La Carta Prohemio a la Duquesa de Soma de Boscán es un punto de inflexión y a la vez un preámbulo del proceso por el cual el barcelonés pretende consolidar la tarea de escritor desde una perspectiva humanística.
De ella se desprende una voluntad claramente artística y transgresora que renueva los modelos imperantes en las letras españolas del momento y tiene su impulso en Garcilaso de la Vega y Juan de Valdés.
Para lograr dicho objetivo la figura del interlocutor es una pieza clave dentro del proceso. En este caso la elección de receptor no es casual: se trata de Beatriz Fernández de Figueroa, conocedora, debido a su formación y linaje, de las corrientes italianizantes del momento. No podemos pasar por alto que su esposo, Fernando Folch, costeó las distintas ediciones de poemas de Ausias March.
Carta Prohemio a la Duquesa de Soma: Boscán
Boscán, sabedor de todo esto, tenía como objetivo convertir a la Duquesa de Soma en el modelo de lector mientras desarrollaba la certera captatio benevolentiae a su público que vertebra dicha carta.
El texto se ubica como prólogo al libro Segundo de Boscán y posee una estructura y características ampliamente abordadas por la crítica. Destacan las aportaciones de Alicia de Colombí-Monguió[1], Anna Lozano Angulo[2] y Begoña Canosa Hermida,[3] entre otras. Esta última estudiosa del ámbito subraya la importancia de la “reflexión metaliteraria” que sirve de puente entre el Arte de poesía castellana de Juan del Encina (siglo XV) y el Arte Poética en Romance Castellano de Sánchez de Lima, publicado en 1580.[4]
Partimos de la base de que la intención es claramente literaria: existen diversas interpretaciones de la carta realizadas desde este ámbito. La primera y más citada de ellas procede de Antonio Armisén en 1982. Sin embargo, al hilo de lo expuesto por Alicia de Colombí-Monguió, deducimos que esta primera interpretación es sesgada, ya que se ciñe solo al ámbito de la renovación formal.
Colombí-Monguió concluye que es necesario tener presentes diversos aspectos para llegar a una interpretación acertada:
- Verso.
- Modo.
- Manera.
- Estudio y artificio.
La confluencia de estos cuatro parámetros nos conduciría al epicentro de una nueva conciencia poética. De igual manera, desde el inicio de la estructura de la misiva, Boscán consolida ya su faceta como humanista en su defensa del verso endecasílabo frente al octosílabo.
El Marqués de Santillana y Boscán
Se ha tratado de ver una similitud entre la Carta Prohemio a la Duquesa de Soma y la Carta Prohemio del Marqués de Santillana. Sin embargo, Colombí-Monguió destaca que existe un claro contraste entre la visión medievalista del Marqués de Santillana, que se encuentra en la misma línea que Juan del Encina, y la visión humanista de Boscán, ya que el barcelonés subraya el hecho de tomar los modelos de Dante y Petrarca para trascenderlos e imprimir un sello propio a la nueva poesía española de origen italianizante.
En el Siglo de Oro español el género epistolar desempeña múltiples funciones. Dentro de la tarea paratextual que nos ocupa, al hilo de lo expuesto por Carles Bastons i Vivanco en su estudio Polisemantismo y polimorfismo de la carta en su uso literario, debemos remitirnos al corpus epistolar petrarquista del que se nutre Boscán.
La carta humanística y la carta prohemio
De igual manera Bastons i Vivanco establece una distinción entre la carta humanística y la “carta prohemio”, con sus respectivas variantes, subrayando la idea que la diferencia dentro de la etapa áurea que nos ocupa: el carácter erudito de la primera y el literario de la segunda.[5]
Por tanto, en la Carta Prohemio a la Duquesa de Soma, y en otras que siguen la misma estructura de la Carta Prohemio del Marqués de Santillana, nos encontramos ante un destinatario y un emisor que, tanto en los casos reales como en los ficticios, forman parte de ese juego literario.
Pero, además, la carta de Boscán sería el vehículo idóneo para expresar la preocupación artística del momento, como apuntábamos anteriormente, y encuentra un ejemplo precursor que aborda la misma temática aunque desde diferente perspectiva en el Marqués de Santillana.
Por tanto, en el texto que nos ocupa confluyen tanto el carácter erudito como el literario a los que se refería Carles Bastons i Vivanco. Al hilo de lo expuesto, Claudio Guillén realiza un magistral compendio que no podemos obviar sobre las diversas opciones epistolares presentes en el Siglo de Oro.[6]
Paralelismos entre la Carta Prohemio de Boscán y la misiva de El Lazarillo de Tormes
Me parece especialmente interesante subrayar como ejemplo el modelo epistolar presente en la obra literaria El lazarillo de Tormes para establecer diversos paralelismos con la carta que nos ocupa. Entre ellos, destacamos los siguientes:
Presencia de tres lectores
El propio autor de la carta en la novela citada, que subraya una clara conciencia de intencionalidad: Lázaro, como personaje literario, pretende “justificar” el asunto de su misiva dirigiéndose a un personaje también ficticio (“Vuesa Merced”) al que ubica en un plano de superioridad mediante la captatio benevolentiae.
Este artificio es similar al que emplea Boscán mediante el destinatario real de Beatriz Fernández, a quien también se le atribuye un rango de superioridad. En ambos ejemplos, la captatio benevolentiae desempeña un papel fundamental para atrapar al lector anónimo del autor.
Alfabetismo, Literariedad y Poeticidad
En ambas epístolas también concurren los tres parámetros establecidos por Claudio Guillén: alfabetismo, literariedad y poeticidad.[7] En el caso de Boscán, resulta lógico debido al nivel cultural de ambos interlocutores; pero en el de Lázaro es especialmente curioso dicho manejo literario, ya que el protagonista de la novela no ha podido acceder a la formación académica necesaria. Sin embargo, el artificio empleado por el autor real de la obra funciona de manera magistral.
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Diferencias entre la Carta Prohemio y la misiva de El Lazarillo de Tormes
En primer lugar, cabe destacar que en el caso de Boscán confluyen tres aspectos reseñables: la función literaria de la carta, la crítica literaria ejercida a través de la misma; así como la reivindicación del endecasílabo, y la afirmación del concepto de individualismo y autoría.
Con respecto a este último apartado, no podemos obviar que Boscán ensalza las figuras de Garcilaso de la Vega, Dante, Petrarca y Ausias March. Por el contrario, aunque sí apreciamos en la misiva de El lazarillo de Tormes la clara intención literaria, ya que emplea numerosos artificios para ello; no podemos hablar de concepto de autoría propiamente dicho.
Lázaro es el protagonista y autor de la misiva que sustenta el eje de la novela; pero se trata de un personaje ficticio concebido por un autor que pretende salvaguardar su identidad debido a la temática planteada en la obra y de la misma manera maneja este “juego de sombras” para dotar de mayor realismo y verosimilitud al personaje de Lázaro reforzando así el artificio literario.
Como conclusión, en ambos casos estamos ante una clara intención literaria que abre la puerta al concepto de “modernidad” y reivindica la necesidad de emplear la epístola como un elemento que favorezca la renovación de temas y formas.
N. del E.: Trabajo realizado por Ángela María Ramos Nieto en el módulo impartido por la profesora Sacramento Roselló Martínez para el Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana (2020-2021).
[1] Colombí-Monguió, A. (1992). Boscán frente a Navagero: el nacimiento de la conciencia humanista en la poesía española. Nueva Revista de Filología Hispánica (NRFH), 40(1), 143–168.
[2] Lozano, A. (2017). Prólogo y edición de la Epístola a la Duquesa de Soma de Juan Boscán (Tesis de grado) Universidad de Girona, España.
[3] Canosa Hermida, B. (1999). Un acercamiento temático y estructural a la Carta de Boscán de la Duquesa de Soma; Revista de Literatura Española Medieval y del Renacimiento; ISSN-e 1579-735X,Nº 3
[4] Ibidem.
[5] Bastons i Vivanco, Carles (1996). Polisemantismo y polimorfismo de la carta en su uso literario; Anuario de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, Vol. X (Año 1996), pp. 233-238.
[6] Guillén, Claudio. Teorías de la historia literaria, Col. Austral, Madrid, 1989, pp . 294-295.
[7] Guillén, Claudio. Artículo publicado en Tropelías. Citado en Bastons i Vivanco, Carles (1996). Polisemantismo y polimorfismo de la carta en su uso literario; Anuario de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, Vol. X (Año 1996), pp. 233-238.