¿Y SI LOS PROFESORES COBRARAN MÁS…?

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CALIFICACIÓN VS APRENDIZAJE

La semana pasada tuve una charla, para mí muy interesante, con un grupo de 2º de ESO que me lanzaron sus dudas sobre la importancia de la nota frente al aprendizaje, bien saben ellos que a día de hoy a final de cada trimestre tenemos que colocar un cartel en su boletín donde diga: tienes un (aquí colocad la nota que queráis) y que según ellos les condiciona enormemente para su “vida posterior”. Fácil es darle la vuelta y cuestionar si su Felicidad va a estar atada a un número o si a su trabajo en el futuro le va a suceder igual. No son pocos, vamos, casi todos tienen clarísimo que poco tiene que ver trabajar de cirujano, ese es el ejemplo que pusieron o trabajar en el servicio de limpieza de una ciudad cualquiera… pero claro ¿tiene que ver su percepción con el sueldo ingresado a fin de mes? ¿O es el respeto a cada trabajo que se percibe en el ambiente? ¿Cómo se mide ese respeto les dije? ¿Cómo valoran ellos a sus profesores? Les pregunté.

La mayoría de los que escuchaban, os puedo asegurar que atendían más que a las ecuaciones que minutos antes les estaba contando, aseguraban que NO es lo mismo decir que tu hijo es cirujano que cualquier otra “cosa”. Ya están preocupados por lo que puedan pensar de su descendencia (dijeron hijo y no hija, no sé si también esto es estudiable) y sus ganas de reconocimiento en una sociedad que es líder en número de ediciones de “Gran Hermano”, y no me preguntéis por cuál de ellas van, que lo miraré en San Google.

Importante me pareció ya que dejen a un lado el valor económico, aunque solo sean unos pocos de los asistentes, de los euros ganados frente al dedo social de quien reconoce a alguien importante para el desarrollo de todos los que estamos a su alrededor.

No es lo mismo decir que tu hijo es cirujano

que cualquier otra “cosa”

Y llegamos al momento clave para mí, ¿es síntoma esto del escaso reconocimiento del profesorado? No tengo claro si conocen la nómina mensual de un profesor, eso es lo que percibí, pero independientemente de la cantidad, en la escalera de ocupaciones, quedaba según ellos muy, pero que muy abajo la profesión a la que pertenezco y me gusta pertenecer. Soy profesor, y de Matemáticas, esa asignatura tan querida desde edades muy tempranas.

¿Y si los profesores cobraran más…?

AVIDA DOLLARS

No voy a hacer aquí cálculos de lo que supone una hora de trabajo de un profesor frente a la hora de trabajo de alguien en otro oficio, ni comparativas de aquellos profesores que dedican solo su jornada laboral con los que añaden horas y horas a la misma, aquí se puede imaginar uno gente que prepara sus clases, sus materiales, que dedica tiempo a evaluar, a intentar mejorar el proceso de un@s niñ@s que nos atenderán en el futuro, a formación para mejorar, pero…

¿Y si los profesores cobraran más…?

En “La ciencia de la Felicidad” de Sonja Lyubomirsky se lee algo así como que el dinero está claro que no da la Felicidad, pero sí hay un límite inferior donde aparecen tus necesidades mínimas (nivel de ‘confort material’) que tienen que ser “saciadas” y también podríamos hablar de un límite superior donde —por encima de él— no vas a mejorar en nada tu sensación de Bienestar. Cabe añadir aquí que también se habla de tu trabajo, tus amigos, tu matrimonio y tu aspecto como mitos de la felicidad…

Pues ahí estamos, nos movemos entre ambos límites, no tengo duda de la suerte que tengo, les decía a todos los oyentes, de trabajar en algo que me gusta, que, por cierto, no es intrínseco al hecho de ser profesor por si alguno le apetece probar, en algo por lo que cada día se me hace interesante el avanzar, con todas las preocupaciones y responsabilidades que ello tiene, en algo donde puedo desarrollar y proyectar mis ilusiones pensando que un día ell@s serán quienes lleven el rumbo del barco, pero…

¿Y si los profesores cobraran más…?

Probablemente estaríamos, más cerca que ahora, de la frontera superior en euros de la felicidad que nombra la autora del libro, aunque el RESPETO del que hablaban mis alumn@s creo que no va incluido, que esa insignia no la venden en ningún supermercado, que se consigue a base de demostrárselo a ell@s, pues repiten comportamientos mas que aprenderlos…

¿Y si los profesores cobraran más…?

No sé si la sociedad nos valoraría de otra manera a la actual o sería contraproducente y se nos miraría por encima del hombro; yo, personalmente, no sería más feliz, pero digan lo que digan se pueden comprar muchas cosicas…, yo me compraría algún libro más, también me compraría algún artilugio tecnológico más con que implementar nuestras “locuras” de innovaciones, haría algún viaje más a esos centros donde se aprende solo con pasear entre sus paredes, me apuntaría a algún curso más de los que me ayudan a seguir formándome, hablando sólo de la parte profesional…

Quizás todo esto sea porque si quiero enseñar, no debo dejar nunca de aprender…

¿Y si los profesores cobraran más…?

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