Hay autores que leemos con interés. Y hay autores que leemos con fascinación: Oliver Sacks. Hace tiempo, les escribí sobre uno de las lecturas que más he disfrutado en mi vida. Obras clásicas de la neuropsicología, escritas con un ritmo y una empatía hacia la condición humana, que se vuelven inolvidables. Algunas: «Migraña. Anagrama, 1997», «Con una sola pierna. Anagrama, 1998», «Un antropólogo en Marte: siete relatos paradójicos. Anagrama, 2001″, «Musicofilia: relatos de la música y el cerebro. Anagrama, 2003», «Veo una voz: viaje al mundo de los sordos. Anagrama, 2003», «Despertares. Anagrama, 2005», «El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Anagrama, 2005», «Los ojos de la mente. Anagrama, 2011», o «Alucinaciones. Anagrama, 2012». Recuerdo cada una de ellas con ese placer emocional que es sumergirse en nuestra naturaleza compleja y sorprendente, de la mano de un escritor y neuropsicólogo clínico que nos reconcilia bajo su mirada. Una observación rápida: Oliver Sacks es un maestro que sabe dosificar el suspense y la extrañeza de esos casos increíbles, con un ensayismo abierto donde lo autobiográfico y lo filosófico, nos arrastra bajo ese narrador poderoso que es. Si no lo han leído, les envidio. Por favor, vayan rápidamente.
En este TED se centra en la temática de las alucinaciones y, concretamente, en el síndrome de Charles Bonnet. A través de las historias de pacientes directos -esa encantadora Rosalee-, nos desvela su especificidad, frente a las alucinaciones psicóticas, o las producidas por la epilepsia del lóbulo temporal. Nos explica su geografía cerebral, y las consecuencias mentales que producen en los sujetos que las padecen. Y esa triste estadística entre los que reconocen esas alucinaciones, y aquellos que las experimentan. Les dejo una idea a desarrollar: el poder de los prejuicios es un reto continuo de todo acto educativo, de ahí la necesidad de una pedagogía de nuestra condición psicobiológica y social, donde las emociones sean la puerta de entrada a nuestra antropología compartida. Todos los años a mis alumnos de Psicología, los cito con su lectura: hay autores que nos devuelven mucho más que lo que esperábamos. Semanas después, ellos se acercan en clase con una sonrisa y un sencillo gracias. El título de este post tendrá sentido cuando vean y escuchen a Oliver Sacks, y su exploración del síndrome de Charles Bonnet: el teatro de la mente, una metáfora sugerente y antigua. Lo dicho, un autor imprescindible de la cultura actual. Estén atentos: hay algo que no puedo decirles, un secreto final que él mismo nos desvelará…