¿QUÉ NOS LIMITA?
Webinars, videojuegos didácticos, apps educativas, redes sociales…con Internet se abre una nueva realidad de oportunidades en la que no hay fronteras de espacio y tiempo. Entonces ¿qué nos limita?
La educación dispone de las herramientas más avanzadas para dar respuesta al contexto actual. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. El gran reto es aprovechar al máximo las ventajas tecnológicas que tenemos y, sobre todo, cambiar la forma de pensar.
Hoy en día, la educación ya no es una forma de domesticación social para encajar en un mercado ya determinado. Es el camino para despertar y potenciar los distintos talentos de las personas con el objetivo de que puedan alcanzar el equilibrio entre el ser y el hacer.
Es la semilla de los sueños; la base sobre la que se construye una vida elegida por cada persona y donde el sentido de misión se traduce en una aportación de valor al mundo.
La educación ya no es un trámite, casi obligatorio, para una sola etapa de la vida. Es un acompañamiento perenne a lo largo de todo el camino. Sus pilares deben ser dinámicos y despertar la curiosidad y la creatividad que se necesita para hacer frente a un mundo incierto, global y competitivo.
Se acabó el imponer una perspectiva fija para hacer las cosas y el dirigir los pasos en dirección al proyecto de otro. Es la hora de dar alas a los soñadores y de ofrecer los recursos para obtener los mejores resultados con las capacidades únicas y valiosas de cada persona.
Por ello, y para dar respuesta a la nueva realidad, se debería apostar por un sistema educativo que incluyera las siguientes claves:
1
Inteligencia emocional
Este concepto, acuñado por primera vez por Peter Salovey y John Mayer (1990) y popularizado por Daniel Goleman (a través de su libro “Inteligencia Emocional”, 1995), hace referencia a la capacidad para gestionar adecuadamente las emociones propias y ajenas. Un término que abarcaría, entre otras muchas habilidades, algunas como la automotivación, la gestión del estrés, la adaptación a los cambios o la empatía. Todas ellas, imprescindibles para hacer frente al mundo de hoy en día.
2
Tecnología
Es la puerta a las oportunidades globales. Integrarla en nuestra vida es la mejor manera de adaptarse a los nuevos tiempos y de hacer brillar los distintos talentos de la persona a nivel mundial. Los que sean pioneros en el uso de la tecnología conseguirán ventajas competitivas frente a quienes las asumen de forma tardía. Sin embargo, en esta área también es importante educar en su uso, ya que las tecnologías siempre deben facilitar la vida y no convertirse en una fuente de control, estrés o dependencia.
3
Habilidades comunicativas
Actualmente, tan importante es tener talento como saber comunicarlo. Vivimos en sociedades hiperconectadas en las que la comunicación es el eje central de las relaciones. Por ello, es esencial educar en habilidades comunicativas, tanto on-line como off-line, que permitan a las personas dar visibilidad a sus fortalezas y valor diferencial.
4
Innovación
Para poder destacar en cualquier sector hay dos caminos: ser el primero en llegar o bien innovar. Así, en el 99% de los casos será esencial trabajar la capacidad de hacer las cosas de manera diferente al resto. Una destreza muy vinculada con las habilidades propias de la inteligencia emocional.
5
Personal Branding
Trabajar la marca personal sería el resultado de aplicar de una forma práctica las cuatro herramientas anteriores en la carrera de desarrollo personal y profesional de una persona concreta. A través del autoconocimiento, la focalización de objetivos y las habilidades comunicativas, toda persona puede dejar una huella o recuerdo positivo en la mente de los demás y lograr, de este modo, grandes oportunidades. Podríamos definirlo como la estrategia para potenciar los talentos y aprender a comunicarlos con eficacia con el fin de alcanzar nuestras metas o sueños.
Además de trabajar los aspectos señalados, la educación debe ser un reflejo de un nuevo contexto en el que ya no hay verdades absolutas, solo perspectivas diferentes. Es importante trabajar la interdisciplinariedad y el despertar de la curiosidad a través del juego (El País, 2017)1.
La experiencia en primera persona es la mayor fuente de aprendizaje. Porque tal y como apunta Francisco Mora, referente en neuroeducación, «el cerebro necesita emocionarse para aprender» (El País, 2017). Y, para ello, hay que mantenerlo activo. Ya pasó el momento de memorizar grandes cantidades de información; es la hora de conocer las técnicas para encontrarla, seleccionarla y comunicarla eficazmente en un mundo saturado de datos.
Por último, destacar como las clases interminables deben dar paso a otro tipo de sesiones en las que «los profesores deben romper cada 15 minutos con un elemento disruptor: una anécdota sobre un investigador, una pregunta, un vídeo que plantee un tema distinto…» (F.Mora, 2017).
Estamos en un momento de transición, de convivencia entre lo antiguo y lo nuevo. Pero el futuro cercano viene lleno de oportunidades y con un nuevo horizonte. Porque aprender es conocerse a uno mismo para sacar lo mejor que llevamos dentro y compartirlo de forma valiosa con el mundo. Es el camino para empoderar a las personas a cumplir sus propios sueños.
¿Te sumas al reto?
1El País (06.02.2017).