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AMBIENTE DE AULA
VERDE MINISTERIO
Generar ambientes de aula agradables y cómodos parece que no es una de las principales preocupaciones ni de las administraciones educativas ni de los docentes y mucho menos de las familias. Si visitamos la mayoría de las aulas y espacios de los centros educativos, públicos y privados, podemos ver que en más del 80% no solo predomina el mismo color «verde ministerio» del que tanto habla Javier Bahón, sino que la disposición y el «aire que se respira» es el mismo de hace cuarenta o cincuenta años.
Pero el ambiente de aula no está compuesto sólo por elementos físicos (mesas sillas, paredes…), como comentan las autoras Marianela Castro y Mª Esther Morales en su estudio «Los ambientes de aula que promueven el aprendizaje, desde la perspectiva de los niños y niñas escolares» publicado en la Revista Educare Electronic Journal, sino que también los hay sociales, culturales, psicológicos, pedagógicos, humanos, biológicos, químicos, históricos, que están interrelacionados entre sí y que favorecen o dificultan la interacción, las relaciones, la identidad, el sentido de pertenencia y acogimiento.
ALTAS EXPECTATIVAS
Según recoge el documento «Las escuelas de éxito. Características y experiencias» extraído de las conclusiones del XXII Encuentro de Consejos Escolares Autonómicos y del Estado, las escuelas más exitosas son aquellas que tienen altas expectativas académicas sobre sus alumnos, están orientadas al rendimiento y buscan altos niveles de desempeño en las competencias básicas, aportan un currículum de calidad, que se traduce en tiempo efectivo dedicado al aprendizaje y en oportunidades para aprender, pero sobre todo, y es a donde quiero llegar, gozan de un clima escolar ordenado, seguro y disciplinado.
Ya en 1994 Lledó y Cano señalaban cinco principios para un nuevo ambiente escolar en el aula que me parecen básicos de partida:
1
El aula debe ser un lugar de encuentro entre unos y otros.
2
Deben sugerir gran cantidad de acciones.
3
Debe estar abierta al mundo que le rodea.
4
Debe ser un espacio acogedor.
5
Nuestra clase tiene que ser un lugar vivo, un lugar distinto, con personalidad propia.
TIEMPO VITAL
Hay algunos autores, como el propio Lledó, que van más lejos todavía y que apuestan por que el diseño del aula lo debe realizar el propio alumnado desde infantil. Lo que quiero resaltar no es tanto quién tiene que realizar el diseño del ambiente del aprendizaje, pero sí que cada agente que interviene en el proceso educativo, tendrá que aportar su granito de arena para crear ese espacio donde el alumnado pasa un tiempo importante de su vida y en el que tendrá que investigar, pensar, reflexionar, relacionarse, trabajar de manera individual, colaborativa y cooperativa…
Un espacio donde se pueda expresar atendiendo a las múltiples inteligencias de las que tanto hemos oído hablar en los últimos años. Organizado como el centro-profesorado-alumnado-administración crea conveniente, pero partiendo del punto de que ni todos los centros son iguales, ni el alumnado es el mismo ni el profesorado tampoco. ¿O cuando construimos una casa dejamos que la constructora ponga el pavimento que quiera, la pintura que le apetezca y el mobiliario que más económico le salga? Indiscutiblemente no, si de nosotros depende claro está.
AMBIENTE DE APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
Quisiera finalizar con una de las consideraciones finales del XXII Encuentro de Consejos Escolares del Estado, donde afirma que una «escuela de éxito» es aquella que consigue el objetivo irrenunciable de dotar a su alumnado de los conocimientos y de las competencias esenciales y que es capaz, al mismo tiempo, de ofrecerle el cultivo de las actitudes y de los valores que favorecen su formación integral, cualquiera que sea su contexto socioeconómico y cultural y sus características personales. Por ello es de vital importancia crear un ambiente de aprendizaje significativo, agradable, cómodo, que fomente la creatividad, la investigación y distintas maneras de trabajar, pero sobre todo que el alumnado y el profesorado disfrute con lo que hace.
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