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“NO ENTIENDO”
¿Es la atención y la automaticidad respuesta al
“¡no entiendo!” dentro del aula?
Parte II
SÍSIFO
Inicio esta reflexión citando el mito de Sísifo “Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza. […] (Camus, A. 2005), ¿la razón? Un pensamiento similar asalta a nuestros alumnos cuando tienen que realizar una tarea a la que no encuentran sentido o aplicación.
Las cosas que se realizan de manera ciega y rutinaria, pierden sentido para el ser humano, aunque la información se recupere con rapidez y eficacia si no se alcanza la comprensión y la transferencia de la misma, el interés, motivación y atención decaen y, si esto sucede, se pierde el sentido de la tarea…»
Maestría = Dominio + Finalidad
El sentido de la trascendencia en los aprendizajes
Sin duda, nuestra naturaleza básica es la curiosidad y la autogestión, así lo demuestran los estudios recientes, por lo que si se enfrenta a niños, adolescentes o adultos pasivos e inertes es porque el medio y las personas que les rodeamos hemos transformado ese estado natural.
Debemos partir de la idea de que nuestros alumnos al aprender a pensar requieren cierta autonomía, la cual se dará a través del dominio que tenga de ciertos procesos mentales básicos y de una serie de conocimientos y habilidades que debe o debió de haber adquirido para poder estar en ese estado de plenitud al que se llega al “saber que sabe y puede” con la tarea.
ENCONTRAR UN SIGNIFICADO
Pero este dominio requiere de esfuerzo y de práctica deliberada lo cual sólo se logra si se parte de una finalidad, una causa importante y significativa para ellos que les lleve a poner toda su atención y concentración en encontrar un significado a lo que hacen, buscando siempre llegar a un procesamiento mental profundo que impacte en las representaciones mentales de manera firme y duradera”.
(Smith & Kosslyn, 2008, p. 211)
Ejemplifico lo anterior con la parábola de Searle «si yo no entiendo chino cuando ejecuto un programa de computador para entender el chino, entonces tampoco entiende chino ningún otro computador digital que opere exclusivamente sobre estas bases, pues ningún computador tiene nada que yo no tenga»; es decir, alguien que solo opera el conocimiento no piensa, si muchas veces repito lo que tengo que aprender o hacer lo podré condensar y automatizar pero no será una tarea atractiva y el aprendizaje será poco duradero y poco transferible.
Lo que mueve el aprendizaje es el deseo de aprender, eso ya lo sabemos, lo hemos leído, intuído y experimentado, sin embargo, la escencia de la educación no ha cambiado mucho: el control, la programación y los motivadores extrínsecos siguen siendo los elementos rectores. La gestión del conocimiento se sigue basando en los supuestos que en ausencia de una gratificación o castigo (calificaciones, regalos, atención, etc.) nos quedaríamos felizmente inactivos, ¡gran mentira!
No estamos programados para ser pasivos e inmóviles,
sino activos y comprometidos
Así pues debemos generar en nuestros alumnos ese deseo, para ello necesitamos cuidar que las tareas lleven al alumno a pensar acorde a las capacidades actuales y reales de aprendizaje y desarrollo de los alumnos (no pedir nada que no sean capaces de realizar); enseñarlos a identificar el error y aprender de él, definir conflictos cognitivos retadores e interesantes, contextualizar las actividades que realizarán en un tiempo real o lo más inmediato posible con el fin de que encuentren una significación inmediata, informar adecuadamente acerca de lo que se espera de ellos y el objetivo de hacer dicha actividad, hacer énfasis en el beneficio común e individual de dicha tarea, retroalimentar constantemente durante la ejecución de ella y lo más importante ayudarles a que sean capaces de identificar y desarrollar sus propias estrategias que les permitan atender, comprender y transferir la información.
GENERACIONES AUTÓNOMAS
Si les damos a conocer los niveles de procesamiento cognitivo de cada estimulo y tarea que realiza, se le está dando el regalo de conocer y entender cómo piensa y con ello la capacidad de pensar, de disernir y de trabajar para un lograr un criterio propio, cualidades importantísimas y necesarias en la toma de decisiones.
Considerando el porqué es importante para ellos la tarea que deben realizar (finalidad), el para qué les va a servir (trascendencia) y los aspectos cognitivos que involucra lograremos generaciones autónomas en su pensar y en sus aprendizajes, seguros de lo que hacen debido al dominio que han adquirido a través del razonar y la automatización de procedimientos, ágiles y hábiles y lo más importante con una finalidad mayor a la de responder a las demandas del docente, de las instituciones, incluso de la propia familia y entonces solo entonces estaremos logrando generaciones propositivas, que respondan a las demandas que el entorno del exige, preocupadas y ocupadas por el otro y su entonro y generadoras de cambios sociales positivos y conscientes.
Referencias bibliográficas
Camus, A. (2005): El mito de Sísifo. Agenda Cultural, revista de la Universidad de Antioquía. No. 107. Febrero del 2005, recuperada 19 de marzo del 2014.
Morín, E. (1999): Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO.
Méndez, H. (2014): Los fundamentos del pensamiento. Lectura Inicial para Unidad Uno. Curso Psicología del Pensamiento. Maestría en Educación con énfasis en Desarrollo cognitivo. Universidad Virtual. Tecnológico de Monterrey.
Pozo, I. (1999): Aprendices y Maestros. La nueva cultura del aprendizaje. Editorial Alianza. España.
Searle, J. (2001): El misterio de la conciencia. Barcelona. Paidós.
Smith, E. & Kosslyn, S. (2008).Procesos cognitivos: Modelos y bases neuronales. México, D.F.: Pearson.