FORMARSE EN COMPETENCIAS CON TRIC YA ES UNA REALIDAD

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FORMARSE EN COMPETENCIAS CON TRIC

Arranca el curso, desplegamos las velas y nos ponemos en ruta… Cuando leas estas líneas estarás preparando reuniones, clases, organizando la vuelta al cole.

Leer y escribir siempre han sido las competencias básicas para una correcta alfabetización, hoy también, pero  han cambiado las lecturas y escrituras porque hace tiempo que desapareció el soporte impreso como única opción. La convivencia asimétrica entre el libro y pantallas es un reto pendiente para la educación.

¿Qué pensaríamos si supiéramos que la mayoría de los ciudadanos españoles son analfabetos digitales? Seguro que habéis observado que vuestros alumnos (primaria, secundaria, bachiller, universidad) no saben buscar información pertinente, que apenas contrastan las fuentes, que no aplican los mínimos protocolos de seguridad o no saben  gestionar su identidad digital. Que confunden opinión con dato, y no identifican la carga ideológica que tiene una serie, un anuncio o un reportaje.

Opinión ≠ dato

Para responder a estar formación, se abre la matrícula del nuevo Máster en Competencia Digitales del profesorado, desde y con una metodología TRIC.

Que ofrece 5 módulos con 14 ECTS cada uno. Cada uno se corresponde con un Título de Experto Universitario independiente.

Que está homologado por el Departamento de Educación Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.

Que aporta innovación en su discurso y su modelo, investigación en su metodología, porque pivota en el Factor Relacional y la inteRmtetodología, en todos y cada uno de sus módulos.

Será el primer máster TIC en España, con metodología TRIC. Para facilitar la concreción de esa secuencia metodológica (intermetodológica), hemos diseñado una guía-manual TRIC  con tres rúbricas finales que permitan no calificar, sino evaluar a sus participantes (docentes y alumnos) en una triple acción: evaluación, autoevaluación y coevaluación.

Han cambiado las lecturas y escrituras porque hace

tiempo que desapareció el soporte impreso como única opción

Como educadores y comunicadores observamos que muchas veces construimos  con esmero aunque probablemente  sin intención,  una enorme burbuja que nos separa del exterior. Bien con marcos curriculares, programaciones, objetivos de tipo A,B,C, diseños, además de todo el bestiario y cacharrerío tecnológico. Y olvidamos lo esencial: el alumno y el profesor.

Somos profesionales con una materia prima que es humana. Con una textura hilada en las emociones, los sentimientos, las razones, la diversidad y los sueños. Creemos en un utopía posible que pisa el suelo. Por eso entendemos que todo proyecto precisa de un producto, un tangible que motive al alumno, pero que facilite el buen trabajo del maestro.

Con mucha frecuencia se habla de la “excelencia” educativa. No creemos en la excelencia, que es un producto del despacho y sus  tecnócrátas , creemos en el trabajo bien hecho del día a día. Para ello hay que cambiar el modelo de evaluación.

Y para empezar también es necesario precisar las palabras, sus significados y concreciones. ¿Nativos digitales? Expresión feliz que lanzó Prensky y que el mismo autor desdice proponiendo el concepto de sabiduría digital. La edad no es un factor determinante para conocer las destrezas digitales, importa la actitud.

ROTUNDO SUSPENSO

Si vamos a los datos, sus resultados son contundentes. El 95,4% de la ciudadanía española suspende. O dicho de otro modo, el aprobado no llega al 5%, con muy pocos cambios entre mujeres 95,1% suspensos, y hombres con una 95,8%. Así lo indica la investigación “Competencia Mediática. Investigación sobre el grado de competencia de la ciudadanía en España” en la que intervenimos 35 investigadores, representantes de diferentes universidades españolas de la mayoría de las comunidades autónomas. Se publicó en 2011, sería interesante mantener una investigación longitudinal para contrastar resultados. Como señalamos en Habitaciones de Cristal estos datos merecen unos destacados:

Existe un gran desconocimiento sobre la influencia que puede tener un mensaje digital, tanto en lo emocional como en lo cognitivo y social, aunque la mayoría opina que a los demás sí que les afectan. A esta opinión la  llamamos “ilusión de invulnerabilidad”.

De las dimensiones, una que apenas se percibe, ni si identifica, cuando se interacciona con un contenido digital es la ideología y los valores.

Se desconocen las interacciones entre las pantallas y el cerebro emocional con su entorno inconsciente.

Urge una nueva respuesta formativa para los nuevos perfiles docentes… La mayoría formados con formatos, herramientas y discursos analógicos. En los que la linealidad, lo estable y seguro, la racionalidad y la documentación fija,  han sido sus pilares educativos. Pero la sociedad en la que viven ellos y sus alumnos es multidireccional, incierta, variable, líquida y emocional.

En el II Congreso Internacional Educación Mediática y Competencia Digital. Ludoliteracy creación colectiva y aprendizajes, se apuntaron algunas conclusiones que siguen sin respuestas:

«Sólo podemos atender a las prácticas creativas emergentes por parte de los usuarios si atendemos y entendemos el contexto en el que se producen, sin pretender ‘domesticarlas’ o hacerlas encajar en modelos mentales externos, como el currículo formal o la economía de mercado».

«Las posibilidades de la cultura digital para desarrollar acciones creativas, pero sin perder de vista la importancia del proceso emancipador que acompaña a la capacidad crítica como objetivo fundamental de la acción educomunicativa».

«Jugar es entendido, tanto por jóvenes como por buena parte de adultos (padres/profesores) como una “pérdida de tiempo”. El “placer culpable” (Aranda y Jordi Sánchez) sigue siendo una realidad dentro y fuera de las aulas. Es un fenómeno recurrente tanto en la escuela como en el hogar. Es necesario, por tanto, seguir avanzando en la concreción de una concepción inclusiva de la educación en medios en general y de la ludoliteracy en particular, que potencie la adquisición de competencias».

¿Es necesario efectuar un cambio de paradigma que permita operar desde el concepto de Actitud Crítica, más allá del énfasis en el Pensamiento Crítico?

Precisamos la necesidad de cambiar la percepción de la red como instrumento meramente tecnológico, por una dimensión pedagógica y comunicativa. Es necesaria una multialfabetización que abarca las siguientes dimensiones que recogemos del New London Group:

Instrumental

Enseñar a manejar el hardware y el software de los distintos recursos tecnológicos.

Cognitiva

Desarrollar habilidades de uso inteligente de construcción, intercambio y difusión de información y comunicación en el entorno digital.

Actitudinal

Fomentar actitudes relacionales ante la tecnología (ni de tecnofobia o rechazo, ni de tecnofilia sumisa), y actitudes prosociales y procomunes positivas de comunicación.

Axiológica

Con un planteamiento emancipador, que potencia criterios para el análisis crítico de la información, y el desarrollo de valores éticos en el ecosistema mediático y móvil.

En el reciente III Congreso Educación Mediática , se concluye en  su eje seis :

Que el desarrollo de la competencia digital, es una de las ocho competencias básicas definidas por el sistema educativo español,  que mejora en cuanto aumenta la  capacidad de analizar y comprender nuestro entorno, nuestra capacidad de gestionar la salud.

Es urgente promover un espacio positivo especialmente en la infancia y adolescencia. Internet ya no es solo un lugar para el acceso a la información, sino que es un espacio de socialización, donde se producen experiencias personales y sociales, y por tanto es un escenario para la promoción de la salud en el que crear entornos saludables.

Que la integración de la competencia digital en las iniciativas de educación para la salud en el ámbito educativo, conducen a una potenciación mutua. La educación para la salud desarrolla los valores, las actitudes y una mentalidad crítica frente a los posibles riesgos, miedos y ruidos.

La alfabetización digital permite analizar los mensajes, los canales de información y la intencionalidad de las fuentes, fundamental para interpretar las percepciones y modelos culturales que influyen en la salud.

La competencia digital no se centra en los aspectos tecnológicos,  debe analizar críticamente las fuentes de información y los contextos de uso, mejorar la comunicación y el trabajo colaborativo, y potenciar la creatividad.

Que la finalidad es educar la mirada de los jóvenes frente al consumo masivo de imágenes en las diferentes pantallas —smartphones, tabletas, ordenadores—, y desarrollar un comportamiento proactivo hacia los aspectos que promueven el bienestar y la salud personal y colectiva, todo ello englobado en el concepto de ciudadanía digital.

Que el entorno digital no es solo un espacio de riesgos y problemas como habitualmente se contempla. Se puede convertir en un activo para la salud, desarrollando habilidades personales, facilitando la interacción y las relaciones y promoviendo la participación social.

Que lo que hemos denominado Factor R-elacional agrupa y contiene muchos aspectos de las habilidades sociales que permiten al individuo un estado de bienestar en y con los demás. Si las habilidades sociales proceden del ámbito de la psicopedagogía, las habilidades para la vida, surgen del ámbito de la salud.

Despliega una doble dimensión. La relacional, que contiene el potencial de las habilidades psicosociales y la dimensión sináptica, que recoge el modelo cerebral como modus operandi de los procesos de aprendizaje.

Que la existencia de personas con capacidades diferentes ofrece la oportunidad de comprender un mundo diverso con inteligencias múltiples. Hay que saber atender, oír y escuchar a personas con miradas diferentes y voces múltiples. Esto supone un enriquecimiento compartido, debemos impulsar la empatía, la sensibilidad, penetrar en la diferencia.

Que hemos llegado al concepto integral de la salud. El ser humano es entendido como ser biológico, psicológico y social.

Como propuesta, proponemos incluir en la próxima edición del congreso ejercicios  y dinámica que favorezcan el bienestar personal y social, a través de prácticas de relajación, de meditación, de pensamiento en positivo,  que ayudan a manifestar energía positiva y a proyectarlas entre todos.

Es una conexión contigo mismo y con los demás, las redes neuronales se despliegan, y ayudan a escucharnos a nosotros, para estar en conexión con el mundo. EN nuestro caso, con el compromiso de trabajo con la relación en red para la educomunicación, es decir, Factor Relacional en sentido holístico.

La edad no es un factor determinante para

conocer las destrezas digitales, importa la actitud

¿Y AHORA QUÉ?

La educación mediática debe estar presente en todas las disciplinas de todos los niveles y etapas educativos, con mecanismos de evaluación eficientes, que potencien un cambio comunicativo en las aulas.

Como señala el Parlamento Europeo (2008), educación mediática no solo para menores, también para adultos y tercera edad.

Una educación mediática que contemple   necesariamente las seis dimensiones: lenguaje, tecnología, ideología y valores, producción y programación, recepción y audiencias, finalmente, estética.

Las competencias digitales exigen competencias emocionales.

Atención especial a los padres y madres de familia que deben formar el triángulo de la educación mediática con la escuela y los propios medios.

La formación del profesorado como fundamento de una nueva educación desde una nueva comunicación.

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