Para evaluar tenemos que tener todos en claro que no vamos a hacer una estigmatización de los alumnos y docentes, sino que vamos a tratar de ofrecer –y darnos– una mejor calidad educativa a nuestros aprendizajes, tanto de docentes como del sistema educativo en su totalidad, por eso, ¡ni pesimismo ni negación!
Cada cierto tiempo escuchamos en las noticias hablar del Informe PISA. Considero que evaluar es realizar un diálogo entre el crecimiento de los saberes interactuando con nuestros errores, es una vía para seguir pensando los saberes y responder a la cuestión: ¿qué queremos lograr con ellos?
En efecto, la evaluación genera auto-conciencia:
El aprendizaje debe ser una construcción activa del conocimiento
Ni pesimismo ni negación
La constitución de PISA dice:
«La OCDE reúne a 30 países miembros comprometidos con la democracia y la economía de mercado para los que constituye un foro único de debate».
Al leer esta constitución parece que no todos estaremos en el cenit de la equidad educativa, lleva el germen de la desigualdad, las estrellas no son para todos siempre habrá ricos y pobres. Desde que el hombre puso un pie en la tierra ya hablamos de desigualdades y la falta de educación, recursos, etc., hace que se generen países y sistemas desiguales.
Sus datos en mi manera de ver son acientíficos y deliberados, no son datos inocentes, muchas veces abusivos, pero también hay que considerarlos no los podemos desechar. Los cambios educativos que muchos docentes generamos son lentos porque no hay un verdadera política educativa en nuestros países.
Cada cuatro años hay políticas de gobiernos educativa luego de una elección
Las pruebas PISA siempre me hicieron ruido porque es arbitraria su metodología, si bien es cierto que ser evaluados es una necesidad en todos nosotros.
Creo firmemente en que se debe evaluar
- Pero con docentes argentinos o del país en el que se ejerza.
- Pero con pedagogos argentinos, españoles, venezolanos, pedagogos que conozcan la idiosincrasia de quienes se evalúan y no que estemos atados a los designios de los estados contables de una organización y que digan que la educación es un gasto.
Con el sistema PISA, se evalúa muy poco el conocimiento y su aplicación
La evaluación es una estrategia que permite mejorar y fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. El interés por el tema de la evaluación en el sistema educativo es punto de convergencia y coordinación de muy diversos aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje; pero también se debe a que su problemática debe estar en conocimiento de todos, pero, para evaluar hay que ser coherentes, no se puede evaluar por evaluar, hay que tener un porqué y un qué evaluar. La evaluación muchas debe tomarse como ayuda nunca como castigo.
PISA, evaluación ¿como ayuda?
Los informes PISA son exámenes, un análisis meramente de coste, de cantidad. PISA no evalúa materias escolares, sino que revisa las tres áreas de competencias: lectura, matemáticas y ciencias, con pruebas diseñadas para ser independientes del currículo; entonces, me pregunto: ¿para qué diseñar un currículo?
El currículo propicia una educación integral en conocimientos para potenciar desarrollo de las capacidades creativas y genera espíritu crítico.
Muchos de los que criticamos el informe PISA es porque creemos que tenemos que pensar en uno mejor, ahora:
¿Estamos todos dispuestos a intentar un nuevo sistema de evaluación lejos del pedagogo y de la tecnocracia, cuyos profesionales solo nos hablan desde los escritorios?
La respuesta, desde mi parte es afirmativa; material hay de sobra, docentes comprometidos somos muchos.
Siguiendo con mi exposición digo que lo que pasa es que “PISA no analiza los programas escolares nacionales, sino que revisa los conocimientos, las aptitudes y las competencias que son relevantes para el bienestar personal, social y económico (OCDE 1999)” Hacen hincapié en lo económico.
Los docentes debemos y tenemos la obligación de difundir las diferencias entre gasto e inversión educativa. Es una experiencia formativa de gran valor.
Una política educativa ayuda al crecimiento cultural que conlleva a vivir en un estado pleno de derechos.
Los gobiernos en nuestros países se han planteado reformar el sistema educativo recurriendo habitualmente a experiencias internacionales «exitosas» con el objetivo de aprender de sus puntos fuertes y, en la medida de lo posible, intentar emularlas, pero ¿siempre es así?.
Las reformas, los políticos y los reformistas deben valorar la idiosincrasia del ser de cada pueblo al que gobiernan.
¿Por qué no considerar la educación como una actividad de honor y mostrar respeto por todos nuestros pedagogos, nuestros maestros y profesores? Hay que gestionar ideas en educación, esa es una de las maneras de avanzar, tener los objetivos claros que queremos para nuestras enseñanzas y aprendizajes.
La actividad de evaluar es para motivar la esperanza.