Debilidades: ¡¡¡aprende a superarlas!!!

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¿Debilidades? Uno de los otros propósitos de la psicología positiva es equilibrar nuestras ideas de fortalezas y debilidades. La psicología positiva tradicionalmente ha considerado que otras áreas de la psicología han puesto demasiado énfasis en el dolor, el trauma y las emociones y experiencias negativas, y ha querido cambiar esto (Seligman, 2002).

Teniendo esto en cuenta, una debilidad en la psicología positiva se considera como una de las 24 fortalezas de carácter en las que se es más bajo, en lugar de un déficit total de una fortaleza en particular. Peterson y Seligman (2004) creen que cada uno de nosotros tenemos todas las Fortalezas de Carácter dentro de nosotros, y entender cómo cada uno se sienta dentro de nuestra capacidad personal nos permite responder y comportarnos de manera más positiva.

La psicología positiva no ve las debilidades como un área «inamovible», y podemos trabajar para mejorar algunas de nuestras Fortalezas de Carácter más bajas si lo deseamos, a través de varias técnicas y herramientas de la psicología positiva.

Por qué son importantes nuestras fortalezas y debilidades personales: La investigación, comprender nuestras fortalezas y debilidades es importante dentro de la psicología positiva, ya que forma la base de gran parte de la teoría y el trabajo terapéutico.

«Animar a los niños a ser conscientes de sus fortalezas les ayuda a desarrollar más confianza y conciencia de sí mismos, así como una apreciación y un valor más profundos de cómo cada uno de nosotros es diferente».

(Peterson y Seligman, 2004).

debilidades

Debilidades personales

Investigaciones posteriores han respaldado el impacto positivo de alentar a las personas a explorar y comprender las fortalezas de su carácter:

  • El proceso de identificar y utilizar sus puntos fuertes –frente a debilidades– en la vida cotidiana se ha vinculado a un elevado sentido de vitalidad y motivación, a una mayor probabilidad de alcanzar objetivos, así como a un mayor sentido de la dirección de la vida. También se ha vinculado a una mayor confianza en sí mismo, compromiso y productividad (Peterson y Seligman, 2004).
  • Rust, Diessner y Reade (2013) observaron que los estudiantes a los que se alentaba a centrarse en la identificación de las fortalezas de su carácter a lo largo de 12 semanas informaban de mayores ganancias en la Escala de satisfacción con la vida en comparación con un grupo de control.
  • La identificación de las fortalezas también se ha vinculado a beneficios más allá del individuo. Se demostró que centrarse en las fortalezas (en lugar de en las debilidades) de los empleados en las revisiones del rendimiento aumentaba la productividad en el lugar de trabajo hasta en un 34%.
  • El uso de intervenciones basadas en los puntos fuertes en el lugar de trabajo también dio lugar a una menor rotación de personal hasta en un 14%.

Se ha demostrado que la comprensión de nuestros puntos fuertes tiene amplios beneficios positivos a lo largo de nuestra vida. No obstante, las investigaciones han ido más allá y han reconocido que, además de conocer nuestros puntos fuertes, es igualmente importante saber cuándo utilizarlos. Comprender qué puntos fuertes son óptimos en qué contextos nos permite navegar más allá de nuestra comprensión de nosotros mismos y lograr objetivos.

Emociones y debilidades

Las emociones son sentimientos. Para empezar a comprender las emociones, es necesario hacerse dos preguntas:

  • ¿Cómo me siento?
  • ¿Cómo lo sé?

Pero otros también tienen emociones. Al mismo tiempo que eres consciente de tus propios sentimientos, también necesitas ser consciente de los de los demás. También necesitas preguntarte:

  • ¿Cómo se sienten los demás y cómo lo sé?

Hay varias maneras de saber cómo se sienten los demás, pero sobre todo observando lo que dicen y cómo se comportan, incluyendo su lenguaje corporal.

Las investigaciones sugieren que más del 80% de la comunicación no es verbal, lo que significa que proviene del lenguaje corporal y la expresión facial. A muchos de nosotros no nos gusta hablar de nuestras emociones, especialmente si realmente nos importan, por lo que tienden a expresarse aún más en nuestro lenguaje corporal. Muchas personas relacionan estas expresiones físicas, no verbales, con sus debilidades.

Las emociones y el cerebro

Las emociones no están controladas conscientemente. La parte del cerebro que se ocupa de las emociones es el sistema límbico. Se cree que esta parte del cerebro evolucionó bastante temprano en la historia de la humanidad, haciéndolo bastante primitivo. Esto explica por qué una respuesta emocional es a menudo bastante directa, pero muy poderosa: quieres llorar, o huir, o gritar.

Las emociones están fuertemente ligadas a la memoria y a la experiencia. Si algo malo le ha sucedido anteriormente, es probable que su respuesta emocional al mismo estímulo sea fuerte.

Los bebés sienten emociones, pero no necesariamente pueden razonar. Las emociones también están estrechamente ligadas a los valores: una respuesta emocional podría decirle que uno de sus valores clave ha sido desafiado. En muchas ocasiones, hablar o no de debilidades puede tener más que ver con el contexto.

Comprender este vínculo con la memoria y los valores te da la clave para manejar tu respuesta emocional. Tus respuestas emocionales no tienen necesariamente mucho que ver con la situación actual, o con la razón, pero puedes superarlas con la razón y siendo consciente de tus reacciones. Esto te permitirá ir superando esas posibles debilidades derivadas de la falta de conciencia.


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Debilidades

Aprendiendo a manejar las emociones, erradicando la ansiedad

Se ha dicho y escrito mucho sobre cómo manejar y controlar las emociones. Y hemos de insistir en que emociones y debilidades nada tienen que ver entre sí (aunque pueden contraer numerosas relaciones de causa efecto). Te damos un ejemplo de equilibrio entre la energía negativa y positiva:

  • La energía positiva alta te permite actuar bien, pero no puedes permanecer en ese estado para siempre. Tarde o temprano, necesitas reducir la energía. Mantente positivo, y te recuperarás rápidamente. Sumérgete en más sentimientos negativos, y te sentirás quemado.
  • La alta energía negativa es un lugar bastante incómodo para estar: se siente como si estuvieras luchando por la supervivencia todo el tiempo. Una vez más, tendrás que reducir la energía en algún momento, ya que podría conducir al agotamiento.

Acciones positivas para ayudarte a controlar las emociones

Hay un número de acciones que puedes tomar que te ayudarán a manejar tus emociones. Muchas de ellas son muy generales, pero pruébelas porque puede que descubra que funcionan.

  • Ejercicio: esto libera sustancias químicas de recompensa y placer en el cerebro como la dopamina, que te hace sentir mejor. Estar en forma también te hace más saludable, lo que ayuda a manejar las emociones.
  • Sé amable con los demás, porque esto te ayuda a dejar de preocuparte por ti mismo.
  • Sé abierto y acepta lo que sucede a tu alrededor. Aprende a apreciar lo que está sucediendo y evita las críticas excesivas a los demás o a las situaciones. Esto está relacionado con la atención, que consiste en ser consciente de lo que está pasando en el momento.
  • Es bueno hablar. Pasa tiempo con otras personas y disfruta de su compañía.
  • Distraerse. Sí, realmente eres así de superficial. Ver un poco de televisión, leer o navegar por Internet probablemente te ayudará a olvidar que te sentías un poco deprimido.
  • No te rindas a los pensamientos negativos. Si te encuentras teniendo pensamientos negativos, entonces desafíalos buscando pruebas contra ellos.
  • Pasa tiempo fuera. Estar al aire libre, especialmente alrededor de la naturaleza, es muy útil para calmar las emociones. Hay pruebas de que necesitamos ver horizontes, así que si puedes subir una colina y mirar la vista, hazlo.
  • Sé agradecido. Agradece a la gente en persona por hacer cosas buenas por ti, y recuérdalo.

En definitiva, siempre puedes cambiar cómo te sientes. La clave es ser consciente de tu respuesta emocional, y entender lo que puede estar detrás de ella. De esa manera, puedes aplicar alguna razón a la situación.

Finalmente, me gustaría compartirte un vídeo que te ayudará a detectar de manera sencilla –esto es, a ponerles nombre– a esas debilidades que no terminamos de identificar e, incluso, a aquellas de las que no siempre somos conscientes. ¿Te atreves?

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