¿Es posible un cambio en la práctica docente?

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Las leyes educativas pueden prescribir tipologías de aprendizajes. Un ejemplo: el aprendizaje por competencias. Solo los protagonistas de ese cambio lo llevarán o no a la práctica docente, los propios docentes. Generalmente no lo harán, cuando han sido ignorados, invisibles, en todos los cambios normativos de nuestra proliferación legislativa. Lo indicamos hace tiempo: el aprendizaje por competencias no está siendo incorporado en una mayoría de nuestros centros educativos. Allí enunciábamos varios problemas, que siguen sin resolverse.

Nuestra situación educativa es una contradicción: ley y práctica no coinciden, aunque muchos proyectos de centro u autonómicos perseveren. Hay excepciones, como tales dejamos constancia de ellas. Desde INED21 queremos identificar dos problemas, entre otros, que explican lo anterior. Dos problemas que tienen solución desde el realismo educativo que defendemos. El fracaso de muchas iniciativas implica que el voluntarismo no vale por sí solo: análisis de esos problemas e implementación adecuada deben ir de la mano.

Primer problema: el aprendizaje por competencias es el resultado de un dominio metodológico que, en gran parte, no tienen nuestros docentes. Hay muchas razones para ello, dejamos algunas, conscientes de que hay más: falta de adecuación pedagógica en la formación universitaria; anacrónicos procesos de selección para una profesión tan exigente; formación permanente burocratizada, con el objetivo de rellenar puntos y subir en listas; falta de una identidad profesional: la docencia es y debe ser una primera opción y una identidad que evolucione con nuestra trayectoria profesional, no lo es en la actualidad. Un ejemplo: ¿cómo se quiere evaluar por competencias, si no se tiene un dominio de las habilidades de evaluación y diseño didáctico?…

Algunas preguntas relacionadas con lo anterior: ¿cómo un profesor de secundaria va a cambiar su enseñanza de contenidos tradicional, que asegura su inercia, hacia un modelo que  nadie le preguntó y le explicó ? ¿Cómo va a realizar ese cambio metodológico hacia un aprendizaje por competencias, si no sabe cómo? ¿de qué sirve una pizarra digital, se pregunta, si no sé qué hacer con ella? Hay quien habla de introducir las TIC en nuestra práctica diaria. Antes hay un problema más urgente: capacitarnos metodológicamente, de una forma realista, con diseños de situaciones de aula. La tecnología no educa por sí sola, eduquemos la tecnología. Solo entonces la necesaria introducción de las TIC, tendrá sentido. Dicho de otro modo: solo un dominio pluralista, lo denominamos equilibrio metodológico en INED21, de las diferentes estrategias de enseñanza-aprendizaje conductistas, constructivistas y horizontales, mejorarán nuestro trabajo de aula.

Segundo problema: el aprendizaje por competencias implica una renovación de las competencias docentes, no solo metodológicas. Hagamos algunas preguntas que el lector podrá contestar por sí solo: ¿las habilidades de motivación que, son básicas en cualquier trabajo de aula, dónde se enseñaron y han sido practicadas en nuestras aulas desde un punto de vista formativo? ¿las habilidades de control y de gestión de aula? ¿las habilidades de  planificación docente? Demasiadas preguntas que no deberíamos hacernos. Realismo implica empezar a contestar estas preguntas: las soluciones existen, pero exigen cambios de fondo.

Desde INED21 nuestros programas formativos están diseñados en coherencia con lo anterior: operatividad, cualquier tipo de innovación educativa debe poder aplicarse en el trabajo de aula diario; realismo, esto implica ese pluralismo que habilite a los docentes en las diferentes estrategias y competencias que deberá aplicar a sus diferentes contextos; contextualizados, todo programa formativo debe simular situaciones de aula, para que el docente pueda comprender e interpretar las pautas necesarias en esa situación concreta.

Hoy queremos terminar con una muestra de agradecimiento. A través de las redes y presencialmente, nos llegan día a día, mucho aliento y cariño: es posible el debate educativo desde una línea constructiva, lo comprobamos continuamente. En nombre de Víctor y del que les escribe, José Luis, gracias por el inusitado interés que el proyecto INED21 está suscitando: hace poco más de un año que empezamos esta aventura y, siempre, hemos sentido y pensado que la pasión educativa era compartida. Lo es, gracias a vosotros.

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