TAREA DOCENTE
¿Por qué algunos docentes disfrutan de su trabajo y otros lo viven con gran estrés?
¿Qué hace que unos se sientan pletóricos en él aula y otros amargados?
Imagina que tienes una balanza. En uno de sus platos colocas todo aquello que te causa malestar, y en el otro todo cuanto te produce bienestar. ¿Hacia dónde se inclina la balanza? Descubre –si no te has dado cuenta hasta ahora– cómo estás en relación a tu Bienestar docente.
Las necesidades educativas son tantas y tan grandes que, a la hora de abordarlas, en lo último que se piensa es en que los profesionales de la Educación, que son los que están directamente con niños y jóvenes, estén en condiciones óptimas, con bienestar y motivación para abordar la «tarea docente».
MALESTAR DOCENTE
La necesidad de hablar del malestar docente
En los cursos que he impartido de Bienestar docente siempre hay alguien que, escuchando atentamente lo que expongo, levanta una mano para decir: «Sí, todo eso está muy bien, pero…».
Ese incómodo y necesario «pero» me llevó a considerar la necesidad de que los participantes de la formación trataran primero las causas de su malestar como docentes, que lo compartieran entre ellos; que se hablara abiertamente para exteriorizarlo y sacarlo de adentro.
Sobre todo, porque partimos de un estado o situación A, LO QUE ES, lo que hay, en la que estoy, para alcanzar otra situación B en la que todavía no estoy, pero aspiro alcanzar.
Querido lector: Deja de leer, coge una hoja de papel o esa libreta de ideas y apunta:
«MIS CAUSAS PARA EL MALESTAR DOCENTE SON:»
Apunta sin miedo esos cambios legislativos constantes,
esas normativas autonómicas,
la subida de ratio,
la sobrecarga horaria,
la exigencia curricular,
la poca relación con los padres,
la baja motivación de los alumnos…
¿Qué más te causa malestar? Sigue, todavía quedan seguramente muchos factores. Esas cosas que te tocan los «higadillos» cuando tienes que afrontarlas, lo que más detestas en tu profesión. Es el momento de sacar todo eso que te incomoda o te revienta; porque está ahí; es lo que hay.
REFERENCIAS
Algunas referencias sobre el malestar docente
Revisemos esa lista personal, ahora con algunos estudios sobre el malestar docente.
En Google, hay más de 10.400.000 entradas sobre «Bienestar Docente», mientras que de «malestar» hay 41.000 aproximadamente, a día de hoy (30 de julio de 2017). Hay que considerar, también, que en muchas entradas sobre Bienestar también se aborda el malestar.
En «Las emociones y los valores del profesorado» (Marchesi y Díaz, 2007), estudio elaborado para el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA), se extraen las siguientes conclusiones:
El 67,8% en Primaria y un 80% en Secundaria considera que la situación ha empeorado.
El 80% del profesorado se siente poco valorado socialmente.
El 67% de los docentes se sienten ninguneados por la Administración.
El 34% se considera incapaz de motivar a los alumnos.
El 58% considera que la disciplina es el peor problema en él aula.
El 51% hace incapié en el poco interés de los alumnos por aprender.
Revisando algunos estudios (Bisquerra, J.M. Esteve, Marchesi y Diaz) referidos a la situación en España entre la década de los 90 del siglo pasado hasta el 2008, y en el sistema público (permíteme que no sea exhaustivo en este asunto, sino, más bien, hacer una buena síntesis con una finalidad más práctica; al final, dejo algunas reseñas de algunos estudios), podemos agrupar las causas del malestar docente en varios grupos.
1
Causas sociales y culturales
Los vertiginosos cambios sociales que están provocando la tecnología, la globalización y el desarrollo de la información y la comunicación.
El aumento de la inmigración y la diversidad cultural, que dificulta la práctica docente y genera conflictos de convivencia, académicos y de todo tipo; generalmente por un mal abordaje (se necesita formación al respecto) y, sobre todo, por falta de medios humanos adecuados (profesionales más diversos de los campos de la psicología o la educación Social, etc).
La sociedad de la información, por la que el conocimiento ya no es sólo patrimonio de la Escuela, sino que está omnipresente en multitud de medios al alcance de cualquiera en cualquier lugar: telefonía móvil, ordenadores, tabletas, televisión, prensa, etc.
El ocio digital, las redes sociales y el exceso de información produce saturación y un mal uso que a menudo roza o produce adicciones y una gran distracción en relación a la naturaleza del aprendizaje tradicional.
2
Causas familiares
Desestructuración de la familia clásica y aparición de nuevos tipos de familia, como la monoparental.
La incorporación de la mujer al mundo del trabajo.
Pérdidas de referentes en valores y hábitos de estudio.
Falta de dedicación a los hijos, produciéndose fenómenos como los «niños llavero» o los «padres taxistas».
Orfandades emocionales de todo tipo, ausencia de una Presencia significativa de los padres o tutores.
3
Causas educativas
La Educación universal y obligatoria hasta los 16 años.
Cambios legislativos constantes y la ausencia de una ley orgánica consensuada que genere un marco de estabilidad.
Diferencias y giros en las legislaciones de cada autonomía.
Exceso de trabajo (no sólo con más horas lectivas, sino también en labores burocráticas y la preparación de clases).
La creencia en la propia autoeficacia y capacidad en las tareas docentes.
La hiperresponsabilidad que se produce por el volcado de responsabilidad que la sociedad y las familias han hecho sobre los hombros de los educadores, y la culpabilización de los propios docentes.
La falta de competencias para abordar las nuevas necesidades educativas, como la gestión de conflictos o la gestión emocional.
Y AHORA, ¿QUÉ?
Teniendo en cuenta que estos estudios son anteriores a 2010, cuando la crisis económica llegó a la Educación, podemos añadir nuevas razones para el malestar docente:
Recortes salariales.
Aumento de horas lectivas y, por tanto, aumento de horas semanales de trabajo.
Recorte en las plantillas de profesores de los centros.
Aumento de la ratio de alumnos por grupo.
Menos medios, precariedad en los recursos didácticos (por ejemplo: Obsolescencia de equipos informáticos y audiovisuales o espacios inadecuados que no se reforman).
Aumento del trabajo y la formación por adaptarse a los cambios legislativos nacionales y autonómicos.
Aumento en las atribuciones del perfil profesional docente.
¿EL RESULTADO?
Lo recogía José María Esteve ya en 1994:
«Desconcierto, insatisfacción, peticiones de traslado, deseos de abandono, absentismo laboral, agotamiento, estrés, autoculpabilización, neurosis reactivas, depresiones, ansiedad, etc.».
Revisa tu lista sobre tu malestar docente. Seguro que encuentras muchas coincidencias con las causas del malestar docente extraídas de estos estudios. Igual hay alguna que no he recogido aquí y que es importante para ti. Conserva esta lista como material de trabajo y para volver sobre él más adelante.
LA NECESIDAD DE INVESTIGAR
La necesidad de investigar
el estado del Bienestar docente
Queda mucho por hacer para actualizar estos estudios y realizar en nuestro país investigaciones más profundas sobre el estado del Bienestar Docente, cómo afecta a los aprendizajes y al clima de las comunidades educativas. Todo ello como primer paso para afrontar el desarrollo de programas hacia un necesario Bienestar Docente.
En el mundo empresarial, las organizaciones que quieren seguir creciendo, se toman muy en serio el tema del Bienestar como el factor que permite un mejor funcionamiento sistémico, y en el que es tan importante el resultado económico como las personas que lo hacen posible; ya que todo son ventajas. Para ellas, invertir en Bienestar sale rentable, económica y, sobre todo, humanamente.
Las Causas del Malestar docente son muy diversas, aunque cuando se alude a las soluciones siempre se apela al trabajo del propio docente, sobre todo, en relación a las auto-creencias de su capacidad y competencias. Estudios más exhaustivos podrían arrojar también más luz sobre la necesaria mejora de las condiciones de trabajo y los estresores «externos».
Pero mientras no existan ni se desarrollen planes de Bienestar Docente será el propio profesional o educador el que habrá de buscarse los medios para alcanzarlo dentro de las condiciones que existen y se establecen.
Referencias
Esteve, J.M.; Franco, S., y Vera, J. (1991). «La salud de los profesores». Cuadernos de Pedagogía. 192, mayo, pp. 61-67
Ribes, Ramona y otros (2008): Estudio sobre indicadores de bienestar docente en profesorado de Secundaria. Cultura y Educación Vol. 20. No 3 pp. 347-356.
Marchesi, Álvaro (2007): Sobre el bienestar de los docentes. Competencias, emociones y valores. Madrid: Alianza.
Marchesi, Álvaro y Díaz, Tamara (2007): Las emociones y los valores del profesorado. Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA). Madrid: Fundación Santamaría.
Laura Bermejo Toro (2016) Artículo: «Bienestar docente: estrategias para una vida emocionalmente más saludable en el trabajo del profesor». Revista Padres y Maestros, nº 368. Universidad Pontifica de Comillas. Madrid.