“Escuela de aprendices” de Marina Garcés, es una obra donde la autora se compromete una vez más con la educación. Y plantea retos a los educadores para que la escuela sea un campo en el que ayudemos y acompañemos a aprender, entendiendo que todo aprendizaje está expandido y puede producirse en cualquier momento y en cualquier lugar, como plantea el colectivo zemos98 en su Educación Expandida, no dejes de leer su pdf aquí.
Sinopsis de Escuela de aprendices
La educación es el sustrato de la convivencia, el taller donde se ensayan las formas de vida posible. Por eso, el capitalismo cognitivo se ha tomado en serio la tarea de asaltar todos sus campos: la educación formal y la informal, los recursos, las herramientas y las metodologías. La presencialidad y la virtualidad. La infancia y la formación a lo largo de la vida.
La educación no solo es un gran negocio. Es un campo de batalla donde la sociedad reparte, de forma desigual, sus futuros. Dicen los pedagogos que hay que cambiarlo todo, porque el mundo ha cambiado para siempre. Esta afirmación esconde las preguntas que nos dan más miedo: ¿de qué sirve saber cuando no sabemos cómo vivir? ¿Para qué aprender cuando no podemos imaginar el futuro? Estas preguntas son el espejo donde no nos queremos mirar. Nos da vergüenza no tener respuestas y resulta más fácil disparar contra maestros y educadores.
¿Cómo queremos ser educados? Ésta es la pregunta que una sociedad que se quiera mirar a la cara tendría que atreverse a compartir. Nos implica a todos. Todos somos aprendices en el taller donde se ensayan las formas de vida posibles. Educar no es aplicar un programa. Educar es acoger la existencia, elaborar la conciencia y disputar los futuros. Dentro y fuera de las escuelas, la educación.
(Galaxia Gutenberg, 2020)
Marina Garcés
(Barcelona, 1973) es filósofa, autora de libros como Un mundo común, Filosofía inacabada y Fuera de clase. Es profesora en la Universidad de Zaragoza y participa en diversos proyectos colectivos de experimentación pedagógica, cultural y social. Es impulsora del colectivo de pensamiento crítico Espai en Blanc. Su pensamiento es la declaración de un compromiso con la vida como un problema común. Por eso, desarrolla su filosofía como una amplia experimentación con las ideas, el aprendizaje y las formas de intervención en nuestro mundo actual.
Valoración de Escuela de Aprendices
La educación no es un asunto que se pueda resolver con debates, con cambios metodológicos, con tecnologías o con metodologías sofisticadas… La educación es, como nos dice Garcés, una práctica de renovación constante que pone en juego metodologías diversas, pero que se juega su sentido en otra pregunta: ¿por qué aprendemos?
Todo el mundo habla de educación, parece como si la población entera hubiera estudiado Pedagogía, se habla en los medios de comunicación, se habla en la calle, en cualquier sitio puedes encontrar a personas hablando con “certeza” de la escuela y la educación, pero cuáles son los referentes, por qué se habla tanto de este tema, ¿hay crisis en la educación?
La autora nos dice que cuando hay crisis educativas, lo que hay son crisis del mundo, crisis civilizatorias en las que se muestran los conflictos, los deseos, los límites y las posibilidades de cada sociedad y de cada tiempo histórico.
En estos momentos de posturas individualistas Garcés se pregunta qué autoridad tiene el maestro o la maestra sobre decisiones que las familias entienden, cada vez más, como decisiones privadas. “Mientras, los movimientos sociales y las clases populares pierden protagonismo en la lucha por una educación capaz de abrir perspectivas de justicia social y miradas críticas”.
En este libro se plantea un cambio de vista hacia la educación, no se trata de que el aprendiz reciba la información de los educadores y educadoras, no como simples receptores de conocimientos que ya otros descubrieron, se trata de que se conviertan en agentes activos de su propio aprendizaje y para eso hace falta un cambio de mirada, un responder a la pregunta ¿cómo queremos ser educados?
De tu interés: Uno de los libros que hemos revisado en esta sección, sobre la educación que debemos procurar a nuestros hijos e hijas es Déjale crecer. Una joya.
La sociedad cambia a un ritmo tan vertiginoso que la educación no puede estancarse en los tiempos pasados, hace falta adivinar el futuro, ver de qué forma podemos preparar a los aprendices para que se desarrollen en ese futuro desconocido pero que va a llegar y estamos viendo que no podemos pararnos ante dicha evolución de la sociedad.
Preguntarnos cómo educar es preguntarnos cómo queremos vivir. ¿Cómo queremos ser educados? De esta forma pasamos a ser activos en el aprendizaje, olvidando las pautas generalizadas para todos de la misma forma, así la diferencia pasaría a ser un valor y no una dificultad.
La educación no está separada del mundo, sobre ella están continuamente influyendo los movimientos de la sociedad, por eso no puede estar ajena a ellos. Influyen las políticas económicas, sociales, laborales… influyen las formas de ver el mundo, influyen las personas que dirigen el estado y sus agentes sociales. Por este motivo hay que enseñar a pensar para que nuestro alumnado tenga sus propias ideas y tenga opinión en aquello que directamente le va a afectar como estudiante y como persona.
La autora nos invita a reflexionar críticamente en nuestra práctica, en nuestro entorno, en nuestra filosofía de vida, en nuestra forma de enfrentar los cambios, en cómo pensarnos con los otros para llegar a un bien común y a una práctica constante de transformación. Es un libro muy recomendable para el profesorado y los agentes educativos que quieran transformar a través de la educación y el pensamiento…
Hace de la Filosofía una invitación a pensar juntos “No pienses como yo, piensa conmigo”. Especialmente provocadora es la carta que dirige a sus estudiantes de forma que se animen a pensar por ellos mismos, sin seguir las pautas marcadas por la propia profesora en sus aulas, invitándoles a reescribir dichas normas.
“En este libro queremos reivindicar al aprendiz no como figura sociológica, sino como punto de vista sobre la reflexión pedagógica en su conjunto. Adoptar un punto de vista es un ejercicio de la imaginación. Implica salir de la manera como inmediatamente miramos y nos representamos la realidad educativa para situarnos en otra. Es un desplazamiento que tiene consecuencias tanto para la experiencia como para el pensamiento que se deriva de ella”.