Afortunadamente el término flipped classroom ya no es desconocido entre los docentes (al menos entre quienes se interesan por mejorar e innovar su trabajo en el aula). Desde hace un año, aproximadamente, se ha extendido como una mancha de aceite. Han surgido[1]páginas, comunidades, enlaces, etc., explicando las bondades de esta metodología, de sus objetivos, de la forma de implementarla y de las mejores herramientas para ello. Pero echo en falta la acción.
Flipped classroom y la falta de acción
Porque todo el mundo habla de cómo se hace o se debe hacer, pero pocos cuentan cómo se ha hecho. Apenas se narran experiencias y prácticas y se va colmando el vaso de la teoría y las recomendaciones.
Porque creo que es fundamental narrar, describir y difundir las prácticas innovadoras que sirvan de modelo o guía para quienes se decidan a hacerlo. Descubrir claros y oscuros, ventajas e inconvenientes, problemas planteados y propuestas de mejora, lo que opina el alumnado, las familias. En definitiva, contar experiencias. Algunas se pueden ver en la página The Flipped Classroom y en la comunidad FlippedEABE, donde el profesor universitario Juan Pablo Mora está narrando con todo detalle su extraordinaria experiencia docente.
Y porque, como se plantea claramente en la comunidad FlippedEABE, lo importante no es hacer las actividades al revés y utilizar herramientas novedosas. Lo importante es aprovechar al máximo el tiempo de clase para que el aprendizaje del alumnado sea más amplio y profundo, más autónomo, más relacionado con su mundo. Y dónde ellos sean los verdaderos protagonistas de su aprendizaje. En definitiva, y lo que es más sustancial, que el docente se dé cuenta del cambio de rol que suponen los nuevos tipos de aprendizaje. Por eso podemos hablar de “flipped teaching” o de “docentes al revés”. Algo que podemos ver claramente en las 10 claves para Flipped Classroom del enlace.
Abundando en el tema, recientemente acudí al curso de flipped classroom de la UIMP en Santander para exponer mi experiencia durante el curso 2013-2014 con 2º de bachillerato. Todas las demás ponencias eran para definir lo que era el flipclass, para ver qué herramientas utilizar y ninguna más para exponer lo realizado. Algo que confirma lo que estamos defendiendo aquí: que hay pocas experiencias o no se narran en la red, se quedan entre las cuatro paredes del aula y no se conocen. Tras mi ponencia, algunos de los participantes en el curso me confirmaron que mi explicación les había servido para saber de qué forma lanzarse a esta iniciativa. Habían visto cómo alguien había pasado de la teoría a la acción, y le había ido muy bien porque tanto mi alumnado como yo estábamos muy satisfechos con lo realizado.
No voy a entrar en todos los detalles que se pueden encontrar en diferentes enlaces (en el blog Escuelas en Red de El País, en el blog colaborativo TACTICAS, en la página The Flipped Classroom o en la página del CEDEC). Pero si voy a exponer recomendaciones, dificultades, actividades desarrolladas y propuestas de mejora. Y por eso la cuento. ¡¡¡Acción!!!
Flipped classroom en 2º de Bachillerato
«Grupo de 2º de bachillerato C»
- ANTECEDENTES.
Podemos comentar brevemente que los antecedentes de lo realizado este curso pasado se encuentra en experiencias parecidas desarrolladas con mis grupos de 2º de bachillerato en cursos anteriores, donde el alumnado se preparaba en grupo algún tema (normalmente al final de cada trimestre) y lo explicaba en clase y se trabajó con una moodle y un blog de aula. Pero era algo puntual dentro de un predominio de una dinámica tradicional de trabajo en el aula. Por ello, ante la necesidad de cambio en el desarrollo del aprendizaje del alumnado, ante el debate iniciado en la red sobre “la clase al revés” y ante el reto personal de llevarla a la práctica para complementar la comunidad FlippedEABE, me decidí a poner en práctica el flipped classroom en 2º de bachillerato, contando además con unas condiciones previas favorables como una buena infraestructura TIC del centro, que se trataba de alumnado más responsable y que todos tenían en casa conexión a Internet.
Además de todo lo anterior, creo que la clase al revés es una metodología que contiene tres características que plantean claramente el cambio necesario hacia un aprendizaje propio del siglo XXI y que por ello es conveniente probar y plantear experiencias. Esas características son:
- El alumno se convierte en protagonista de su propio aprendizaje.
- Se utilizan las TIC para desarrollar nuevas formas de aprendizaje y no para perpetuar, de manera más “moderna”, metodologías tradicionales.
- Permite integrar el aprendizaje informal y formal del alumnado.
- PLANTEAMIENTO.
De esa forma, pensé que necesitaba dos condiciones indispensables. Por una parte, tener una estructura clara de trabajo en el aula para que el alumnado no se sintiera más perdido todavía ante una metodología tan poco convencional en 2º de bachillerato y, por otra, plantear al alumnado y a sus familias una base pedagógica clara y categórica que cargara de razones educativas la propuesta.
El primer aspecto lo solucioné de esta forma:
- Crear un Site de Google que se convertiría, bien estructurada, en la página del grupo y donde estarían centralizados los materiales, los recursos, los temas, los trabajos del alumnado, etc.
- Iniciar el trabajo de cada tema con “la previa”, un vídeo y un cuestionario relativo al mismo que tenían que ver en casa para luego comentar en clase antes de empezar el trabajo del tema.
- Trabajo en grupo sobre los contenidos de cada tema que luego exponían en clase.
- Otras actividades de aula donde se fomentara la participación, el debate y la utilización de redes sociales.
El segundo aspecto lo planteé en una reunión con las familias donde les explique la metodología, sus motivos y sus beneficios para el aprendizaje de sus hijos. Pero, también, debatimos sobre la realidad tradicional: 2º de bachillerato prepara para selectividad. Todo quedó aclarado y no hubo problemas en todo el curso.
- DESARROLLO.
El desarrollo de la experiencia, lógicamente, experimentó una evolución importante y positiva. Por una parte, relacionada con los hábitos de trabajo y, por otra, con los productos elaborados.
Desde el primer aspecto, tenemos que tener en cuenta que el alumnado no está habituado en bachillerato a que se tenga mucho en cuenta su trabajo en el aula por lo que no terminaban de asumir que hacer las previas, hacer los trabajos y exponerlos bien era importante. Pensaban más en el examen, que ya llegaría, que en lo que tenían que ir haciendo y aprendiendo. Ahí hay una clave importante para el éxito de la experiencia: la flexibilidad. Entender su situación. Se encontraron, de pronto, trabajando al revés sin haberlo hecho nunca. Como docente, lo entendía y poco a poco fueron dándose cuenta de qué dinámica de trabajo debían seguir.
Por lo que respecta a los productos, la evolución ha sido muy clara: de presentaciones en impress, de copia y pega, que casi leían cuando explicaban a presentaciones colaborativas en Drive, vídeos elaborados con Movie Maker o grabaciones de vídeos narrando la explicación. También aquí hay que tener en cuanta cierta flexibilidad puesto que no estaban acostumbrados y, con la carga del curso, prepararse explicaciones es muy complicado. Pero, aun así, lo hicieron algunos grupos.
Por otra parte, se han desarrollado también actividades como debates de clase, utilización de Twitter, con el hashtag #hist2vdc, para plantear cosas importantes de los temas estudiados, utilización de WhatsAap para algunos debates sobre el sistema educativo o sobre el franquismo, concursos de preguntas donde cada grupo preparaba preguntas sobre el tema para que las contestaran los demás grupos, elaborar una línea del tiempo, o realizar actividades de 1-2-4, donde a partir de un texto y unas cuestiones se trabajaba primero individualmente, después por parejas y por último en grupos de cuatro para obtener las conclusiones del mismo y se exponían los resultados en clase. Y la actividad estrella, el #temaxtuit por la que se estudiaban un tema y lo resumían a base de tuits.
Como podemos observar, una amplia gama de actividades de cada tema donde predomina la participación activa del alumnado y el papel de guía u orientador del docente, que se limita a organizar un poco en trabajo, plantear actividades y valorar el trabajo realizado.
Pero, además, de todos los temas hacían una composición (un examen) como el de selectividad que les devolvía corrigiendo sus errores y valían como actividad más de clase.
Finalmente, comentar que además de las actividades relacionadas con la materia tengo que destacar que la colaboración y la participación del alumnado ha sido extraordinaria. Toda propuesta planteada, como grabar un vídeo relacionado con el Día de Andalucía y los problemas de la juventud andaluza actual (que desgraciadamente y por problemas técnicos no se puede ver) o hacer cuestionarios sobre la metodología desarrollada, o grabar otro vídeo con su opinión sobre la educación para el EABE14 de Úbeda, o querer venir todos a ese encuentro cuando se lo propuse (al final solo vinieron dos alumnos).
¿Y cuáles han sido los motivos de esta actitud tan positiva? Pues creo que están claros: se sentían protagonistas de lo que hacían, querían que esa experiencia saliera bien y que se supiera. En ello estamos.
- EVALUACIÓN Y RESULTADOS.
Los resultados han sido muy buenos. Y los vamos a analizar desde distintas perspectivas.
Primero desde el punto de vista académico. Porque han aprobado todos y con buenas notas. Y aquí tenemos que hablar de la evaluación que más arriba hemos tocado de pasada. Todas las actividades de cada evaluación (previas, composiciones, debates, explicaciones, etc.) suponían el 40% de la nota y el imprescindible examen de evaluación y el parcial intermedio, el 60%. Cuando se dieron cuenta de que de verdad esto era así, la dedicación a las actividades del alumnado subió como la espuma. Y, es verdad, al principio no se lo creían. ¿Por qué será?
Y desde la perspectiva del aprendizaje. Los he visto crecer, madurar, organizarse, colaborar, crear, opinar, estudiar, esforzarse, preocuparse, alegrarse, desesperarse, participar. Los he visto, en definitiva, aprender. Todo esto se refleja en los cuestionarios de evaluación, tanto de mi tarea docente, como de la metodología y del curso. Se les nota satisfechos, seguros, motivados.
Y para terminar este punto me gustaría referirme a la amenaza y la excusa constante de la selectividad que paraliza y condiciona de manera exagerada a docentes y alumnos. A los primeros porque creen que su prestigio o profesionalidad se pone en duda si sus alumnos no sacan buenos resultados y porque tradicionalmente es el objetivo a cumplir ya que no sólo hay que superar la materia sino hacerlo de tal forma que se pueda ir con garantías a la prueba de acceso. Y también porque es la excusa perfecta para no cambiar. A los segundos, por la presión de las notas de corte y por la presión a la que se ven sometidos por parte de docentes que siempre blanden la amenaza, real y terrible, de dicha prueba y los machacan con exámenes. Como comentamos en alguna ocasión en clase: no tienen tiempo de aprender porque tienen que hacer exámenes casi a diario.
- PROPUESTAS DE MEJORA.
Desde luego que hay cosas que mejorar, posiblemente muchas. Ha sido una primera experiencia y siempre hay detalles que cambiar y que mejorar y cosas que han funcionado de una manera y podrían funcionar mejor. Por eso, dentro de las propuestas generales de mejora del trabajo en el aula para el curso que viene hay algunas que podemos aplicar al flipped classroom.
Por ejemplo, utilizar más la autoevaluación y la coevaluación del alumnado, donde se valoren entre ellos y debatan sobre los resultados obtenidos. También sería conveniente fomentar las creaciones propias del alumnado y que aprendan a utilizar herramientas TIC que se lo permitan. Por otro lado, que las explicaciones fueran más elaboradas y menos literales, que aprendan a explicar y a expresarse. También, plantear retos individuales o grupales que puedan aprovechar para investigar y crear. Y finalmente, utilizar el BYOD (Bring Your Own Device) de manera más frecuente y dándole un sentido más didáctico en plena consonancia con el mlearning.
- CONCLUSIONES.
De todo lo anterior podemos extraer algunas conclusiones importantes.
- El alumnado agradece el protagonismo. Le cuesta trabajo asumirlo porque en escasas ocasiones lo ha tenido, pero cuando lo tiene, se vuelca y responde.
- Es importante tener altas expectativas en el alumnado. Si no las tienes, no se implican de la misma manera y los resultados son mucho peores.
- Insertar el aprendizaje formal con el informal es una de las claves para motivar y poder fomentar el aprendizaje necesario para el siglo XXI.
- Hay que tener una actitud flexible y comprensiva con respecto a las dificultades de adaptación del alumnado con respecto a un método nuevo y tan diferente del convencional.
- Hay que tener condiciones adecuadas para que la clase invertida pueda darse en toda su amplitud al utilizar las TIC.
Y, sobre todo, hay que plantearse la docencia al revés. Esa es la verdadera clave. De nada sirve hacer las mismas cosas de siempre, pero al revés, y utilizando las TIC. Hay que cambiar nuestra mirada del trabajo en el aula. Hay que cederles el protagonismo al alumnado para que desarrollen un aprendizaje autónomo, valioso y…para toda la vida.
¿Os animáis? Tampoco hay que diseñar todo un curso. Podemos empezar por algunos temas o unidades e ir viendo la respuesta. Y otra cosa, parece mucho trabajo, pero, por ejemplo, para el próximo curso, sólo hay que introducir mejoras, la base está hecha.
Así, que… ¡¡¡acción!!!