MATAR NO ES DIVERTIDO

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HM

LOS HORRORES DEL MUNDO

“Todos los horrores del mundo vienen de

la incapacidad para imaginar a los demás”

Carlos Fuentes

En estas últimas semanas hemos asistido mediáticamente a diferentes noticias de elevado contenido violento. Matanza de Orlando, el asesinato de Cox, la violencia en la Eurocopa, son algunos de los más significativos. Pero hay más noticias respecto al tratamiento informativo de la violencia. Mediaset España anunció hace unos días que no emitirá íntegro su programa #ProyectoBullyng, previsto para final de este mes. Y denunció lo que califica de “intento de silenciar el debate público sobre el acoso escolar”. Pero las cosas no son tan sencillas.

“La conexión entre violencia y pantallas, y violencia en la vida real es extremadamente complejo, y aunque no podamos afirmar que se trata de una relación directa, da causa a efecto, debemos tenerla en cuenta. Los programas violentos pueden deprimir a ciertas personas, conmover a otras, dejar insensibles a algunas y animar a la imitación a otras… Los productores deberían preguntarse a sí mismo: ¿es necesario ofrece unas concretas imágenes violentas?, ¿su visión conmociona inútilmente? ¿asustará o alarmará? Y sobre todo, ¿están justificadas en el contexto que intentamos transmitir?»

(Informe Wyatt ,BBC)

AGRESIVIDAD NATURAL Y CULTURA

El agresivo nace, el violento se hace. Es una de las conclusiones que sostiene Jose Sanmartin. Poca serotonina en el cerebro induce conductas agresivas, se trata de una sustancia hormonal segregada básicamente por plaquetas y células del intestino. La cultura puede inhibir nuestra agresividad o hipertrofiarla. Dicho de otro modo, la violencia es evitable, si cambiamos la cultura y su relación con la biología. Por tanto, la violencia es un cóctel que se activa en el combinado y sus relaciones, entre la agresividad natural y la cultura.

En este sentido, el viejo debate entre las causas biológicas y culturales de la violencia, precisa una mayor definición terminológica que distinga agresividad, de violencia.

Si nos centramos en la cultura, enseguida llegamos a los medios de comunicación, y a la compleja relación que señalaba el informe Wyatt entre violencia y pantallas. Cualquier simplismo deforma, distorsiona y pervierte el debate.

LA VIOLENCIA DE LAS PANTALLAS

Una clave: Las pantallas no son ni ventanas abiertas a la realidad (son una representación). Ni espejos o reflejos (son una mediación). Ni tampoco son (o deberían ser) chivos expiatorio, pues la violencia es un problema cultural multifactorial.

¿Influye la violencia de las pantallas en la violencia fuera de la pantallas?

Pregunta compleja que requiere identificar la teoría desde la cual damos una respuesta. Unos dirán que produce una catarsis y una terapia, otros que depende del contexto y el aprendizaje social del sujeto, otros que producen una imitación,  a mayor exposición a contenidos violentos, más comportamientos violentos.

La violencia es evitable,

si cambiamos la cultura y su relación con la biología

Como señalamos en la violencia en los medios, la relación entre la violencia y los medios tiene una larga trayectoria en los estudios de la comunicación en la tradición anglosajona, ya desde los años 30 (Blumer, 1933; Peterson y Thurston 1933; Katz y Lazarsfeld 1955), por citar solo algunos de los más significativos. Los datos contrastados apoyan la hipótesis de que los medios pueden inducir a comportamientos violentos, a una posible identificación con el agresor y una mayor tolerancia a la violencia real.

Sin embargo, como señala McQuail (2010: 516), se mantiene la polémica: el modo en que los medios representen la violencia no es causa de actos violentos; la aplicación a situaciones reales de los resultados de la investigación; la relativa importancia de la representación de la violencia en la “ficción” respecto a su representación en la vida real; así como la posible independencia de los medios.

EFECTOS SIGNIFICATIVOS

¿Qué dicen los estudios de la comunicación de masas (antes) y los social media (ahora), sobre las relaciones entre violencia real y representación de la violencia en los medios? Según muchos indicios, se basan en que se produce cierta correlación, y que tienen efectos significativos, aunque existe poco consenso para precisar el alcance y la naturaleza de estos efectos.

Hemos conocido y analizado casos muy mediáticos como el asesino de la Katana, que fue muy célebre por su tratamiento simplista y banal. La tragedia se vinculó al uso de videojuegos, y en concreto a “Fantasia Final 8”. El Daily Mail recoge otro caso, en el que un destacado titular señala “Jugador de Xbox de 13 años le corta el pescuezo a un amigo después de conocerse online, jugando al videojuego Gears of War 3”.

McQuail recoge numerosos estudios de la construcción televisiva de la realidad (Hawkings y Pingree, 1983), que señalan algunos indicios de las diferentes relaciones entre ver la televisión y la percepción de la realidad social. Ver la televisión hace que se construya determinada realidad social de un modo concreto, y esta construcción de la realidad social también podría estimular un comportamiento respecto al ver la televisión.

Señalamos en Tecnología, cultura y sociedad:

Gráfico de Marta Gabelas Muruzábal adaptado de McQuail en “Introducción a la teoría de la comunicación de masas”.

Imagen retocada de Gettyimages.es.

TECNOLOGÍA, ARTEFACTO CULTURAL

Entendemos que la tecnología no es efecto ni consecuencia, que tampoco es medio, es artefacto cultural, es entorno (digital) que forma parte de un circuito, que es cíclico y que produce y es producido por la cultura. Como señala el gráfico propuesto adaptado de los estudios de McQuail.   El contexto social conduce a nuevas ideas, que implican nuevas tecnologías, que a su vez se aplican y suman a usos anteriores. Estas prácticas conducen a nuevas aplicaciones que son adaptadas y adoptadas por las diferentes instituciones, una más otras menos (económicas, políticas, sociales, educativas), que producen nuevas significados y nuevos cambios culturales que se abrirán a un nuevo contexto para volver a empezar.

Violencia y medios mantienen una compleja complicidad. Es preciso un análisis y una interpretación que evite y supere 7 reduccionismos.

7

A mayor exposición de contenidos violentos, más actitudes violentas.

Lrepresentación mediática es la causa y el motivo de los comportamientos agresivos y antisociales.

Lviolencia es siempre la misma: en su naturaleza, representación y repercusión.

Los medios lo único que hacen es reflejar la violencia que existe en la sociedad.

Los violentos son un problema, como lo es la violencia.

Más tolerancia para determinados tipos de violencia.

La violencia de los guapos, buenos y vencedores es menos nociva.


De los diferentes enfoques en el estudio de la violencia en los medios destacamos, el de Albert Bandura, con sus teorías del aprendizaje social, donde propone que el aprendizaje social dispone de un lugar a través de cuatro etapas principales: contacto cercano, imitación de los superiores, comprensión de los conceptos, y comportamiento del modelo a seguir. Y George Gerbner, con su teoría del cultivo, que propone que mientras la gente pase más tiempo viviendo en el mundo de la televisión, será más fácil que crean que la realidad social se asemeja a la realidad retratada por la televisión.

DENTRO DEL CONFLICTO

Estas dos posiciones nos conducen a la propuesta de Mar de Fontcuberta cuando sugiere un desplazamiento de la violencia al conflicto. La violencia es negativa, el conflicto no. Los sujetos violentos no son un problema, el problema es la violencia que ejercen. El contexto en el que entendemos la naturaleza y los efectos de la violencia,  es el conflicto como oportunidad, tal y como se recoge en “Miradas fascinadas, miradas en conflicto”.

Aplicado el análisis a  las audiencias infantiles y juveniles, observamos que es cierto que el joven es vulnerable, que experimenta procesos de adaptación y desadaptación, que siente la presión del entorno. No entendemos el conflicto como algo negativo, sino necesario; como una oportunidad para crecer. El adolescente vive dentro del conflicto, también los padres y madres que soportan la incomodidad y la incertidumbre de verlos crecer.

Los jóvenes se debaten entre la corriente contradictoria interior, que les pide salir, explorar, descubrir su identidad; probar, acariciar los riesgos; y la exterior, que establece límites, normas y obligaciones. En una molesta y complicada crisis de identidad, ejercitan la lucha diaria consigo mismos, con los demás y con el entorno, buscando descubrir y apropiarse de su personalidad.

Desde la interacción de mensajes, relaciones, percepciones, posiciones y afectos. Desde los escenarios de intervención de todos los agentes y todos los factores, es posible una mediación. Los estudios de la comunicación son interdisciplinares: psicología social, ética, semiótica, economía, sociología, son algunas disciplinas científicas que argumentan esta investigación.

Como señalamos en Violencia, medios y audiencias, la AUC (‘Asociación de Usuario de la Comunicación’) redacta su informe sobre “La violencia en los medios de comunicación”, donde aparecen tres factores conclusivos en varios estudios.

1

Legitimización

Legitimización de la violencia: La mayoría de los actos violentos mostrados quedan sin pena ni castigo.

2

Omnipresencia

Omnipresencia y mutación de la violencia televisiva, tanto en ficción como en informativos.

3

Banalización

Banalización de la violencia. En muchos casos la representación desdramatiza, maquilla, es humorística, sin manifestar consecuencias.

Es preciso un diagnóstico e intervención desde la interacción de mensajes, relaciones, percepciones, posiciones y afectos. Una mediación en la que intervengan todos los agentes y se considere todos los factores. La disciplina de los estudios de la comunicación son interdisciplinares: psicología social, ética, semiótica, economía, sociología, son algunas disciplinas científicas que abastecen su investigación.

Sabemos que el tema no es fácil, pero sí es necesario abrir y sostener un debate ético que implique a todos los agentes sociales y los medios de comunicación. 

CINCO CUESTIONES

V

¿Están los medios legitimados para emitir y publicar estos contenidos?

¿Es pertinente y necesario emitir las imágenes-grabaciones de este tipo de acciones?

¿La exposición a contenidos violentos aumenta la tolerancia a la violencia real?

¿Si no se facilita la educación mediática de los ciudadanos, cómo se pretende que sean críticos con los contenidos mediáticos?

¿Es suficiente la Ley General de Comunicación Audiovisual y los códigos deontológicos para establecer los límites del cómo, dónde, cuándo y por qué se emiten contenidos violentos?

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1 comentario en «MATAR NO ES DIVERTIDO»

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