(5) La evolución de los MOOCs: ¿el valle de la desilusión?: un año: 20% – 30%; tres años: 5% – 15%; cinco años: 10% – 20% (habiendo llegado a estabilizarse la productividad, el resto habría salido del “mercado MOOC”).
¿Hacia dónde apunta el desarrollo de los MOOCs en 2013? Bueno, antes de nada hay que decir que a ninguna parte. De hecho, espero que la actividad aumente en 2013 a partir del hecho de que muchos MOOCs en desarrollo comenzarán ahora a extenderse. En concreto, la plataforma EdX merece ser mencionada y revisada por el gran número de cursos formativos que se ofertarán en primavera –el diseño será, sin duda, uno de sus grandes atractivos–. ¿Reflejarán los cursos EdX el mejor ejemplo de la enseñanza virtual (del pasado)?; o bien, ¿ofrecerán nuevas características, basadas en nuevas investigaciones sobre aprendizaje y cognición?; o bien, ¿ofrecerán mejorías impulsadas únicamente por las ciencias de la información?; o –incluso mejor–, ¿acaso ofrecerán una mezcla de todas estas opciones?; o, finalmente, ¿nos encontraremos con nuestras “viejas amigas”, las típicas clases que han sido previamente grabadas?
Sospecho que a finales de año, los MOOCs comenzarán a estancarse en el “valle de la desilusión” (i.e.: Trough of disillusionment, en el inglés original), aunque dudo que “toquen fondo” hasta 2014, cuando las evaluaciones sobre la educación comiencen a realizarse y las universidades que participen decidan si el modelo les funciona. Yo creo que durante 2013 hay suficiente tiempo para mejorarlos.
Espero que los MOOCs sobrevivan a largo plazo: se harán más pequeños, más diversos en cuanto a diseño, objetivos y publico destinatario, y estarán mejor integrados en la educación post-obligatoria. De hecho, algunos de los MOOCs actuales seguirán existiendo en paralelo a la educación tradicional. Los MOOCs cubrirán una necesidad, o, mejor dicho, una variedad de necesidades, algunas de ellas bastante importantes. No obstante, no causarán el mismo impacto, en los centros, que el que causará la formación híbrida y la enseñanza enteramente online; aunque los MOOCs ayudarán a la “apertura” –aunque sólo un poco– de muchas instituciones antes ‘cerradas’. Los MOOCs proporcionarán a los profesionales una forma barata y accesible de actualizarse, aunque seguirá habiendo una gran demanda formativa por parte de alumnos con larga experiencia a través de los planes de estudio basados en créditos. A pesar de eso, los MOOCs, tal y como los conocemos, no superarán el desafío de proporcionar a los billones de personas en países en desarrollo la educación efectiva y de alta calidad que tanto necesitan debido a los idiomas, la falta de acceso a Internet, y de materiales, que no son tan apropiados para sus necesidades de aprendizaje.
El mayor impacto de los MOOC, desde el punto de vista institucional estadounidense, se dará en los departamentos de educación permanente, muchos de los cuales han tenido que apoyarse en los ingresos en concepto de honorarios para sobrevivir, ofreciendo formación no reglada. Los MOOC no destruirán ese mercado, pero generarán bastantes problemas financieros a esos departamentos, concretamente allá donde han ofrecido formación sin crédito a cambio de una alta comisión o coste. La respuesta por parte de muchas universidades será pedir un bajo coste por participación y una mayor cuota por asesoramiento, que tendrá una dramática caída en picado en términos de números relacionados con los MOOCs. Otras instituciones (o en concreto instructores) cubrirán los números (transformándolos en SOOCs, i.e.: small open online courses, en el inglés original –‘pequeños cursos en línea en abierto’–) y los trabajarán paralelamente al resto de su formación; y muchos centros docentes pueden, incluso, ofrecer crédito a los alumnos más aventajados que hayan superado esa “formación cubierta”, incluso si esos alumnos no fueron admitidos antes por la universidad (véase la Universidad de Maine PI como exemplo). Además, creo que algunos compañeros de segundo año desarrollarán los MOOCs, aunque ellos ya tengan la competencia de proveedores como “Alison”. Las universidades públicas podrían sufrir un impacto, pero menor del que se pueda pensar; ya que ofrecen programas acreditativos de estudio y, además, en algunas ocasiones, han sido líderes en oferta de formación abierta (como por ejemplo el programa “OpenLearn” de las universidades de Reino Unido).
Últimamente, estamos a punto de ver verdaderas novedades en el desarrollo del diseño de MOOCs. Hay menos riesgo cuando se hacen mal las cosas en la “formación gratuita”, así que hay mucho más que ganar cuando los instructores asumen riesgos. Además, se presenta el desafío de manejar una gran tasa de alumnado; todo lo cual precisa de innovación en software, mejoras de diseño y constituye la oportunidad de cambiar, significativamente, los resultados estadísticos con el gran número de datos a gestionar que ello implica. Las innovaciones exitosas se traducirían en implementación de mejoras en formación online acreditativa, así que todos saldrán ganando.
Al mismo tiempo, desafortunadamente, muchos profesores continuarán impartiendo sus clases a la antigua usanza, y “se saldrán con la suya” por su fama dentro de los centros docentes a los que pertenecen. Tal parece que, en ocasiones, la innovación pedagógica no tira con la misma fuerza con que lo hace la tradición y la costumbre de algunos profesores. Sin embargo, los MOOCs pueden –y deben– superar esta barrera.
(6) Libros de texto en abierto: 1 año, 25% – 35%; 3 años, 45% – 55%; 5 años, 90% – 95%.
A partir de una pequeña semilla crece el bosque. En el año 2012, el Gobierno Provincial del Distrito de British Columbia (BC) anunció un nuevo plan de implementación de “libros de texto en abierto”. Básicamente, se pide a las instituciones del distrito que presenten propuestas de desarrollo de libros de texto en abierto, en asignaturas como, por ejemplo, “Psicología 100”. El programa está basado en otro, muy parecido, del Estado de California. La idea es que, una vez desarrollados, estos textos se encuentren disponibles –de manera gratuita– para todos los alumnos de la provincia que estudien Psicología 100; aunque la decisión de si usar, o no, el libro de texto en abierto, u otros manuales disponibles en la red, seguirá dependiendo del criterio de cada profesor.
Este es un gran paso a nivel académico y político, por distintos motivos:
- Los alumnos de educación segundaria en BC se están gastando una media de $700 dólares al año en libros de texto. Esta nueva propuesta reduciría sus costes de forma radical, y el gobierno saldría ganando.
- En segundo lugar, esto no le supondría ningún gasto extra al Gobierno de BC, que ya contaba con un fondo de $750.000, para desarrollo de un modesto curso anual en línea, administrado por los centros educativos de esa zona, y que, ahora, se utilizará para el desarrollo de los libros de texto en abierto.
- En tercer lugar, si desarrollas un libro de texto, tiene más sentido añadir actividades estudiantiles, vídeos, animaciones. En otras palabras, no sólo consigues un libro de texto, sino que, además, se tiene acceso a un “curso comprimido”. De esta manera, los profesores pueden añadir, cambiar o quitar contenido y jugar con la presentación, de forma que puedan personalizar partes de su asignatura sin tener que cambiar todo el temario –con la satisfacción personal de que esa asignatura que imparten “les pertenece”–.
- Si –como espero– colaboran dos de las universidades líderes, como son la UBC y la Universidad de Victoria o Universidad Simon Fraser, se garantizaría que, ente ambas se cubriría, al menos, el 50% del alumnado de toda la provincia matriculado en este nivel educativo, además de que propiciarían una inercia que otras universidades querrían seguir. Si estas universidades colaboraran con universidades de otras provincias, el coste de desarrollo de material comprimido para todas las instituciones bajaría tan repentinamente que este nuevo sistema supondría en todos los sentidos un paso, un avance en la educación a nivel global, recortando costes y mejorando la calidad formativa.
Si fuera hombre de apuestas, me decantaría por que los Talleres de Recursos Educativos en Abierto (OER en inglés) concluirían aquí. Este sistema proporciona una combinación explosiva de:
– Contenido en abierto.
– Pedagogía actualizada.
– Distribuciónde la formación.
– Personalización de la formación.
– Ahorro para los escolares.
– Reducciones de costes.
¿Qué hay de malo en esto (a no ser que lo veas con ojos de editorial comercial)? Solo existen dos elementos que podrían detener el curso de este nuevo proyecto: por un lado, la intransigencia por parte del profesorado (“no es un invento propio; interfiere mi libertad docente”); y, por otro lado, la presión política de las editoriales, la cual no subestimo.
(7) ¿El año de la tablet? 1 año, entre el 10% – 15%; 3 años, 20% – 25%; 5 años, 40% – 50%.
De todas mis conjeturas, es esta en la que tengo menos certeza. Como es lógico, el uso de los dispositivos tablet aumentará en 2013. Es la forma obvia de acceder y almacenar libros de texto, ofrecen acceso al aprendizaje cuando y donde sea, son más fáciles de llevar y más baratas que los ordenadores portátiles y pueden aportar interactividad excepcional con los contenidos. Incluso –y, quizá sea más importante a la larga–, el alumnado podría usar las tablets para recoger contenidos multimedia relacionados con sus estudios, y para crear archivos multimedia en los que demuestren lo aprendido. Al menos, una universidad o dos, como la University of Western Sydney (Universidad de Sydney Oeste), están proporcionando tablets gratuitas a sus alumnos de primer curso.
Sin embargo, existen varias razones por las cuales habrá un crecimiento lento en 2013:
- Primero, estos dispositivos son aún demasiado caros, al menos en Norteamérica. Deben –como el Aakash 2 en India–, bajar los precios por debajo de los $100 dólares. Esto es más notable en Canadá, donde el precio del roaming (i.e.: ‘itinerancia’) aún es exagerado fuera del campus. Si cargáramos con antelación asignaturas y libros de texto online y en abierto; entonces, el alto precio de las tablets podría ser aceptable, pero el precio del roaming sería abrumador.
- Nadie está diseñando cursos de formación basados en tablets (N. del T.: se refiere a enero de 2013); pero, a menos que lo hagamos, no podremos conseguir las verdaderas ventajas que ofrece la tecnología. No es suficiente el simple hecho de exportar cursos diseñados previamente (que atendían a las premisas de un sistema de administración del aprendizaje) a un entorno digital: el coste extra para el alumnado no podría ser justificado. Sin embargo, si empezáramos a diseñar cursos formativos en relación a las ventajas tecnológicas (y, en concreto, si tuviéramos tablets que nos permitieran crear y adaptar material multimedia para y por el alumnado), su uso sí podría ser justificado.
- Las tablets siguen siendo mejores herramientas para a la publicación y distribución que para la creación de materiales didácticos (aunque están mejorando). De hecho, muchos creen que las tablets pueden ser complementarias a los ordenadores portátiles. Si eso fuera cierto, las tablets seguirían siendo demasiado caras para la educación a gran escala.
- Necesitamos una estrategia –a nivel institucional– en la que la mezcla de estos elementos y la formación en línea permitan el uso apropiado y justificado de las tablets; un uso de las mismas a nivel individual o incluso en pequeños programas académicos, seguiría sin estar justificado.
- La tecnología sigue evolucionando rápidamente, así que lo que los estudiantes de primer año consiguen con este método, habrá quedado obsoleto cuando lleguen al cuarto curso.
Así pues, sigue habiendo muchas incógnitas que nos impiden estar seguros de que sea rentable el uso de tablets en los primeros años de educación post-secundaria; aunque creo que llegará el día en que sí podríamos apostar por ello.
(8) Diseños de Formación Flexibles (FCD –Flexible Course Design, en el inglés original–): 1 año, 10% – 15%; 3 años, 20% – 25%; 5 años, 40% – 50%.
Ahora nos adentraremos más en un mar de especulaciones que en previsiones basadas en hechos contrastados, así que, por favor, examinen los siguientes párrafos como algo indicativo.
En mi opinión, veo los FCD como un punto medio entre el modelo formativo completo –diseño de contenidos ADDIE-type–, el modelo no presencial de clases basadas en vídeos, y el aprendizaje híbrido. Los FCD serán desarrollados en respuesta al artículo “VUCA (abreviatura en inglés de ‘volatile, uncertain, complex and ambiguous environments’): entornos volátiles, inciertos, complejos y ambiguos de la educación”, el cual ofrece una descripción bastante buena de lo que la enseñanza en línea es.
Creo que los FCD son algo distintos de los RID (‘diseño rápido de instrucción’ o, en el inglés original: rapid instructional design), aunque tengan algo en común. El enfoque de los FCD no apunta tanto hacia la reducción de costes de desarrollo –mediante el acortamiento del proceso (como los RID)–, sino, más bien, hacia la perpetuación de los principios pedagógicos básicos, respondiendo a una constante evolución académica y a un contexto formativo tecnológico y organizativo cambiante. Los FCD tienden a ser más creativos en sus iniciativas, en contraposición a la postura más conservadora de los RID. En concreto, los FCD se centrarán, cada vez más, en el diseño y la integración de las actividades autónomas del alumnado (como, por ejemplo, tareas que incluyan contenido multimedia o trabajo en proyectos; los cuales no pueden ser controlados o guiados en detalle). Los FCD tampoco supondrán contradicción alguna a los primeros métodos tradicionales de aprendizaje en línea, si bien es cierto que ayudarán al profesorado a modificar sus prácticas.
(9) Internacional:
México
Observad el ejemplo de México, que fluye, creciendo y decreciendo, en el aprendizaje en línea. Desde hace muchos años, el Instituto Técnico de Monterrey (privado), la Universidad de Guadalajara (pública) y un buen número de otras universidades han tenido programas de estudio en línea exitosos; pero éstos solo han cubierto menos del 5% de los alumnos de educación post-secundaria. Sin embargo, el nuevo Presidente ha prometido una universidad virtual a nivel nacional, y más aún, la apertura de la industria de telecomunicaciones de México hacia la competencia. El resultado a la larga debería ser una reducción drástica de los costes de acceso a Internet que actualmente son altísimos; y la apertura de un gran mercado para el aprendizaje en línea; ya que, actualmente, menos del 30% de la población tiene acceso a Internet desde casa. Creo que 2013 será el año en el que se sentarán las bases de un rápido crecimiento del aprendizaje en línea cara a los años venideros.
Asia (especialmente India)
Asia ya presenta un gran número de aprendientes en línea, especialmente en Corea del Sur, Malasia y China. India ahora tiene la tablet “Aakash 2”, y una estrategia para la enseñanza online de ciencias para los Institutos Indios de Tecnología, y su docencia virtual se encuentra en proceso de expansión; aunque sigue teniendo las grandes barreras de la falta de infraestructura y el poco acceso a Internet. Sin embargo, el Gobierno de India está realizando una red nacional de alta velocidad, conectando las universidades e instituciones docentes de más renombre. Además, India tiene una creciente industria de servicios de aprendizaje virtual y de diseño formativo, cuyo objetivo principal es ofrecer un servicio internacional y de negocios. Dicho servicio impulsará el rápido desarrollo de la formación virtual en India –a medida que mejora el acceso a Internet–; principalmente, en los centros docentes más representativos (como las universidades, que abrirán sus puertas también a alumnos que no estudien en ellas; pero que, de igual forma, requieran conexión a Internet). En cuanto a números, India seguirá desarrollando y especializándose en actividades virtuales de aprendizaje en línea.
(10) Esperar lo inesperado: 1 años, 3 años y 5 años, el 100%.
Hay monstruos que nos esperan en la oscuridad: en la formación virtual, lo único cierto es lo incierto. Éstas son las desconocidas palabras de Donald Rumsfeld, que, por definición, designan algo impredecible o imprevisible.
Sin embargo, hay algunos misterios conocidos de los que deberíamos hablar (los MOOCs son un buen ejemplo; ya que se supo de ellos en 2011, aunque la mayoría de expertos desconocía la repercusión que pudieran alcanzar en 2012). Aquí están algunos de los factores que causaban preocupación:
- La privatización de la educación post-secundaria en los Estados Unidos. Muchos distritos del país se encuentran en graves problemas económicos ¿Nos enfrentaremos a la privatización de la educación post-secundaria en dichas regiones? ¿Qué precio fijaría la Universidad del Estado de Alabama a sus clientes comerciales, y cómo afectaría a las finanzas del Estado? Si algunos Estados llegasen a decidirse por la privatización de sus escuelas, se espera que aumente la oferta de formación en línea –de hecho, también aumentaría en aquellos Estados financieramente amenazados, pues la formación a distancia se representa más barata–. Además, se cree que aumentarán las becas y ayudas al alumno por parte del Estado para impulsar un avance de EEUU mientras el Congreso lidia con el déficit.
- Una nueva gama de elementos virtuales (Apple, Google, Facebook y Amazon), se adentra en el mercado de la formación en línea; quizá, en asociación con alguna que otra Universidad de élite; y juega un mayor papel en el mercado de formación acreditativa por sus bajos costes, calidad y la presencia de algunas Universidades de renombre (pero, aún así, en un rango distinto al grado que ofrecen en sus propios campus de formación presencial).
- El Congreso UE respalda a los editores y cierra la financiación con fondos públicos a los recursos educativos abiertos: La normativa del copyright en los EE.UU. es mucho más estricta sobre las compañías norteamericanas virtuales, impidiendo el uso de material educativo virtual de forma gratuita.
- Una mayor deficiencia energética debida al ambiente cambiante, los activistas políticos y el precio de la energía eléctrica hacen que la distribución de contenidos en línea se vuelva especialmente insegura en invierno.
- La informática cuántica llega a un precio razonable, haciendo cambiar drásticamente la situación.
Seguramente, lo habrás pasado bien añadiendo más razones a esta lista, pero ya conoces mi punto de vista: no hay mucho más que podamos hacer, ni siquiera sobre lo que nos podemos esperar, y mucho menos sobre lo inesperado; así que, creo que no vale la pena preocuparse hasta que suceda.
Estamos en ello: en la forja de nuestro propio futuro
Antes que nada, habrás notado que soy bastante astuto: la mayoría de estas conjeturas mías han sido más la continuación de la situación presente, que un adentramiento a la puerta de las invenciones futuristas de la educación virtual. Además, es importante saber que el futuro nunca nos lo van a regalar; es algo que tenemos que crear por nosotros mismos, y, con esto, me refiero a que los centros donde se impartan grados de formación post-secundaria deben plantearse, muy seriamente, el papel que juega en todo esto la formación virtual; en vez de dejarse llevar por las influencias de las mayores potencias externas, que, a veces, llegan a ser incluso algo hostiles. Sin embargo, este tipo de educación no es algo que pueda cambiar de la noche a la mañana, necesita su tiempo.
A pesar de todo, habrás podido intuir que veo 2013 de una forma mucho más optimista que otros años: la formación virtual hará su entrada, se convertirá en un punto fundamental en la mayoría de universidades, constituirá un gran avance pedagógico estratégicamente planeado y llevado a cabo. En efecto, la pedagogía cobrará más relevancia, y, como consecuencia de ello, la educación será de muchísima mejor calidad: más accesible, profunda y enriquecedora.
Habiendo dicho esto, muchas cabezas harán mejores predicciones que una, así que: ¿hacia dónde crees tú que apuntará la enseñanza virtual en el año 2014?