La frase “Todos somos creativos” es tan usada a ligera como esa de “No es mala gente”.
¿Cómo que no es mala gente?
Te debe dinero y se va de vacaciones, es un aprovechado, un falso, le gusta hacerte daño, te mintió, conspiró a tus espaldas, no se acuerda de ti cuando vienen tres Erasmus suecas a pasar un fin de semana de intercambio a su casa…
¡Claro que no está en la cárcel! Pero, entonces,
¿Qué hay que hacer para ser malo?
¿Un asesinato?
Habría que diferenciar los términos:
Dicen “soy creativo”, y yo pregunto, ¿Qué has creado?, “No, es que nadie combina los tacones y los bolsos como yo”; bueno, en realidad, eso ya es algo.
Una noche le dije a alguien en una discoteca:
– Ese con el que hablabas, el de la camisa más apretada que los tornillos de un submarino y las cejas perfiladas, ¿Cuántos libros ha escrito?
A lo que ella, sobre la marcha y en el mismo tono irónico, me respondió:
–¿Cuántos has escrito tú?
Buena respuesta, directa al mentón y a la vez cierta. (Yo no había escrito nada más allá de un sms triple).
En mi opinión, la diferencia entre las ideas y la creatividad, es que para llegar a lo segundo hay que tangibilizar lo primero, de lo contrario puede que seas un gran soñador, pero no un creativo.
¿Sólo se es creativo
cuando se obtiene un producto físico?
NO
Si lo que creas es por ejemplo, una nueva forma de expresión, un movimiento… también lo eres, pero buscando el medio, rudimentario o no, por el que se expresa fuera de tu cabeza.
Eso, a no ser que seas el profesor Xavier.
No puede ser que para definir la palabra creatividad se necesite un gran texto, es contradictorio en sí mismo.
La creatividad es la habilidad del ser humano
de traer algo nuevo a su existencia.
(Barron, 1969)
La creatividad es
la evidencia de la idea.
(Carlos JHH, 2014)