Esta historia está dedicada a nuestro querido Luis Calvo que falleció el pasado 16 de abril de 2015 en Horche (Guadalajara).
Te queremos ¡¡
Erase un pueblo de Guadalajara llamado Ilusión. En el vivían (Ana, Flavia, Mª José y Lourdes).
Todas las tardes después del instituto, las chicas quedaban en un banco de la plaza del pueblo para hablar y hablar de sus cosas. Cada día la rutina se apoderaba más de ellas.
Plaza de Poveda de la Sierra (Guadalajara)
En el pueblo Ilusión las cosas siempre son iguales. Así pasan las chicas pasaban los días viviendo una vida tranquila, pero bastante aburrida.
Era el primer día de vacaciones, un día de verano. Hacía un día estupendo y las chicas ya no tienen que ir al instituto. Habían quedado como todos los días en el banco de la plaza del pueblo.
De repente a Mª José se le ocurrió la idea de bajar al río para que las chicas se pudieran dar un baño, ver las truchas y la preciosa cascada.
A las chicas les gustó la idea y marcharon a sus casas, cogieron unos bocatas para merendar en el río.
Las chicas estaban más ilusionadas que de costumbre, así que con sus mochilas se dirigieron hacia el río que apenas distaba una hora de camino. La tarde estaba radiante y las chicas iban caminando con paso ligero una detrás de la otra.
Ya les quedaba menos, sólo unos 40 minutos les separaba del hermoso lugar de la cascada y del baño. El camino hacia el río era bastante difícil lleno de subidas y bajadas hasta llegar al punto de destino.
Por si era poco el camino se estrechaba y empezaban a aparecer piedras sueltas que han salido después de las últimas lluvias.
Uno de las chicas, Lourdes se despistó para hacer una foto a una roca preciosa que aparece ante sus ojos. Luego se puso a atarse los zapatos.
Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara)
Así las cosas, Lourdes se despistó y se perdió.
El resto del grupo se encontraba ya a 30 minutos de distancia de Lourdes. Las chicas empezaron a echar de menos a Lourdes y se pusieron a buscarla.
Pero Lourdes no daba señales de vida, Lourdes se había perdido.
Las chicas empezaron a deshacer el camino con la esperanza de poder encontrar a su amiga Lourdes.
Estaban ya muy, muy nerviosas ¡¡¡
Tomaron una bifurcación del camino que les llevaría muy lejos donde supuestamente pudiera estar su amiga Lourdes.
Las tres chicas siguieron caminando, ya habían pasado 45 minutos y no habían encontrado ni rastro de Lourdes. Gritaban pero nadie les escuchaba.
Lourdes, Lourdes ¡¡¡
Las chicas decidieron continuar, pero se encontraban perdidas.
El puente de Peñalén. Parque Natural del Alto tajo (Guadalajara)
Las chicas continuaban caminando ¡¡¡ Pero ya habían pasado 4 horas y no veían a nadie.
La tarde caía y empezaba a hacerse de noche. Las chicas estaban muertas de miedo. El pánico se apoderaba de ellas, sobre todo de Flavia y Ana.
Al mismo tiempo Lourdes y después de un duro camino había conseguido llegar sana y salva al pueblo. Ahora tendría que contar lo sucedido a sus paisanos.
Una de las chicas (Mª José ) les animó a seguir, ya que temía que se les pudiera hacer de noche.
De repente a lo lejos ven una luz y la siguen hasta llegar a una cueva.
Las tres muchachas vieron una luz en su interior, estaban muy asustadas. No se atrevían a entrar en la cueva.
De repente un pastor de unos 40 años salió del interior y les dio un susto de muerte.
El pastor les dijo que no temieran que no les iba a hacer nada. A continuación le dijo que qué hacían a esas horas y que por qué no estaban en su casa:
Las chicas salieron corriendo asustadas. Sin embargo, María José confió en el pastor y convenció al resto del grupo para que se acercaran al pastor.
El pastor les preguntó: ¿qué había sucedido ?.
Flavia comentó que iban a bañarse y en un despiste habían perdido a su amiga Lourdes y luego al regresar se habían perdido ellas, se había hecho de noche, cuando habían visto la luz de la cueva.
El pastor les dijo a las chicas que volver al pueblo era muy complicado y arriesgado, ya que seguramente estarían a más de 4 horas de distancia y hacerlo de noche podría ser muy peligroso. Les dijo que lo mejor que podían hacer era pasar la noche en la cueva.
El pastor les ofreció una manta a cada uno y un plato de sopa, pero las chicas no aceptaron la comida porque se habían traído un bocata que llevan en sus mochilas.
El pastor les invitó a pasar a la cueva porque la noche empezaba a refrescar y en el interior de la cueva hacía menos frío. Les volvió a ofrecer un plato de sopa caliente, pero las chicas lo rechazaron y se pusieron a comer sus bocatas.
Una de las chicas (Ana) le preguntó al pastor que quien era y por qué no estaba en el pueblo como la gente normal.
El pastor les dijo que aunque ellas le veían de pastor, el realmente era un maestro. Un maestro que hacía ya más de 5 años que abandonó la escuela. Era un maestro del pueblo Ilusión, le gustaba mucho su trabajo, le encantaba trabajar con los niños y ver cómo eran felices, haciendo lo que le gusta.
Les dijo el pastor que un día tuvo un fuerte enfrentamiento con el director del colegio y antes de que le expulsara se dio de baja del cole. Luego decidió irse del pueblo, convertirse en pastor y refugiarse en las montañas. Así ya llevaba ya casi 5 años.
Mª José le preguntó al pastor que a qué se dedica ahora.
El pastor les dijo que ahora se dedicaba a leer, a meditar y a enseñar a las ovejas y a un perro que tenía.
El pastor recordaba que le encantaba trabajar con los niños del cole, hacerles juegos, aprender haciendo, hacía pruebas y disfrutaba con ellos, en pleno contacto con la naturaleza. Pero les dijo que lo tuvo que dejar y que en la vida las cosas no salen siempre como uno quiere.
Las muchachas se quedaron absortas, emocionadas y un poco tristes por lo que oían del pastor, aunque cada vez se iban conectando más al pastor por su forma de ser y vivir.
Las tres chicas y el pastor se quedaron hablando toda la noche, eso si, sin dejar de pensar, muy preocupados del estado y devenir de su amiga Lourdes, que se había perdido.
El pastor les comentó que lo más importante en la vida era hacer lo que nos gusta, lo que nos apasiona y que todos tenemos talentos excepcionales. Sin embargo, les comentó que la mayoría de las personas no llegaban nunca a descubrir esos talentos. Les dijo que tenían que vivir su propia vida y no la vida de los demás y que lo más importante es que fueran felices en la vida. Les comentó que además de enseñar, le encantaba la música.
Flavia le dijo al pastor que a ella también le encantaba la música y le pidió que les cantara algo.
El pastor les dijo que si querían les podía enseñar una canción que hablaba del talento y que se llamaba “Activar mi talento»
Durante toda la noche las chicas aprendieron cosas maravillosas del pastor mentor. Sobre todo aprendieron algunas claves para vivir la vida:
A confiar en sí mismas
A superar sus miedos
A luchar por su valores
A apasionarse por las cosas de la vida
A ser más activas
A ser más felices
A ayudarse las unas a las otras
Una de las chicas, Ana, dijo que a Lourdes le había encantado estar esa noche con ellas y se preguntaba: ¿dónde estaría Lourdes ? Las chicas se fueron durmiendo poco a poco, cayeron rendidas. El pastor les ayudó a descubrir sus fortalezas, emociones positivas, a potenciar sus talentos y a encontrar su misión en la vida.
En sueños las chicas oían una voz que les decía “Tu si que tienes talento”
El parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara)
Al amanecer de la mañana siguiente las tres chicas y el pastor sin apenas haber dormido salieron de la cueva con la intención de recorrer el camino de vuelta y poder encontrar a su amiga Lourdes.
Por lo menos querían llegar al pueblo más cercano para dar el aviso de búsqueda a las autoridades. El pastor les acompañó pero no sabían dónde podía estar Lourdes. La vegetación era muy espesa y no tenían nada claro por donde podían continuar.
De nuevo la desesperación de los chicas era cada vez mayor y en algunas ocasiones saltaban los nervios; menos mal y gracias al pastor, los chicos pudieron recuperar la calma y seguir caminando.
De repente las cosas todavía se complicaron un poco más, el pastor tropezó y cayó al borde el camino. El pastor se lesionó una pierna. Otra vez el miedo y el pánico se apoderó de las chicas al ver que el pastor no podía moverse.
Una de las chicas (Flavia) muy asustada decía en voz alta que iban a morir y estaba muy asustada. El pastor les dijo que no perdieran la calma, que se tranquilizaran y que seguro que se les iba a ocurre algo para solucionar el problema.
Mª José, la líder del grupo les dijo que era hora de trabajar en equipo, de aplicar todo lo que han aprendido, de sacar los valores que tenían. Y en ese momento las chicas aplicaron lo que habían aprendido y crearon un par de estupendas muletas para ayudar al pastor a salir.
A pesar de las dificultades, las chicas decidieron que tenían que seguir ¡¡¡
Las chicas no sabían por dónde tirar ya que el camino se volvió a dividir en dos. Mientras lo decidían escucharon un ruido al fondo del camino.
En ese momento, tomaron el camino de la izquierda. Y así el equipo de chicas y el pastor decidieron continuar. Al cabo de un rato, el camino se hacía más estrecho y tenían que pasar por un desfiladero de más de 50 metros de altura. La gran prueba final está ante sus ojos.
Cruzar el camino a través del desfiladero no era nada fácil, más bien era el mayor reto al que tenían que enfrentarse.
Tenían que pasar las tres muchachas con el pastor y cruzar el desfiladero de más de 100 metros de longitud. Al fondo una excelente cascada, abajo un río y aquello daba un vértigo de muerte.
Tan difícil era el reto, que hubo un momento que pensaron dejar al pastor y no pasarlo, dejarlo hasta que pudieran buscar ayuda y volver para rescatarlo. Las ideas iban y venían por la cabeza de las chicas.
Pero en aquel momento las chicas se acordaron de las palabras que el pastor les había dicho la noche anterior.
“Sigue tus sueños ¡¡ No te rindas ¡¡ Lucha por lo que crees ¡¡ La felicidad no es un camino fácil, pero merece la pena luchar por ella “
Y fue entonces cuando decidieron continuar con el pastor a cuestas y prepararse para atravesar el desfiladero, en definitiva para afrontar el gran reto.
Con mucho esfuerzo y decisión las chicas están llegando al final del camino. De repente vieron a un helicóptero que venía a su rescate y se quedaron muy sorprendidas y admiradas al ver que junto al equipo de rescate también venía su amiga Lourdes.
Las chicas con el pastor y el equipo de rescate llegaron al pueblo. El pueblo estaba lleno de gente, los papás y mamás de las chicas y algunos periodistas. Todo el mundo las recibió como héroes. Las chicas contaron todo lo que había sucedido, sobre todo lo que habían aprendido por ellas mismas y con la ayuda del pastor.
Todos celebraron el final feliz. Y sucedió que el padre de una de las chicas, era millonario y cuando se enteró de toda la historia, decidió donar un millón de euros para hacer la mejor escuela de toda la comarca y poner al frente de la misma al pastor que realmente era un excelente maestro.
El equipo de actores: el pastor (Eloy Rubio) y las chicas: Lourdes Jiménez, Ana Mundadeo, Lydia Guitierrez y María José Ortiz. Director: Luis Calvo (D.E.P)
El 19 de diciembre de 2015 en el musical solidario para Cáritas “En busca del talento perdido”.
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