CUANDO LOS PADRES VAMOS AL COLEGIO: 20 PREGUNTAS

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Son ya varios los artículos que he publicado en INED21 sobre la colaboración entre los padres y la escuela. Iba a decir: “¡y lo que te rondaré, morena!”.

En efecto, el asunto da mucho de sí, como advertí, y es cuestión esencial para la educación de nuestros hijos.

Ésta es la cuarta y… penúltima entrada desde aquel post inicial: “La familia y la escuela”.

Al mismo le siguió “La implicación de la familia en el colegio: 10 preguntas previas”, con el que pretendí, como puede deducirse del título, ponerte en situación antes de “entrar en faena”.

Y, a partir de éste, te planteé preguntas muy concretas. Lo hice en el post “Implicación con el colegio: 15 preguntas para tu casa”. Intentaba, con él, aportar ideas concretas sobre qué podemos hacer desde el hogar en favor de ese alumno que es… nuestro hijo.

Con la actual entrada pretendo avanzar en la respuesta a la pregunta que se me hizo inicialmente. Te la recuerdo:

¿Qué consejos darías a unos padres con las exigencias

de su día a día,

con muchas preocupaciones y miedos en la cabeza,

con escasez de tiempo, para implicarse en las

acciones educativas del centro?

Si te fijas en algún post anterior, estoy utilizando el mecanismo de formular preguntas “en voz alta” para que cada uno nos las respondamos (da igual que sea en voz baja). Y así, “midamos la temperatura” de nuestra colaboración y actuemos en consecuencia.

Hoy también nos toca examena los padres. Vamos allá:

20

Primera parte

1

¿Conoces la asociación de padres y madres del colegio de tu hijo?

2

¿Participas en ella activamente?

3

De no involucrarte en la vida de la asociación, ¿conoces a padres que sí lo hagan? ¿Hablas al menos con ellos a fin de transmitirles tu visión, tus sugerencias, para que las trasladen a quien corresponda?

4

¿Pertenece tu asociación a alguna federación y/o confederación de asociaciones de padres y madres?

5

¿Sabes cuáles son los motivos por los que, en su caso, se ha incorporado a dicha federación? ¿Conoces los beneficios concretos de vuestra pertenencia a aquélla?

6

¿Conoces qué es el Consejo escolar y cuáles son en él las funciones de los padres?

7

¿Te informan sobre las elecciones o candidatos a los órganos colegiados de tu centro? ¿Te animan, cuando procede, a que participes? ¿Lo haces?

Segunda parte

8

¿Conoces al equipo directivo del colegio de tu hijo, o a algún miembro de aquél? ¿Y ellos a ti?

9

¿Conoces a los profesores –en especial al tutor– de tu hijo? ¿Te comunicas o relacionas con ellos?

10

¿Tenéis una agenda u otro sistema eficaz de comunicación individualizada? ¿Conoces su email? ¿Lo usas?

11

¿Mantienes con ellos una relación fluida y no puntual que demuestre tu interés?

12

¿Informas al colegio acerca del contexto en que se mueve tu hijo fuera del centro, de su carácter, conducta en casa, relación con hermanos y amigos, actividades, etc?

13

¿El diálogo con el colegio se concreta en algo más que el mero intercambio de informaciones en una dirección o en ambas? ¿Lo llevas a cabo de forma asertiva?

14

¿Sigues de cerca la evolución académica de tu hijo, sus calificaciones, sus progresos? ¿Valoras en debida forma su actitud y el arraigo o fortalecimiento de sus virtudes o hábitos positivos?

15

Cuando conversas con los profesionales del centro, ¿a instancia de quién son los contactos? ¿son éstos proactivos o solo reactivos? ¿Habláis solamente si/cuando hay malas notas o problemas?

16

¿Cada cuánto os veis? ¿Acudes periódicamente a tutorías? ¿Vas tú solo/a o con tu esposa/o?

17

¿Trasmites a los profesores unas razonables pero altas expectativas o aspiraciones en relación con la educación de tu hijo? ¿Las comparten?

18

¿Son esas expectativas de éxito para tu hijo coherentes con los comportamientos que se muestran en el ámbito familiar?

19

¿Compartís familia y profesores estrategias para prevenir cualquier fracaso?

20

¿Conoces o te interesas, además de por las calificaciones ordinarias de tu hijo, por los resultados del centro en pruebas generales y estandarizadas?

Voy concluyendo. No quiero hacerlo sin reiterar mi agradecimiento a quienes han hecho posible el informe sobre “La participación de las familias en la educación escolar”, al que tanto deben estas entradas.

Los padres somos

los primeros educadores

Lo pongo así, en negrita, porque quiero dejar claro que no se trata de que “arrimemos el hombro”, sino de que seamos protagonistas activos, en primera persona del plural, de la educación de nuestros hijos. Ningún profesional docente debe sentir la sensación –o la tentación o necesidad– de que la educación pueda o haya de tener lugar sin contar con la familia o, peor, a espaldas de ésta.

Hay,

SÍ,

que dedicarle horas

El tiempo es un bien escaso –y valioso–. Hay que encontrarlo para lo importante entre obligaciones, ocupaciones y ajetreos… Pensemos, cuando aducimos falta de tiempo, si no lo será, más bien, de prioridad, o si no tendría al menos parte de razón Séneca cuando afirmaba que “no es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho” (“De la brevedad de la vida”). Leí hace poco que pierdes una hora a la mañana y luego andas todo el día venga a buscarla…

NO olvidemos NUNCA

que la mejor inversión

de cara a la educación de nuestros hijos es pasar tiempo

en familia

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