Cabría pensar que todo el mundo tiene un absoluto dominio sobre la ortografía y la gramática; sin embargo, a la hora de la verdad esto no sucede así. Bien sea por el olvido de todo lo aprendido durante los años de colegio o por el mal uso que le damos a las plataformas de chat actuales, la realidad es que a menudo nos surgen dudas sobre cómo escribir determinadas oraciones. Por lo tanto, nada como hacer un repaso de determinados conceptos; tales como los dos puntos. Un signo de puntuación que sabemos emplear cuando vamos a enumerar una lista de elementos, pero que ignoramos el resto de las utilidades que le podemos dar.
Cierre en las enumeraciones
Entre todos los casos en que se usa el signo de puntuación de los dos puntos, el inicio de una enumeración es el más común. No obstante, también podemos emplearlos al revés; es decir, cuando cerramos dicha enumeración.
Pongamos que estamos haciendo la lista de la compra. “Plátanos, huevos, leche, pasta, arroz: estos son los artículos que tengo que comprar”. Este sería un nítido ejemplo de ello, dándole la vuelta al orden de los factores sin alterar el producto.
De igual manera, podemos utilizar los dos puntos a modo de firma y despedida, concluyendo formatos como una carta o un correo electrónico. “Atentamente: Juan”.
Anticipación e introducción de discursos
Por otro lado, podemos utilizar los dos puntos para anticipar una frase o expresión que vamos a emplear. Esto da mayor interés a lo que queremos contar, haciendo que el lector se quede con lo que estamos transmitiendo en cada caso.
“De todas las tareas que tengo que hacer, una es más importante que el resto: la compra”. Como ves, aquí los dos puntos actúan a modo de elemento anticipador en oraciones no enumerativas.
Por otro lado, sobre todo en los textos periodísticos, la formalidad dicta que se deben poner los dos puntos antes de citar a alguien. “Juan dijo: ‘hicimos la compra de la manera más satisfactoria posible’”.
Diálogos narrativos
El uso de los dos puntos en los diálogos tiene un carácter de índole narrativa. Es decir, adquiere presencia en las novelas y cuentos del arte literario. Un elemento que nos permite dar un peso especial a la frase que dice alguno de los personales.
“Tras una complicada jornada de trabajo, Juan dijo:
– Debo ir a hacer la compra.”
Por consiguiente, toda persona que esté acostumbrada a pasar divertidas tardes de lectura está totalmente familiarizada con el uso de estos dos puntos. Un recurso de escritura que nunca pasa de moda.
Nexos en oraciones yuxtapuestas
Por otro lado, cabe destacar que los dos puntos pueden actuar a modo de nexo en dos oraciones yuxtapuestas. En estos casos, suplen al uso de otros elementos tales como “y”, “o”, “por lo tanto”, “en consecuencia” o cualquier otro que se nos ocurra.
“No tengo dinero: no puedo hacer la compra”. Se trata de un recurso de causa y efecto, sirviendo así para conectar dos frases que se dan información mutuamente.
Estos dos puntos agilizan en gran medida la lectura, haciendo más llevadero el texto en cuestión. Además de la relación de causa y efecto, también sirven en las oposiciones, las verificaciones o las conclusiones.
Las matemáticas y los números con los dos puntos
Los signos de puntuación no tienen un uso exclusivamente lingüístico, sino que pueden tomar presencia también en el mundo de las matemáticas. El ejemplo más claro de ello es en las divisiones; puesto que los dos puntos suplen el signo “/”.
“3 : 3 = 1”.
Por otro lado, siguiendo en esta línea de números, los dos puntos también actúan al dictar una hora concreta. Una manera de separar las horas de los minutos sin la necesidad de emplear letras en el proceso. Concluimos con un último ejemplo (sí, con dos puntos incluidos):
“Iré a hacer la compra a las 16:10”.