Las imágenes educan y nosotros deberíamos educar para ellas, pero ¿tienen cabida en nuestras aulas? Su poder en la construcción de la realidad y, consigo, en el refuerzo de estereotipos y conductas sociales es más que evidentes. Todas generan una acción y, sin embargo, ¿se presta atención a su análisis?
En el colegio, nos enseñan a leer, pero los esfuerzos dedicados a la comprensión de imágenes son limitados (o inexistentes) y, todo ello sucede a pesar de encontrarnos sumergidos en una sociedad visual.
Las imágenes inundan cada rincón de nuestras vidas y lo hacen con una intención. Comunican, gritan y transmiten unos valores concretos. Sin embargo, sin los recursos necesarios para descifrar sus menajes, sin saber mirar, nos encontramos bajo su poder, convirtiéndonos en consumidores pasivos de ideas incomprendidas.
Yolanda Domínguez, artista visual, ha demostrado en sus trabajos cómo los más pequeños desconocen lo que se oculta detrás de campañas publicitarias, especialmente, en el mundo de la moda.
Su experiencia fue presentada el pasado mes de noviembre en PAula, proyecto celebrado en Murcia, donde se respiró otra educación posible. Aquí, recapitulaba en la historia del arte para preguntar por la representación de la mujer en este ámbito.
Cosificación en cuerpos sin cabeza, maternidad estereotipada y paternidad ausente sobre la que ironizaba refiriéndose a “Saturno devorando a sus hijos” como representación de esta ¿realidad? oculta en la pintura.
A esta asignatura pendiente de cultura visual se le suma la del arte. El gran incomprendido. El confundido por las famosas manualidades que, lejos de desarrollar la creatividad, la matan. Clara Megías, cofundadora de Pedagogías Invisibles, también dio vida a este proyecto, coincidiendo con la comparativa de producir en serie o desarrollar la motricidad.
Arte es algo más profundo, es vivir una experiencia estética transformadora y, también, una herramienta para aprender cualquier cosa. Entonces, ¿por qué no transformar la educación a través del arte?
La reivindicación del arte en la escuela es algo defendido a través del “Art Thinking”. Esta visión fomenta la posibilidad de dejar el proceso abierto a lo inesperado, a la verdadera creación, acompañado, por supuesto, de diversidad de materiales que permitan explorar y descubrir, como escribía en Rotuladores y coacción desde la escuela.
La desfamiliarización es uno de sus puntos fuertes en la labor creativa; al generar situaciones extrañas y fomentar la curiosidad despertamos, en definitiva, el germen para que el aprendizaje se produzca.