Creo en el valor de la sencillez
¿Qué te hace feliz? Me preguntaba esta semana un amigo mientras comíamos juntos… y le reconocía que cada vez necesito menos cosas para ser feliz. ¿Qué me hace feliz?
Mi desayuno con tranquilidad los domingos, un abrazo de verdad de alguien a quién quiero, un mensaje de buenos días por whatsapp, una puesta de sol en la playa, una comida con mi familia en la que nos encontremos todos, escuchar una canción que me emocione, que me feliciten por mi trabajo…
Ninguna de las cosas que se me pasaron por la cabeza es complicada, es evidente que son momentos sencillamente especiales e importantes.
Y, si en mi vida valoro la sencillez, me sucede lo mismo en el trabajo. Creo que un gran trabajo es aquel que se puede exponer con sencillez. Si un tema realmente lo dominas, debes ser capaz de explicarlo a tus alumnos de un modo sencillo. Para mí, eres un/a verdader@ expert@ si eres capaz de explicarlo fácil, si quien te escucha entiende la idea y el porqué de la misma.
Hay quien cree que sofisticar los temas, exponerlos de modo complejo y barroco le da valor y le convierte en un erudito de ese tema. Para mí, nada más lejos de la realidad. Si cuando alguien explica un tema, necesita recurrir al «es muy complejo, os va a costar de entender…» y empieza a dar vueltas y vueltas en su explicación, muy claro no lo tiene. Para mí, funciona la máxima de:
Si no puedes explicarlo de forma simple
es que no lo has entendido
En el mundo de la #Educación, tan importante es ‘saber’ como ‘transmitir’. Tenemos la obligación de que nuestros alumnos entiendan el tema que les explicamos y vean qué les puede aportar en su vida. Repetir conceptos ya no sirve, debemos ir más allá. Y, para conseguirlo, alcanzar la sencillez es necesario. El valor de la sencillez es claro, ya escribí sobre ello en «Hay quien busca la magia en lo lejano y complicado…».
Y el tema -¡cómo no!- me recuerda un libro. Leí sobre ello hace un tiempo, un libro que me llamó la atención: «Simple is the new smart» de Rob Fazio –publicado en 2016–, un libro que compré precisamente por el título, porque me pareció muy cierto.
LA NUEVA INTELIGENCIA
La sencillez es la nueva inteligencia
Conseguir hacer las cosas de forma sencilla es un reto. En mi búsqueda de la sencillez, leí a Rob Fazio para conocer su planteamiento. Fazio plantea diversas claves para caminar hacia ese objetivo de conseguir una vida sencilla y enfocar el trabajo a un planteamiento de sencillez:
Toma atajos inteligentes, no simples atajos
Simplificar las cosas supone tomar atajos. Pero no todos los atajos sirven, es cuestión de buscar atajos inteligentes.
Ante una situación determinada, evalúa el mejor modo de abordarla y Fazio recomienda adoptar las tres partes de la ‘inteligencia exitosa’ desarrollada por el Dr. Bob Stemberg: primero, ser analític@ a la hora de evaluar problemas, segundo, ser creativ@ para desarrollar enfoques innovadores y, tercero, ser práctic@ al decidir qué opción aplicar.
Los cuatro bloques de construcción
Para adoptar un enfoque sencillo en la vida, es necesario establecer cuatro pilares fundamentales:
Autoconfianza: Genera confianza en ti mism@, combina tus fortalezas físicas y psicológicas.
Aprendizaje constante: Debes activar el modo de aprendizaje continuo.
Capacidad de concentración: Debes ser capaz de concentrarte en lo que haces en cada momento.
Responsabilidad: Y debes hacerte responsable de tu propia evolución y crecimiento.
Instala un sistema de seguridad en tu vida
Debes sentirte segur@ de ti mism@. La confianza es el gran aliado para vencer inseguridades, es un sistema de seguridad personal.
Para conseguir esta auto-confianza, nada mejor que ponerse como objetivos aprender temas nuevos, desarrollar nuevas habilidades, conocer nuevas tecnologías… cuanto más conozcas, más segur@ te sentirás con lo que haces.
Desafía tus dudas
Una persona que tiene dudas, no es capaz de hacer planteamientos sencillos.
No dudes sobre lo que haces. Debes estar segur@ de ti mism@ y de tu trabajo. Si dudas de algún aspecto concreto, trabaja para eliminar la duda: identifica tus dudas, hazte preguntas útiles sobre ellas, profundiza en el tema, investiga, duda de tus dudas y verás cómo se irán desvaneciendo.
Sé propietari@ de tu vida
Sé consciente de que tienes la propiedad de tu vida y actúa con mentalidad de propietari@, no con mentalidad de víctima. Reconoce que tú tienes el control de tu vida y adopta una actitud positiva.
Entrena tu mente
Los atletas entrenan muchísimas horas, para conseguir no tener que desperdiciar ni un segundo pensando antes de actuar. Su práctica constante consigue desarrollar una memoria muscular. Podemos aplicar el mismo principio para entrenar la mente. Entrena tu mente para que trabaje automáticamente de forma positiva y potencia que tus pensamientos sean positivos.
Juzga el libro por su portada
Aprovecha tu instinto para tomar decisiones. La intuición es una herramienta más en nuestro día a día, y en ocasiones hay que escucharla. Para Fazio, ante algo nuevo, podemos juzgarlo por su portada, aunque el enfoque correcto sería siguiendo estos tres pasos:
Lee: Lee que te dice de entrada.
Reajusta: Después de la impresión inicial, es conveniente reajustar el punto de vista desde distintas perspectivas.
Responde: En función de todo ello.
Decide
El análisis es necesario en cualquier situación, pero analizar demasiado sabemos que lleva a la parálisis. Si tomas demasiado tiempo para tomar decisiones, las personas dejan de confiar en ti. Decidir, aunque no tengas garantías del resultado, es imprescindible.
Comparto especialmente este punto, ya conoces mi opinión: la acción es la que separa los sueños de los logros.
Maneja la presión
Gestionar la presión es necesario para ganarte la confianza de las personas. La presión se manifiesta como estrés debido a tres factores:
Falta de control sobre temas que te afectan.
Falta de capacidad, cuando aceptas desafíos que van más allá de tu alcance.
Falta de conexión, cuando te falta apoyo en situaciones difíciles.
Para reducir el estrés, es conveniente fortalecer tus habilidades y conocimientos, porque te ayudará a conseguir un mayor control, capacidad y conexión. En síntesis, Fazio propone una serie de aspectos para desarrollar una estrategia de simplicidad inteligente en la vida para conseguir alcanzar aquello que deseas. Aunque yo, personalmente, esperaba algo más del libro, algunos de los planteamientos que propone son realmente interesantes. Me quedo con la importancia de la auto-confianza y de aprender más para conseguir ser más sencill@.
Alcanzar la sencillez
Soy una gran defensora de la sencillez. Creo que es muy difícil que algo llegue a ser sencillo… creo que debes ser muy buen@ en algo para poder explicarlo de un modo sencillo, que las cosas bellas son las más simples, que la perfección se alcanza con la simplicidad…
«La perfección al final se alcanza
no cuando ya no haya nada que añadir…
sino cuando ya no haya nada que quitar»
Antoine de Saint-Exupéry
Las grandes cosas son sencillas. Aunque no todo el mundo puede verlo. Y hago una reivindicación de la sencillez. Siempre. En la vida de las personas y en la trayectoria de las organizaciones. Porque aquí, en las empresas, en mi trabajo, en el ámbito de la Innovación, también aplica.
Ser sencillo es realmente difícil.
Se alcanza la sencillez después de un largo proceso de preparación, de maduración y de trabajo duro.
Las personas grandes son sencillas.
Las grandes ideas son aquellas que piensas cómo no se te han ocurrido antes, externamente parecen sencillas.
La sencillez no es fácil, aunque no todo el mundo lo entienda así.
Para ser sencill@ hay que ser muy buen@.
El gran desafío, en nuestra vida y en las organizaciones, está servido: gestionar la complejidad y la variabilidad en la que nos movemos en este entorno híper VUCA.
Y hay dos formas de hacerlo: añadiendo complejidad a lo que se hace, o buscar crear valor desde la sencillez y el sentido común.
Lo sencillo suele ser más difícil que lo complejo. Tienes que ser muy buen@ para llegar a ser sencill@ y debes ser muy valiente para defenderlo.
Lo verdaderamente importante siempre es sencillo…
aunque solemos llegar a ello
por el camino más complicado
Y esta semana la canción que me persigue es «Dancing with a stranger», suena preciosa…