EL VALOR DE UNA SONRISA

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AF

ALCANZAR LA FELICIDAD

Es triste, pero ninguna de nuestras leyes educativas contempla un objetivo tan importante como el de alcanzar la felicidad del alumnado.  La preocupación  de nuestras leyes es el resultado académico y se olvida de formar en las aulas a individuos felices.  A lo más que apuntan es a que los estudiantes reconozcan e identifiquen sus emociones para aprender a gestionarlas.

INDIVIDUOS FELICES

Un individuo objeto de un resultado académico, puede ser un individuo estresado y con miedo. ¿Cómo evitarlo? ¿Podemos corregirlo mediante la metodología? Sinceramente creo que sí. Usando una metodología encaminada a potenciar los talentos, a escuchar las necesidades y experiencias del alumnado.  En definitiva, motivando desde la emoción.

El éxito debe conseguirse más con el ser que con el saber,

porque ese es el éxito de la vida

Siempre entro en clase dando los buenos días, a lo que ellos me contestan ¡… y con una sonrisa! Para mí es muy importante trabajar la empatía, conocerse a sí mismo, valorarse los propios talentos y la de sus compañeros, es caminar hacia la felicidad.

AQUELLO QUE SE AMA

Desde siempre hemos etiquetado al alumnado según sus capacidades,  actualmente esto va contra los conocimientos que tenemos del cerebro humano.

Los recientes estudios sobre neuroeducación caminan por este sendero y afirman que sin emoción no hay aprendizaje (Francisco Mora: Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama).

En este sentido podemos señalar los  siguientes componentes para crecer como persona:

Reconocer nuestras propias emociones y las de los demás (autocompasión y empatía)

Gestión y Regulación emocional (todas las emociones son necesarias).

Habilidades para relacionarnos con los demás y para adoptar comportamientos adecuados en los distintos ámbitos de la vida.

¿Cómo podemos integrar estas premisas en nuestra metodología? Una de esas prácticas sería el mindfulness, ya que refuerza las anteriores competencias señaladas.

Mindfulness es una práctica que enseña al estudiante a relajarse y a concentrarse: medidas que evitan el estrés y permite un clima más amable en clase, al mismo tiempo que repercute en la atención a las tareas y, por ende, en el rendimiento escolar.

PENSAMIENTOS POSITIVOS

La atención ha resultado ser algo de difícil definición. Ya no vale solo que le digamos al estudiante que esté atento y que lo haga en el espacio de tiempo que nosotros tengamos a bien. Ha demostrado ser algo variable y difícil de mantener en el tiempo.

Mindfulness te invita a tener pensamientos positivos y estos a crear una red neuronal mayor, por tanto a crecer como personas.

Y esa es la verdadera esencia del aprendizaje, aquel que nos capacita para la vida y que:

Por encima de producir grandes profesionales,

forma mejores personas

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