Hoy proseguimos Recomendaciones con José Saturnino Martínez García. Actualmente profesor de Sociología de la Universidad de La Laguna, fue vocal asesor en el gabinete de J.LR.Zapatero. Asiduo colaborador de medios como El País, Le Monde Diplomatique, Viejo Topo o Revista de Libros, asimismo ha publicado sus investigaciones en las más importantes y diversas revistas académicas. Su última y polémica obra “Estructura social y desigualdad en España”, es muy recomendable: lo podemos asegurar.
Un detalle inicial que ilumina el poder de la Red: tuvimos un debate argumentado y, cómo no, apasionado, respecto a la interpretación de los resultados educativos en nuestro país en twitter, y desde ese encuentro profundizamos en su obra, abriéndonos perspectivas y argumentos que, sin duda, enriquecen nuestra visión de la matriz educativa. Por ello, es un homenaje a la posibilidad de disentir y, a la vez, de reconocer una influencia.
¿Por qué nos gusta José Saturnino Martínez? Dos temas nos unen.
Primero: su reflexión gira, en variadas direcciones, sobre la desigualdad como hecho social relevante en las sociedades actuales. Su última obra es una muestra inmejorable de lo anterior: léanla, más allá de su posición ideológica, les hará reflexionar. Un pequeño apunte: cómo la postmodernidad ha eludido o invisibilizado ciertos temas. Este es un ejemplo: la crisis actual ha venido a recordarnos muchas cosas.
Segundo: su reflexión de la evolución de la educación en España. Siguiendo sus presupuestos, hay hechos poco conocidos sobre la evolución educativa en España por dos motivos, cito directamente: “la distorsión ideológica”, y “por el sensacionalismo” que siempre capta mejor la atención de los medios de comunicación. Dos ejemplos del propio autor: “Otro equívoco sobre nuestro sistema educativo es la equidad, que suele malinterpretarse como si fuera a la baja. Nuestro sistema es igualitario porque cumple el principio de Rawls: los que están peor están mejor”; “Otra falsedad sobre nuestro sistema educativo es la creencia de que la excelencia necesariamente implica un aumento de la desigualdad. Pero los datos muestran que en los mejores países, como Finlandia, Japón o Corea del Sur, la desigualdad educativa es baja”. Terminando su argumento: la desigualdad no puede ser una coartada para buscar la excelencia educativa.
Lean y sigan a José Saturnino Martínez García: el interés está asegurado.