Currículo educativo, ¿objeto de reflexión? He oído que Educación está haciendo pasos para renovar los currículos de la educación obligatoria. Hace mucho tiempo que pienso en ello y cuanto más leo más me doy cuenta de que lo que damos a los niños a través de los manuales necesita mucha revisión.
Lo que les dé cada maestro ya es más difícil de recabar. ¿Cuántos están reamente al día en la comprensión del mundo? ¿Cuántos tienen una visión global de él? Es un tema para la educación superior en el que no puedo entrar.
Permítanme resumirles algunos resultados de una reflexión larga en torno al currículo educativo, aunque no sé si profunda, decidan ustedes. Me he limitado a proponer alguna solución para un currículo educativo parcial de una parte de la educación obligatoria:
El Ciclo Superior de la Educación Primaria según la LOGSE (la más incomprendida y peor aplicada de nuestras ocho leyes –¿o son nueve?–) que, a mi entender, capta algo de la evolución de los jóvenes. En ese ciclo superior culmina un ciclo de la niñez al que me permito llamarle “la madurez de la infancia”.
Dos años que completan una evolución de la mente infantil y la colocan en un punto de equilibrio previo al nuevo salto que representa la adolescencia. En esa madurez de la infancia, se supera la etapa mítica de la comprensión del mundo (la de los cuentos de hadas), y se adopta una comprensión romántica hecha de personajes admirables y realidades genéricas, pero objetivas.
Es posible una visión del mundo bastante operativa (en épocas anteriores de la historia empezaban a trabajar).
Y como suscribo todas las teorías de la multidisciplinariedad del conocimiento y de la comunidad de aprendizaje que empezaba a prever la LOGSE, presento un currículo educativo abierto para dos años, absolutamente maleable, pero abarcador de todo lo que es el mundo.
Algo muy genérico para que cada claustro pueda completarlo, según las necesidades concretas de sus alumnos, y pueda hacer suya nuestra propuesta de currículo educativo. Ahí va:
Currículo educativo
Son ocho temas para entender el mundo en dos años. Si nos lo tomamos cartesianamente serían dos meses por tema. No seamos cartesianos, e interpretémoslo con más kairós que kronos.
- El mundo para niños de ciclo superior
- Quién soy yo: la personalidad y el carácter
- Qué es el mundo natural y humano
- Justicia, la obra más humana
- Navegar, la fuerza de la experiencia
- Volar: la complejidad de la invención
- Quienes somos: tiempo e historia
- Los mundos del mundo
- El viaje de la mente: pensar, crear, creer
Seamos flexibles en la concepción del currículo educativo, alternemos, solapemos, distribuyamos, responsabilicemos. Sólo se trata de que no se nos escapen partes importantes del mundo y no sean sometidas al escrutinio de los niños.
Y cada tema de nuestro currículo educativo contiene todas las disciplinas escolares ayudándose entre sí. ¿Cómo llegan los niños al conocimiento disciplinado? ¿Cuándo? Sobretodo al final, tal vez entremedio.
Al principio, los problemas son problemas, los procesos son procesos y los paisajes son paisajes. Interpretarlos nos llevará (llevará a los niños) a una biblioteca en que el saber estará clasificado, les obligará a utilizar técnicas deudoras de disciplinas concretas. Y nuestro currículo educativo debe contemplarlo.
Y al final deberán guardar sus producciones, su trabajo escolar, con algún criterio disciplinar que les dará pistas sobre su vocación. Pero la comprensión habrá sido global.
Permítanme explicar y justificar este currículo educativo. Para cada uno de estos ocho objetivos de comprensión puede construirse un mural recordatorio y manipulable, con imágenes.
1. Quién soy yo: la personalidad y el carácter
Me parece importante que el alumno tenga alguna teoría sobre su propia persona y su relación con el medio antes de empezar a aprender. Siempre me ha emocionado el primer apartado de las Meditaciones de Marco Aurelio en que se dedica a entender quién es él y qué debe a cada uno de sus mayores.
¿De qué o de quién soy deudor? Los niños no perderían por aprender a conocerse y a agradecer.
2. Qué es el mundo natural y humano
Respecto al currículo educativo, sólo haré hincapié en un tratamieto más procesual y evolutivo de la comprensión del mundo mineral, vegetal, animal y humano. En la medida en que se pueda, qué es la evolución y cómo opera y el trabajo de laboratorio. ¿Cómo opera el conocimiento?
3. Justicia, la obra más humana
Entender que los humanos somos los animales que no nos sometemos a la selección natural y que eso nos plantea todos los problemas que tenemos.
Desde el momento en que decidimos proteger a todos los que nacen asumimos (?) proteger su vida y su realización vital y psíquica. La Justicia (mucho más allá del mero Derecho) es el empeño más formidable de esa extraña especie que somos. ¿Cómo la afrontamos?
Vamos a lo práctico. La navegación, la conquista del elemento líquido ha sido el primer campo de batalla de la mente antes de la ciencia. Conquistar un medio en el que no hemos evolucionado, pero lo suficientemente asequible como para que la mera experiencia nos bastara.
- El galeón, el bergantín, las más formidables máquinas del mundo preindustrial fueron fruto de la experiencia en red.
- Y desde el grito de Arquímedes, comadrona de la ciencia.
- Además, el estudio del agua lo comprende casi todo.
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5. Volar: la complejidad de la invención
En nuestro currículo educativo, se debe recoger que, en cambio, la sutileza del aire nos obligó a un pensamiento mucho más sutil. El vuelo debe también a la experiencia, pero ni el genio de Leonardo hubiera conseguido elevar nada.
Hacía falta gente como Bernoulli. Y pese a o gracias a la dificultad del vuelo, la imaginación humana, desde Dédalo e Ícaro pasando por el primer viaje a la Luna de Luciano de Samosata, se ha nutrido artística y literariamente de él hasta la saciedad.
6. Quienes somos: tiempo e historia
Para un currículo educativo, propongo huir de la historia nacionalista (ni tu comunidad, ni España ni Europa). La historia de hoy sólo debería ser humana, lo demás se dará por añadidura. Hay una aventura de la especie que explicar.
Desde la cuna africana hasta la infancia viajera y los hermanos-civilizaciones. No somos tan distintos. Todos tus alumnos, sean sus abuelos del continente que sean, han de sentir que les explicas o les propones su historia. ¿Es cierto que la modernidad es europea?
Es cierto que viven aquí, pero ya nadie pasará toda su vida en el mismo sitio. Nuestra casa es el planeta y su historia es la nuestra.
7. Los mundos del mundo
Conocí a un catedrático de geografía que se quejaba de lo poco capaces que eran sus alumnos de facultad de dibujar mapas de memoria. El perfil de Europa no es fácil pero tenemos muchos años para familiarizarnos. Vamos hacia un currículo para la interculturalidad.
Dicen que apenas se aprende lo que no se intenta enseñar. Tampoco se conoce el mundo que no se intenta dibujar.
- Cómo es cada lugar.
- Quién vive allí.
- Qué ha pasado en esa parte.
- Qué problemas puede tener.
Me atrevería a proponer que es imposible la solidaridad sin saber cómo es la casa del otro.
8. El viaje de la mente: pensar, crear, creer
Este tema los comprende todos, pero también los necesita. Defiendo que la cultura humana ha pasado por tres etapas: la somática (voz, pintura, modelado), la codificada (escritura, imprenta, medida y perspectiva) y la digital. En la escuela podemos tener talleres y modelos de cada etapa (audiciones, espectáculos, planos, textos, partituras, software…).
Los niños deben entender que la informática no es más que el logro matemático de entender la energía y aprovecharla para hacer modelos de toda la cultura. Tal vez hasta de la inteligencia (¿y la sensibilidad?). El tiempo dirá.
Les propongo evaluar si una visión del mundo como ésta de nuestro currículo educativo es adecuada para sus alumnos entre diez y doce años.