza-aprendizaje, consiguiendo una base mucho más sólida en la que basar los pasos a dar en Educación (Wolfe, 2010).
La necesidad de integrar la importancia del estudio del cerebro en las Ciencias de la Educación se cree de gran relevancia, aportándose mutuamente de los recursos, habilidades, actitudes para un mayor desarrollo cognitivo, habilidades en el aprendizaje, manejo de emociones… entre otras, en el aula.
Bibliografía
Mora, F. (2013): Neuroeducación. Madrid. Alianza Editorial.
Mora, F. (2014): ¿Cómo funciona el cerebro?. Madrid. Alianza Editorial.
Robinson, K. (2009): The Element: How Finding Your Passion Changes Everything. Kindle.
Rodríguez, P. (16 de abril de 2015): La mirada de aprobación del maestro es más gratificante que un 10. El Diari de l’Educació.
Kandel, E; Jessell, T. & Schwartz, J. (2005): Neurociencia y conducta. Madrid. Pearson Prentice Hall.
Wolfe, P. (2010): Brain matters: Translating research into classroom practice. Alexandria. ASCD.