PARA QUÉ SER MAESTRO

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«La verdadera profesión del hombre es

encontrar el camino hacia sí mismo»

Heman Hesse

Hace unas semanas, estuve en la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos, compartiendo con los alumnos y alumnas del grado de Educación Infantil unas horas de reflexión acerca de una pregunta:

Qué es ser Maestr@

Es una buena pregunta y creo que antes y así lo hice, había que lanzar otra: ¿Para qué ser Maestro/a? Cuando hice este pregunta a los chicos y chicas que estaban allí sentados, la mayoría no supo contestarme. Y no era importante que respondiera en ese momento, ni siquiera que la compartiese con los demás compañeros y compañeras, lo que sí creo que es de vital importancia es que siga preguntándoselo hasta que al final, tenga una respuesta. La suya, porque no le va a valer otra de su compañero/a.

Esta pregunta nos lleva a descubrir nuestra vocación. Si no somos capaces de contestarla, si no vemos en el oficio de educar ese vehículo que nos va a llevar a sacar y ser lo mejor que podemos ser, a vibrar y sacar ese fuerza que nos convierte en verdaderos líderes de nuestra vida, si no saca lo mejor de nosotros mismo…si el foco o el motivo por el que estamos ahí es que no nos ha llegado la nota para otra carrera o que no se nos ocurre otra opción que nos apetezca más…si no nos sale de las tripas estar ahí, quizás nos hemos equivocado de camino.

La vocación supone dar lo mejor de uno mismo, encontrar el para qué, dar sentido a nuestra vida. Es la fuerza descomunal que te impulsa hacia arriba, a seguir, a poner el foco en aquello que sientes que has venido a aportar en este mundo. Como dice Alan Watts “Si tú no hubieras nacido, nada sería igual. El mundo entero lleva tu impronta y no sería el mismo mundo si tú no formaras parte de él”

En las respuestas que me daban estos chicos y chicas, el para qué se iba a los niños: para hacerles más felices, para enseñarles cosas nuevas, para construir personas, para que lleguen a ser personas protagonistas de sus propias vidas, para transmitirles lo que sé, para ayudarles, , para que aprendan a confiar en ellos… Respuestas preciosas que están enfocadas a esa segunda “pata” de la vocación: el sentido de contribución. A través de lo que hacemos, de poner en marcha y vivir nuestro para qué, estamos contribuyendo a crear un mundo más humano, a poner nuestra esencia en él.

Nuestras almas no están hambrientas de fama, confort, riqueza o poder. Estas recompensas crean casi tantos problemas como resuelven. Nuestras almas están hambrientas de significado, de saber cómo vivir para que el mundo sea por lo menos un poco distinto tras haber pasado

Pero es necesario conocer, mejor dicho, SENTIR la otra “pata”. Esa que tiene que ver conmigo. Con lo que me hace ser y sentir el oficio de ser MAESTRO, de educar. Ese propósito que me lleva a levantarme cada mañana y a pesar de las dificultades, de las rutinas y los obstáculos, cierro los ojos, escucho a mis tripas, a mi corazón, a mi ser y el foco se ilumina y surge la fuerza del entusiasmo, de la pasión por lo que hago, por lo que siento cada vez que estoy con esos niños y niñas, cuando soy capaz de crear con ellos esa conexión que es sabiduría, poder, amor.

«La única manera de hacer un trabajo excelente,

es hacer lo que amas»

Steve Jobs

Mi propuesta es para aquellos profesores y profesoras de las facultades de educación ¿por qué no dedicar un tiempo a esta pregunta con vuestros alumnos y alumnas? ¿Por qué no hacernos esta pregunta como maestros? Y no sólo en esta profesión, sino en cualquier facultad o escuela, donde acompañemos a las personas a cuestionarse: ¿Para qué hago esto…?

Conocer lo que nos convoca, nuestra vocación, supone dejar de ser víctimas del sistema, supone convertirnos en protagonistas de nuestra historia, se nuestra aula, de nuestra escuela. Elegimos cómo vivir lo que hacemos, desde dónde.

Quien tiene un porqué para vivir

siempre acaba encontrando el cómo

Viktor Frankl

¿Cuál es tu vocación? ¿La sientes? Podrías dibujarla, ponerla música, quizás puedas expresarla a través de la poesía, con un movimiento en tu cuerpo, con tus manos en una creación manual, con palabras, imágenes, símbolos. Crea tu propio “anclaje”, conecta con lo que esa imagen, palabras, música, te hace sentir. Recoge tu pasión, tu fuerza, tu contribución mas esencial. Tenla cerquita, que te sirva de foco cada mañana al despertar, en los días bonitos y sobre todo, que te dé la fuerza que necesitas para los días más difíciles. Que te recuerde que es esto lo que tu has elegido y eso te hace sentir…(defínelo tu)

«El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un

hombre que sabe a donde va»

Antoine de Saint-Exupery

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