Desde INED21 hemos propuesto la inclusión de la competencia creativa dentro del currículum formal. ¿Qué significa? Consiste en solucionar un problema de forma novedosa, de ese modo se convierte en una competencia de las competencias, incentivando la creatividad en todas las áreas.
Concretemos nuestra propuesta: la creatividad implica el reconocimiento de la educodiversidad, ésta consiste en incentivar y reconocer todas las soluciones originales y novedosas en la tarea de enseñanza-aprendizaje. De pronto hemos llegado a una conclusión que nos implica a todos: siendo creativo se reconoce la creatividad.
Nuestras aulas necesitan frescura y ambición, debemos trabajar para que todos esos docentes y alumnos en su día a día, sientan y comprueben que su talento, pueden compartirlo con los demás. Una escuela que apuesta por sí misma, es una escuela creativa.
¿Cómo movilizar esa energía que podemos desarrollar? Una medida es crear bancos de creatividad en todas nuestras escuelas e institutos, éstos son una práctica necesaria para el reconocimiento formal de esa educodiversidad. Bancos donde docentes y alumnos vayan compartiendo redes de soluciones novedosas en todas las materias, redes que se retroalimentan y conectan con las demás.
Esa conexión es lo que producen redes creativas, las nuevas tecnologías convergen inevitablemente en nuestra tarea educativa. De abajo a arriba, dinámicas de talento donde todos podemos actuar y aprender simultáneamente, esa creatividad social es la condición necesaria para una economía del conocimiento que nuestro país debe desarrollar. La innovación empieza en la escuela, su motor se llama creatividad.