LA OBSOLESCENCIA QUE PERTURBA

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La gama de colores de la ilustración con la que abrimos hoy nuestro post, no nos hace presagiar nada bueno. Si asociamos el contenido del cuadro, al concepto de EDUCACIÓN DISRUPTIVA, veremos el gran paralelismo que se produce entre esta etiqueta y el marbete ‘innovación disruptiva’ que representa la ilustración.

Nos encontramos con perturbaciones críticas que impiden desarrollar esta disrupción en el mundo de la educación formal; en cambio, en la educación informal (yo la llamo «natural») estas inhibiciones son mucho menores, casi residuales.

Fotograma de la película: El silencio de los corderos

Nos topamos con obsoletos modelos mentales, a los que algunos llaman «ESQUEMAS MENTALES», AUNQUE –DE HECHO– NO LO SEAN, sino, más bien, meras concepciones anquilosadas e impermeables que, debido a costumbres enraizadas y antiguos diseños (que en algún momento dieron resultado: como la utilización del método CONDUCTISTA de manera única) han «pululado», luego, por casi todas las organizaciones educativas, a saber:

  • UNIVERSIDADES
  • ESCUELAS DE NEGOCIOS
  • INSTITUTOS
  • COLEGIOS

El modelo conceptual disruptivo mejora la capacidad de innovación y proporciona una mejor comprensión de la interrelación entre estos factores limitantes.

Todavía hay una enorme brecha entre la INTENCIÓN y la CAPACIDAD real de la innovación disruptiva. El desarrollo de capacidades distintivas para cerrar esta brecha debe ser una parte integral de la estrategia de las personas que abogamos por una redefinición social y –en consecuencia– educativa.

La dependencia de un sistema jerarquizado en base a un currículum obligatorio, que se anticipa –incluso– al conocimiento de los alumnos, es otra de las brechas que, de momento, es INSALVABLE y conduce al fracaso (social) y al abandono escolar.

Si bien Dave Cornier, y su aprendizaje Rizomático, aboga por la creación de un currículum simultáneo a acciones reales de los alumnos, creo que se deja, en parte, las posiciones asíncronas, igual de válidas que las síncronas, y que, además, nos permitirán una prognosis: ‘diagnosis previa muy importante’; así como una retroalimentación personalizada.

LA BRECHA

Existe un problema muy importante en el mundo de la educación oficialista. El «cuerpo docente» establece, frente a sí mismo, una BRECHA importante; invisible pero trascendente entre dos colectivos:

  • Los que NO están formados de forma tecno-pedagógica.
  • Los pocos que lo están.

Primero. Se nota en el recelo de aquellos hacia los estos, ya que como no entienden de qué hablan los «tecno-pedagogos», su primera reacción es la «montar un pollo» que, rayano a lo sorprendente, viene a significar que ‘no se fían’; lo que realmente les reconcome es su falta de medios y su pérdida de agencia: inseguridad por desconocimiento.

Todo lo anterior continúa un movimiento de una inercia «hacia delante», es decir, quien rechaza lo novedoso, pretende hacerse fuerte autoafirmándose en sus ya anquilosados posicionamientos (lo único a lo que se puede aferrar). Es por ello que desprecian lo demás.

¿Qué ocurre entonces? Ocurre que los principales perjudicados son los aprendientes, ya que, hoy por hoy, la ENSEÑANZA está en poder del cuerpo de docentes, en sus manos. Esta brecha no la puede romper ninguna institución, ni ley; solo puede hacerlo la sociedad. Así, si se demanda otro tipo de educación, no quedará más remedio que llevarla a cabo. Se sucederán batallas importantes por tener el control –entre el mundo del pasado y el mundo del futuro–, entre los que seguirán abogando por la enseñanza y los que están trabajando en pro del aprendizaje.

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