Déjale crecer. Javier Urra

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Déjale crecer (o tu hijo en vez de un árbol fuerte será un bonsai) de Javier Urra es un libro para aprender a educar a los hijos y las hijas, bajo los consejos de una persona experta que ha tratado con muchos niños y niñas, adolescentes y jóvenes, que nos habla desde su experiencia en el tratamiento de las familias a sus hijos e hijas en la sociedad actual. Es por tanto un libro totalmente práctico.

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Sinopsis de Déjale Crecer

Sobreproteger NO es educar. De esta premisa han de partir los padres que quieren que su hijo crezca como un árbol fuerte y no como un bonsái. Padres que buscan prepararlo para afrontar la vida real con éxito, no para encerrarlos en una campana de cristal que le brindan las herramientas que necesita para ser una persona autónoma, con sus riesgos y decisiones, tolerante a la frustración y, en el futuro, un adulto consistente.

Un niño debe poder caerse para experimentar lo que supone levantarse. ¡Confía en él y déjale crecer! ¿Cuáles son los peligros de la sobreprotección? Damos a los hijos siempre la razón aunque no la tengan.

Permitimos que nos chantajeen Les transmitimos nuestros miedos y ansiedades Invadimos sus espacios de libertad No les enseñamos a solucionar por sí mismos los problemas Se convierten en niños egoístas y narcisistas Aprenden a mentir como protesta a nuestra actitud fiscalizadora. No les dejamos fortalecer su voluntad… (La esfera de los libros, 2018)

Javier Urra, autor de Déjale Crecer

(Estella, Navarra, 1957) es doctor en Psicología con especialidad en Clínica y pedagogo terapeuta. Cursó el doctorado en Ciencias de la Salud. Puso en marcha y trabajó durante ocho años en un centro de educación especial para niños disminuidos psíquicos (APASCOVI. Villalba, Madrid). Ganó las oposiciones del Ministerio de Justicia, inauguró y trabajó en el Centro Piloto Nacional de Reforma con menores muy conflictivos en Cuenca.

Desde 1985 trabaja como psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid. Profesor de Ética y Deontología en 5º de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid. Es patrono de UNICEF. Fue el primer defensor del Menor en España (1996-2001) y presidente de la Red Europea de Defensores del Menor. 

Tradicionalmente la enseñanza pasaba de padres a hijos, es decir, se repetían los mismos esquemas en las familias y no había duda en enseñar tal como a mí, como padre o madre, me habían enseñado en el ámbito familiar, con las mismas normas, los mismos castigos, los mismos valores…

Hoy en día la sociedad ha cambiado bastante y cuesta reproducir los mismos esquemas, los niños y las niñas están inmersos en una sociedad con estímulos diferentes a los de sus padres y madres, por tanto hay que ponerse al día y diseñar otro tipo de educación familiar acorde con los tiempos en que vivimos. Quizás los sobreprotegemos y les transmitimos nuestros propios miedos ante la sociedad cambiante con la finalidad de que no sufran. Debemos ser conscientes de lo que implican conceptos como igualdad y diferencia.

De todas formas, no podemos olvidar que los padres y las madres seguimos siendo los mejores modelos para nuestros hijos e hijas y que nuestra forma de actuar les va a servir de referencia para sus propias actuaciones. Cuenta Miguel Ángel Santos Guerra en su libro “La casa de los mil espejos” al que puedes acceder desde aquí. una anécdota que nos puede hacer reflexionar sobre la idea anterior:

El dueño de un huerto de árboles frutales sorprendió un buen día a un muchacho encaramado en lo alto de un árbol. Tenía en sus manos un saco en el que estaba metiendo las peras que afanosamente recogía con sorprendente habilidad.

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El dueño gritó enfurecido:

  • ¡Eh, tú! ¿Qué estás haciendo? Bájate ahora mismo del peral y dame ese saco con la fruta que me estás robando.

Y añadió en un tono severo y conminatorio:

  • ¿Cómo se llama tu padre? Llámalo, dile que quiero hablar con él sobre lo que estabas haciendo.

El chico mira hacia arriba y dice:

  • Papá, baja del árbol. Aquí hay un hombre que quiere hablar contigo.

(Imaginaros la cara que se le quedó al dueño de la finca cuando vio que el padre también le estaba robando las peras)

Javier Urra, dada su experiencia, nos ayuda en esta formación para que nuestros hijos e hijas no se conviertan en unos dictadores a los cuales, como padres y madres, tenemos que obedecer para evitar un berrinche que nos avergüence si estamos en la calle o delante de otros familiares.

De este libro “Déjale crecer” podemos sacar muchas enseñanzas que nos van a ayudar día a día en el trato con nuestros niños y niñas, también con nuestros adolescentes y con nuestros jóvenes.

Nos dice Urra que querer a los niños es darles autonomía, es prepararlos para que no nos necesiten, es aportarles instrumentos para que sean adultos con un criterio, con coherencia, con congruencia, con consistencia.

Este libro va dirigido especialmente a familias con el deseo de que reflexionen y lleguen a convertirse en:

“Quienes educan a los niños en la capacidad de reflexionar y actuar coherentemente, de generar proyectos, aportar alternativas y soluciones, enfrentar dificultades, poseer fortalezas para sobreponerse a los contratiempos y hechos lamentables, comprometerse y sentirse concernidos, ser optimistas. En pocas palabras, a dar lo mejor de sí”.

Aunque es un libro especialmente destinado a las familias creo que es recomendable para los docentes y otros profesionales que son agentes activos en la educación de niños y niñas. La colaboración de escuela y familia es más que evidente por eso este libro puede ayudar al profesorado a marcar pautas que ayuden a las familias en sus aprendizajes y además, puede ayudar al profesorado para que aprenda a formar parte de esta gran comunidad de aprendizaje que invierte en la mejor educación de la infancia hacia la formación de una buena ciudadanía.

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