LA ATENCIÓN QUE NO PRESTÉ

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CÓMO ESCUCHAR MEJOR A MIS ALUMNOS

Hablaba yo de los romanos en sexto de EGB. No recuerdo concretamente de qué, pero entonces se levantó Él y lo dijo.

NI BUEN NI MAL ESTUDIANTE

Él era el alumno más peculiar de la clase. Le llamaban el chino porque tenía un aire. Él se abonaba haciendo declaraciones solemnes como «Los chinos se están apoderando de España» en medio del regocijo general (tenía salidas hilarantes y, tal vez, alguien piense que proféticas). No había mal rollo en absoluto.

Él no era ni buen ni mal estudiante, simplemente no lo era, pero estaba allí y era un personaje. A su manera se interesaba por las cosas pero tenía una visión muy personal. Los compañeros se habían acostumbrado a Él como a un bicho raro y los maestros o no podíamos o no sabíamos cómo tratar el caso.

LACA FIJADORA

Y volviendo a los romanos, recuerdo que alzó la mano para hacer un comentario y lo hizo. A su manera participaba y se aceptaba su participación aunque no se le hacía caso. Simplemente dijo: «Yo, una vez, vi una reja toda, toda de hierro». Le miré fijamente sin saber cómo reaccionar. Estaba seguro de que el comentario se lo había provocado mi explicación sobre la cosa romana que fuera, posiblemente circos o anfiteatros. Advertí que sus compañeros, muy serios ellos, estaban luchando para no explotar de risa. Y no lo hicieron, pero no pudimos evitar intercambiar miradas, ellos y yo, que significaban: «Ya vuelve Él a desbarrar». Y probablemente nos equivocábamos todos. Simplemente Él tuvo la mala suerte de compartir clase con un curso bastante competente y formal. Dos planetas con mala comunicación posible. Le di las gracias y continué.

Pensándolo años después caí en una evidente flaqueza del maestro, el exceso de formalidad y una mentalidad poco flexible y creativa. A mí los romanos me evocan el color rojo de las capas de los cónsules de los peplums, tal vez las películas que más me gustaban de pequeño. ¿Por qué a Él no habían de evocarle el hierro forjado? Cuando ejercía había sido víctima de la laca fijadora de la casposidad académica. Las ideas académicas sólo pueden abordarse desde una perspectiva formal y académica. Y los alumnos que quieren ser competentes pronto se dejan moldear por esa laca.

INDUSTRIA SIDERÚRGICA

¿Cuántas veces no me habré agachado yo en el campo para recoger un fragmento de metal o de cerámica intentando imaginarle un glorioso pasado histórico? ¿Acaso Él no tenía derecho?

Había sido víctima de la laca fijadora de la

casposidad académica

Reconstruyo ahora el hecho pensando la reacción que pude haber tenido y no tuve. Pude haber captado la importancia del comentario y haber reforzado los vínculos que Él y sus compañeros tenían con los materiales y la Historia. Pude haber dicho cosas como estas:

«Tu relacionas el hierro con los romanos. Pero piensa que hoy todavía se hacen rejas de hierro forjado, que quiere decir hechas a mano con tenazas y martillo igual que las hacían los romanos, aunque nosotros mantenemos el fuego con gas y es más sencillo. Para hacer cosas pequeñas de hierro va muy bien así, artesanalmente, y les da un aire rústico que está muy de moda. De todas maneras, es verdad (y aquí miraría al resto de la clase con cara de «no ha dicho una tontería») que los romanos fueron de los primeros que en el mundo antiguo usaron la forja del hierro en masa, a mogollón. Un emperador con 300.000 soldados tenía que procurar trescientas mil espadas y puntas de lanza. Pero no fueron los romanos los primeros en hacerlo. Mil años antes ya se hacían herramientas de hierro, o sea, hace 3000 años.»

Si alguien quiere nos metemos en de dónde se saca. Entonces podríamos hablar de minerales, de hornos y puntos de fusión, de que ni los romanos podían fundir el hierro y que hasta hace poco se usaban procedimientos intermedios de forja de metal pastoso… Hasta de que el primer hierro natural vino del cielo en meteoritos (recientemente se ha comprobado que un puñal de Tutankamon lo era) y por eso se le llamó «sidéreo» y a su industria, «siderúrgica», pero se encontrará momento para cada cosa. Y para buscar, y para examinar cosas de hierro y cosas romanas.

Y habremos tendido un puente entre Él y el saber académico, al menos provisional. Podría ser que Él y sus compañeros encontrasen puntos comunes en sus experiencias con el hierro y con la historia y yo hubiese podido orquestarlas. Tal vez, les hubieran entrado ganas de saber más. Pero yo no supe lo suficiente en aquel momento.

Yo no estuve a la altura.

Ojalá otros lo estén en adelante.

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