¿Qué es un escenario de aprendizaje?
Un escenario de aprendizaje entronca directamente con el diseño de una experiencia. Aquella en la que el docente pone en práctica su habilidad de conjugar teorías, herramientas y espacios con la intención de lograr un aprendizaje plenamente contextualizado y adaptado a las circunstancias de su aula.
Si hablamos de escenarios tenemos que tener presente todo lo que implican:
Las personas o actores que participan de esa experiencia de aprendizaje: docente, alumnos, familias, comunidad.
Los roles que asumen en esa nueva narrativa hipertextual, de aprendizaje, que se construye a medida que se toman decisiones por todos los actores. Cada uno de ellos puede ejercer uno o más roles durante la experiencia con base en ese escenario.
Los retos en los que se basa el aprendizaje para lograr que sea experiencial. Estos retos tienen que estar directamente relacionados con estrategias, herramientas y espacios de aprendizaje activos, dinámicos y fluidos.
El elemento social que implica el relacionarse dentro de un entorno o escenario y que nos lleva a prácticas cooperativas y colaborativas en el rumbo del desarrollo de la inteligencia colectiva como capital social.Hasta ahora, la mayoría de docentes encontraban ese escenario en los libros de texto que ofrecían las unidades perfectamente delimitadas incluyendo recursos y consejos para llevarlas a cabo.
Ahora, la realidad de nuestras aulas ha llevado a muchos docentes a cuestionarse ese escenario como el único o el óptimo para atender las necesidades de aprendizaje de su aula. Es más, su aula ha dejado de ser un espacio cerrado y limitativo y se ha abierto a nuevas tendencias educativas que buscan motivación, experiencias y realidades.
¿QUÉ BUSCAMOS?
Las cosas se mueven en nuevas direcciones donde los escenarios de aprendizaje combinan lo formal con lo informal, donde la autonomía del estudiante se impone hacia un caos ordenado de manera personalizada, efectivo y productivo, donde los contenidos estén inmersos en procesos que desarrollan destrezas exportables a cualquier situación futura posible.
Ese escenario en el que vivimos, es el de un continuo aprendizaje, una necesidad de alcanzar metas que van cambiando, que son tanto aleatorias como decididas y elegidas, que son impredecibles o claras en cuyo núcleo está un escenario totalmente adaptativo y situado.
Lave y Wenger hablando del aprendizaje situado exponen que el aprendizaje tiene lugar dentro de una actividad contextualizada culturalmente sin intencionalidad de lograr ese aprendizaje, lo que llaman “participación periférica legítima”.
El aprendizaje surge de una participación social en una comunidad de práctica. Destacan especialmente el hecho de que la maestría no está en el maestro y que el aprendizaje entre iguales, incluso, puede resultar una condición determinante en la efectividad del aprendizaje.
Distinguen entre currículo de aprendizaje, el cual es situado y entronca con esa comunidad de práctica frente al currículo de enseñanza el que se da en la escuela “orientado a novatos” (repitiendo conocimientos de otros). Uno y otro se distinguen en su relación con el aprendizaje-acción. Mientras el primero se centra en la conversación y creación de relatos que permitan la toma de decisiones constante del estudiante, el segundo se centra en la mecánica: pregunta-respuesta-evaluación.
“El aprendizaje es algo que sucede en un marco participativo
no en una mente individual”
Es fácil comprobar hacia dónde nos está llevando la estructura sistémica escolar de nuestros días, en espacios cerrados y ajenos al exterior que limitan la creatividad, la motivación y las ganas de aprender.
Un aprendizaje situado permitiría acceder a nuevas propuestas de aprendizaje donde la comunidad participe y crezca junta y empodere a sus protagonistas, que lo son todos, cada uno desde su persona individual, pero siempre con apoyo de la comunidad.
Recordemos que nuestros alumnos no vienen vacíos de contenidos y que los docentes no somos el sumun del saber. Todos, aprendemos de todos. Si contextualizamos esos aprendizajes y les damos un significado real lograremos que nos importen y desarrollaremos nuevas competencias sociales y ciudadanas propias de lo que somos, seres sociales por excelencia.
Esa participación social surge de un problema que resolver enlazando directamente el aprendizaje situado y contextualizado con el aprendizaje basado en problemas. Y de aquí al emprendimiento o aprendizaje servicio y al desarrollo de competencias de pensamiento crítico y creatividad.
El aprendizaje a través de escenarios puede hacerse en el aula de manera analógica atendiendo a las necesidades de la comunidad en torno al centro escolar; o bien, de manera digital, creando entornos que promuevan esa resolución de conflictos.
PRIMEROS PASOS
Los primeros pasos para llevarlo a cabo en el aula son:
1
Identificar los aprendizajes que se pretenden que alcancen tus estudiantes.
2
Seleccionar el formato: analógico o digital.
3
Elige el tema/problema. Cualquier situación puede ser investigada, analizada y vista desde nuevas perspectivas. Considera algún incidente reciente a partir de una noticia, por ejemplo.
4
Identifica el punto de partida que desencadena ese nuevo escenario. Puedes comenzar con un guión gráfico que sugiera los puntos a investigar y que permita que los estudiantes vayan obteniendo feedback de su consecución.
En conclusión, cambiemos nuestra mirada, planteemos los aprendizajes desde nuevas perspectivas que permitan el descubrimiento, el eureka por parte de nuestros alumnos en un escenario real que les permita inferir sus conocimientos a problemas reales, compartiendo juntos, como una auténtica comunidad de aprendizaje.