En 1492 el continente que se denominaría América era todavía un desconocido territorio para los colonos europeos. Muchos de éstos empezaron a realizar anotaciones sobre todo aquello que encontraban a su paso y describían desde su óptica los hechos sucedidos durante las primeras exploraciones.
Estos testimonios, que alcanzan su desarrollo en el siglo XVI, parten de una perspectiva etnocéntrica y son conocidos como Crónicas de Indias porque narran sucesos que seguían un orden cronológico y se basan en la falsa primera creencia de los colonos de haber arribado a las Indias Orientales.
Crónica Americana
Las crónicas de Indias abarcan una amplia variedad de textos con un marcado carácter híbrido que los ubica a caballo entre el discurso histórico y el literario: cartas, relaciones e historias (Fariñas 85). En este ensayo, se contrastará tanto el carácter ficcional como la aparente búsqueda de objetividad que está presente en las obras:
- Historia Verdadera de la conquista de Nueva España de Bernal Díaz del Castillo.
- Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
- Y Cartas de relación de Hernán Cortés.
En relación al aspecto ficcional y atendiendo a la presencia de mitos en las crónicas de Indias, se aprecia el gusto de los conquistadores por los libros de caballerías. Realidad y ficción propia del imaginario de estas lecturas se mezclan en la obra de Bernal Díaz del Castillo. En el capítulo LXXXVII de Historia verdadera de la conquista de la Nueva España se establece un paralelismo entre las construcciones mexicanas y las mezquitas españolas, subrayándose la alusión al célebre libro de caballerías Amadís de Gaula.
Las crónicas de Indias de Bernal Díaz del Castillo resultan “más asombrosas que las historias de Amadís” (Fariñas 108). Sobre este aspecto son esclarecedoras las palabras de Alejo Carpentier al referirse al texto de Bernal Díaz del Castillo como “el único libro de caballerías real y fidedigno que se haya escrito” (Carpentier 105).
Serra atisba en ella rasgos comunes a la novela picaresca por la presencia de autobiografismo y las constantes alusiones al hambre. También puede establecerse un símil entre Naufragios y las novelas de aventuras debido al clímax narrativo (Maura 38). De igual manera, el mito de las amazonas está presente no solamente en Álvar Núñez Cabeza de Vaca, sino en Hernán Cortés y otros muchos cronistas del momento.
Ello es debido a que dicho mito se recrea en uno de los episodios de Las sergas de Esplandián (1510), libro conocido por los lectores de la Edad Media y del Renacimiento. Su autor, Garcí Ordóñez de Montalvo, sitúa el reino de las amazonas en una extraña isla de las Indias (Fariñas 110).
Elementos de carácter mítico
Con respecto a los elementos de carácter mítico, en el capítulo XXII de Naufragios se alude a una criatura hermafrodita llamada Mala Cosa. De igual manera, dicho carácter mítico está presente también en la profecía del capítulo XXVIII.
Este proceso de mitificación que determina el carácter ficcional también aparece en las tres primeras cartas de Cortés, pudiéndose percibir en la descripción que de él mismo realiza los rasgos característicos del modelo renacentista presentes tanto en El Príncipe de Maquiavelo, aunque Cortés no podía conocer la obra (Varón 749), como en la figura de César, ejemplo de la conquista romana y también en el Cid, vasallo ejemplar de la Corona Española y protagonista absoluto de la Reconquista (751-752).
Cortés esbozó, por tanto, una descripción literaria de sí mimo que contribuyó a gestar la imagen de su “proyecto de conquista como una gran hazaña del Imperio español” (749), presentándose a sí mismo como:
“El gran héroe protagonista de dicho proyecto, un héroe para la Fama” (749).
Con respecto al aparente intento de objetividad presente en las obras, en Naufragios se atisba de forma más latente si se compara con otras crónicas del momento. Se trata, como ha señalado Pastor, “de un discurso del fracaso” (Andrýsková 13) que contrasta con el carácter triunfalista propio del discurso colonial.
El punto de inflexión aparece en el capítulo XII, en el que se hace alusión a la desnudez, así como a la pérdida de cualquier posesión material. Ello implicaría la “desnudez cultural” (Andrýsková 18) o, en la línea apuntada por Beatriz Pastor, el renacer de una nueva conciencia que conllevaría un cambio en la mentalidad del conquistador español:
Los indígenas serían percibidos desde una ótica más objetiva y, por consiguiente, más humana (Pastor 266).
Existe un salto cualitativo con respecto a la perspectiva de los indígenas y las relaciones establecidas con éstos en la obra de Núñez Cabeza de Vaca que dista mucho de los textos de Cortés o Colón (Pastor 195-284). No obstante, el protagonista de Naufragios se muestra siempre como el héroe capaz de arriesgar su vida y salvar la de los miembros de su expedición, subrayando así su vasallaje a la Corona Española.
De igual manera, al igual que ocurre con las Cartas de relación de Cortés, está muy acentuado el tópico medieval de la providencia divina, ya que destaca la insistencia de que todo lo ocurrido en la obra viene determinado por ella. Por consiguiente, Núñez Cabeza de Vaca no trajo de América riquezas ni indígenas, pero desempeñó un papel imprescindible en la evangelización al ser considerado por los propios indígenas como “un santo con poderes sobrenaturales” (Andrýsková 21). Se constata el hecho de que la búsqueda de objetividad en el relato se subordina al carácter propagandístico de la empresa española.
Tono realista
En el caso de Bernal Díaz del Castillo, la crítica no ha dudado durante décadas en acentuar el tono realista de su obra. No obstante, ya en el siglo XX, la Historia verdadera se considera “origen de la literatura latinoamericana contemporánea, en especial por escritores vinculados a la literatura del boom: Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes” (Añón 222).
En el análisis que plantea Añón habría que partir de la premisa que cuestiona la definición de “lo real” (226) desde una perspectiva “diacrónica e histórica” (226). De esta manera, la objetividad de su testimonio tendría como punto de partida los hechos vividos en primera persona por el propio cronista y las “huellas” (227) presentes en su cuerpo constituirían ese “índice” (227) de lo vivido. Esto iría en consonancia con la idea planteada en torno a la “retórica del cuerpo” (227).
Pero a este intento de objetividad, “se le impone el complejo proceso del encuentro con la novedad. Lo nuevo es aquí lo otro, lo inesperado, lo abominable y lo cruento pero es, sobre todo, lo maravilloso, lo inverosímil” (229). En el análisis de su obra se aprecia la intención de una redacción detallada sobre las expediciones y batallas en las que había sido partícipe.
Modelo colonial de tipo Feudalista
Sin embargo, el resultado final de su obra delata el objetivo de la misma: la consecución de la fama, tal y como él mismo manifiesta en el capítulo 212. De igual manera, tras analizar con detalle su crónica, queda subrayado el fracaso de la gesta medieval: el deseo de implantar un modelo colonial de tipo feudalista no se llevó a la práctica debido a la oposición de la Corte y al surgimiento de las Nuevas Leyes de Indias en 1542 (Gálvez 136).
En el desarrollo de toda la crónica estarán muy presentes dos de los motivos fundamentales para llevar a cabo la empresa:
- El oro.
- Y la evangelización.
De igual manera, aunque pretende afirmar una relación fraternal con los indígenas, Bernal Díaz narra los crueles métodos ejercidos contra éstos para consolidad la esclavitud.
En las cinco Cartas de relación de Cortés a Carlos V destaca el auge y posterior declive de la figura del conquistador a lo largo de siete años. Cortés tenía plena conciencia de protagonizar sucesos que formarían parte importante de la Historia. Por eso. a partir de la Segunda relación trata de plasmar su proyecto como una gran gesta del Imperio español al que se subordina.
De la misma manera que ocurría con Bernal Díaz del Castillo su objetivo final prevalece sobre el interés histórico: la consecución de la fama. Para ello Cortés entreteje una red de conexiones históricas y metaliterarias que lo sitúan como protagonista indiscutible del relato.
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Conclusión
Como conclusión, las crónicas nos han legado elementos de carácter ficcional que estaban presentes en la literatura del momento o que anticiparían la venidera; pero también son un medio excelente de conocimiento del contexto histórico en que se inscriben: el vasallaje que los colonos le debían a la Corona Española determina los motivos por los cuales se inicia la empresa en América.
De igual manera constituyen la herramienta perfecta para realizar un análisis antropológico y filosófico del pensamiento de Occidente en el que conviven rasgos medievales y renacentistas.
N. del E.: Trabajo realizado por Ángela María Ramos Nieto para el módulo del doctor Christian Snoey en el Máster de Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana.
Bibliografía
Andrýsková, Petra. Análisis de los Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca: un enfoque centrado en los aspectos novelescos y cronísticos. Bakalářská diplomová práce. Španělský jazyk a literatura, 2013.
Añón, Valeria. Realismo, detalle y experiencia: acerca de la Historia verdadera de Bernal Díaz del Castillo. Latinoamérica: Revista de estudios Latinoamericanos, (57), 2013, págs. 213-245.
Cortés, Hernán. Cartas de relación. Freeditorial.
Carpentier, Alejo. Tientos y diferencias. Montevideo: Arca, 1967.
Díaz del Castillo, Bernal. Historia Verdadera de la conquista de Nueva España. Biblioteca virtual universal, 2003.
Fariñas Maciel, Gabriela Esther. Crónicas de Indias entre la historia y la literatura: las crónicas sobre el Río de la Plata. Tesis doctoral. Madrid, 2019.
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