¿UNA ESCUELA PARA UN MUNDO QUE FUNCIONE?

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La urgencia del pensar que nos acucia

Si yo le dijera a Donald Trump, el candidato americano del falso flequillo rubio, que él mismo es un funcionario, seguro que le estallaría la risa o le daría un soponcio. ¿Qué tendrán contra la palabra funcionario? Al fin y al cabo el capitalismo es una etapa de la Humanidad enfocada a la función. No es raro que la economía sea dominante.

Lo esencial del mundo es que funcione. Es lo que llamamos «sistema». No se trata, ahora mismo, de que sea a nuestro gusto, sólo que funcione minimizando el caos. Y cuando decimos mundo, decimos sociedades humanas, que hoy estan tejidas, mejor o peor, en una sola. ¿Un patchwork? Creo que hay algo más.

¿Qué tendrán contra la palabra

funcionario?

Somos un tapiz animal crecido con cierta espontaneidad en un planeta pequeño. Nadie ha calibrado con el detalle necesario las posibilidades del medio, pero el invento, de momento, «funciona». Se explota, se crea y se distribuye. Hay aún nichos para aquellos que van naciendo y contradecimos razonablemente a la Selección Natural, aunque aún con dolorosa incompetencia.

Decir que se es «antisistema» es pretender avanzar hacia el vacío o tener una carta escondida que muchos querríamos conocer. Porque querer anular el «sistema» que tenemos supondría habilitar otro, más satisfactorio, que permitiera funcionar a una sociedad de 7.000.000.000 de seres en ese mismo planeta pequeño. O tener un plan para un cambio ordenado. Yo pagaría por conocerlo. Pero me temo que no es el tipo de saberes que obtienen de pronto pequeños grupos privilegiados, sino un tipo nuevo de tapiz que se va tejiendo mientras se aprenden cosas nuevas y luchan intereses y visiones del mundo durante generaciones. Yo creo que el capitalismo generará su sistema sucesor de una manera mucho más compleja de lo que Marx pudo haber imaginado.

Lo urgente es la función

y se nota

Y el modo de suministrar relevos es la escuela. Suena tan descarnado como es. En la escuela se encuentran el pasado y el futuro. Es tal vez un laboratorio social privilegiado. Trabajamos para el capitalismo y a la vez para algo nuevo que no sabemos cómo será.

Pero ahora mismo lo urgente es la función y se nota. Programar por competencias. Aprovechar las inteligencias múltiples. Los sistemas educativos pretenden tornear piezas que se adapten a distintos lugares de la maquinaria o que sepan encontrar un nicho para una nueva función. Nadie nos exige ser, pero sí funcionar. Perdón, nos lo exigimos nosotros y los nuestros, pero de eso no parece vivir el mundo.

El Arte (incluyámosle la ciencia fundamental) testimonia nuestro ser, trasciende nuestra función. Pero en la actual etapa de la Historia no es aún lo fundamental. Corremos el risesgo de hipertrofiar nuestra pasión por la función. Y es una pasión que quema muchas piezas y requiere mucho recambio. Tan descarnado como suena. Resulta mucho mal de ello. Todo el patchwork podría deshilacharse o convertirse en una monstruosidad. Es por eso que enseñar a pensar y a ser no es un adorno para un cambio escolar, es una urgencia para toda la Humanidad.

Lo esencial del mundo es

que funcione

Sólo en la escuela hay tiempo para explorar el ser y trascender nuestra función de “piezas”. Pero el mundo las reclama con voracidad en esos repositorios llamados países. El taylorismo escolar está a la vuelta de la esquina. Sólo algunas piezas se ganan el poder de trascender su función y previamente han debido acreditar mucha competencia, mucha función. Piensen en Sócrates o Demóstenes o Fidias, hombros que aprendieron a ser por sí mismos. No es cosa reciente, aún estamos en una evolución cuantitativa.

No rechazamos la función. Día a día muchos profesionales al servicio de los estados demuestran que el ser humano no necesita la competencia para dar lo mejor de sí, sólo buenos problemas que resolver. He subrayado buenos, porque no todos los problemas son dignos.

A mi modo de ver, deberíamos transformar todas las escuelas en laboratorios del ser e ir pensando en convertir el patchwork en una sola colcha de diseño integrado.

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