CRISIS STEM (O CTIM): ¿MITO O REALIDAD?

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CRISIS STEM

CARENCIA DE VOCACIONES Y PROFESIONALES

Hemos de admitir que los anglosajones tienen un sentido práctico que no solemos superar en otras latitudes. De algún modo, ya lo apuntaba Max Weber en su conocida obra “La ética protestante o el espíritu del capitalismo”. Ciertamente, transmitir conceptos es un aspecto crucial para la difusión del conocimiento y de la innovación en el mundo moderno. Y ahí la lengua inglesa muestra innegables capacidades.

El acrónimo STEM, referente a “Science, Technology, Engineering and Mathematics”, se ha impuesto en los últimos años para denotar los ámbitos del conocimiento que sostienen al moderno capitalismo postindustrial, propio de la sociedad de la información y del conocimiento. Y con tal acrónimo se ha difundido una preocupación: la “STEM Crisis” o carencia de vocaciones y profesionales en tales áreas entre la Generación Y de los milenials, esto es, los aproximadamente nacidos entre 1980 y 2000, y la aparente carencia vocacional en la Generación Z de los postmilenials, nacidos a partir de entonces.

¡Todo ello sintetizado en dos palabras!

Añade a la virtud del concepto el hecho que STEM significa ‘tallo’ o ‘tronco’ en inglés, enfatizando la referida función de soporte. Confío en la indulgencia del lector, por no haber sido capaz de encontrar mejor título plenamente escrito en la lengua de Cervantes. Al tiempo le sugiero una rápida búsqueda en Internet de “STEM Crisis”, cuyo resultado, sin duda, le persuadirá de que estamos ante un importante debate, al menos, en EEUU y el mundo anglosajón.

También en Alemania, aunque en este caso el acrónimo usado es MINT, donde la “I” se refiere a informática y la “N” a ciencias Naturales. Se ha propuesto la utilización en español del acrónimo CTIM, con idéntico significado pero que por sí nada significa en nuestro idioma. A mayores, como fácilmente mostrará un rápido ejercicio con un buscador de Internet, no encontrará gran cosa el lector bajo esa denominación, ni mucho menos estudios o estadísticas que le ayuden a entender la situación ni la posición, si es que la tienen, de autoridades y diseñadores de políticas públicas. De todas formas, en lo que sigue, utilizaré ambos acrónimos, STEM y CTIM, de forma indistinta.

PAÍSES LATINOS

Como suele suceder en cuestiones de gran alcance, la opinión no es pacífica. Hay quienes, efectivamente, afirman que no hay tal crisis o, al menos, que no tiene la relevancia que se le pretende atribuir. Sin embargo, son muchos los que piensan —pensamos— que, ciertamente, vamos a afrontar carencias profesionales en los próximos años por haber sido incapaces de estimular a los jóvenes en las disciplinas CTIM.

Lógicamente las manifestaciones y efectos de tal crisis serán diferentes en las distintas sociedades, según sea su estructura productiva. Tristemente los países latinos, en general, y España, en particular, muestran una sostenida incapacidad de procurar empleos atractivos para tales profesionales por su falta de desarrollo industrial. De modo que, aunque experimentando también la caída vocacional en disciplinas STEM, surten las carencias de profesionales en otros países con mayor desarrollo de la economía del conocimiento. ¿Significa ello que los países latinos no deben preocuparse por la crisis CTIM? En absoluto. Como intentaré argumentar, se exponen a una futura carencia profesional que amenazará con lastrar sus expectativas de desarrollo económico.

Hemos de reconocer que es, cuando menos, paradójico, que nuestra sociedad, dependiente de la ciencia y la tecnología hasta unos extremos inimaginables hace sólo pocos años, pueda estar preocupada por una escasez de profesionales CTIM. Sin embargo, creo que es fundamental analizar las características psicosociales de cada generación de jóvenes para adecuar la oferta formativa profesional a sus preferencias y expectativas. Dicho de otro modo: si queremos tener jóvenes motivados en disciplinas de innegable interés para su futuro profesional, para la futura prosperidad económica y, por cierto, para el aseguramiento de nuestras pensiones, hemos de reconocer que el mundo en el que desarrollan su juventud es muy diferente al que fue el nuestro.

SITUACIÓN PARADIGMÁTICA DE LAS INGENIERÍAS

Especialmente llamativo me parece el caso de las ingenierías, cuyo estudio en España siguió desde sus inicios, a mediados del S. XIX, y durante todo el S. XX un modelo inspirado en las Grandes Écoles francesas. De hecho, el acceso a las entonces llamadas Escuelas Especiales era en extremo complicado. En los años cincuenta del siglo pasado, los jóvenes estudiantes tenían que hacer un durísimo examen de ingreso, que preparaban en academias extrauniversitarias, acceso que a partir de los años sesenta se llevó a cabo mediante cursos selectivos universitarios, también de extraordinaria dureza.

Todavía en los años ochenta persistía en las escuelas técnicas superiores de ingeniería esa mentalidad de hacer particularmente duros los dos primeros cursos con un objetivo selectivo. Recuerdo muy bien la consulta que mis padres cursaron a un amigo, profesor de Universidad, en relación a mi aspiración de cursar estudios de Ingeniero de Telecomunicación, en aquellos momentos sólo existentes en Madrid y en Barcelona, y, sobre todo, su respuesta:

“Más que una carrera universitaria va a hacer una

carrera de obstáculos” 

Es cierto que entonces había una oferta de plazas universitarias muy inferior a la actual, pero, aún con todo, esto no explica la alta demanda relativa que tenían las ingenierías, tanto más considerando el carácter fuertemente disuasivo que el ingreso y primeros cursos podía tener para muchos estudiantes.  Ello contrasta con la situación actual, donde el ingreso en las ingenierías ha dejado de ser una barrera, y ya no existe ese propósito selectivo en los primeros cursos. Buena muestra son las bajas calificaciones exigidas en la actualidad en España, de forma muy generalizada, para el acceso a tales carreras, si uno las compara, por ejemplo, con los estudios de medicina o de enfermería. Indudablemente, esto es manifestación de una baja demanda relativa de los estudios de ingeniería. La cuestión es:

¿Por qué han dejado de ser sexys las ingenierías?

VÍAS AFERENTES

Hay que considerar que el modelo tanto de las Grande Écoles como de las Escuelas Especiales era sustancialmente elitista, no sólo por la dificultad en el acceso, sino también por conferir una elevada reputación social a los ingenieros, profesionales necesarios para la modernización de las infraestructuras del país y cuyo número era escaso.

Los nuevos puentes, carreteras, medios de locomoción y de telecomunicación, industrias y demás elementos del capitalismo industrial le daban un protagonismo especial, en sociedades mayormente campesinas y proletarias, a los profesionales que los hacían posibles. Indudablemente había un aliciente especial en ser ingeniero, y ello servía de estímulo a los jóvenes aspirantes. No podemos olvidar tampoco que el sistema de valores de las sociedades occidentales era razonablemente homogéneo, conformado por la realidad más local de cada cual y por unos medios de comunicación limitados tecnológicamente en su número y en su capacidad de difusión.

Recuerdo perfectamente cuando llegó a Canarias la Segunda Cadena de TVE. Hasta entonces todos los chicos y chicas de mi generación comentábamos con los compañeros del colegio los mismos programas televisivos, pues no había opción para que todos no viéramos los mismos. Teníamos menos vías aferentes de socialización: nuestros padres, familiares y compañeros, conversaciones telefónicas con esos mismos compañeros, para desesperación de nuestros padres (no había tarifas planas, sino que se pagaba por hablar), uno o dos canales de televisión, la radio, unas pocas opciones en las carteleras de los cines, y la lectura, bien fuera de novelas, bien simplemente ojear el periódico y revistas.

¡Incluso escribíamos cartas!

Sí, esas que se escribían en varias hojas de papel y se introducían en un sobre con un sello, para después llevarlas a un buzón y que el receptor las leyera una semana más tarde. A estos medios se les han unido una oferta infinita de canales de televisión, la posibilidad de ver todas las películas imaginables, de escuchar toda la música o la radio (no sólo emisoras locales) desde cualquier sitio donde se esté, la interacción continua a través de las redes sociales digitales, en un formato plenamente multimedia, intercambiándose voz, texto, imágenes, vídeos… Tristemente, no parece haber habido un paralelismo con el voraz consumo de tales contenidos, al compararlo con la lectura y la escritura mínimamente reflexiva.

LA CRISIS CTIM O STEM

Nuestra sociedad es sumamente heterogénea, dinámica, inmediata y provisional, en un grado que dudo que alguien pudiera concebir hace quince años. Pensar que las motivaciones, planteamientos y pensamientos, que antaño llevaban a los jóvenes a tomar ciertas decisiones, pueden trasladarse al día de hoy es una quimera condenada al fracaso. Se vive a ritmo de whatsapp. Cierto, no me gusta la cultura de la inmediatez superficial y de la provisionalidad más fugaz, pero hemos de atender a la realidad de nuestro tiempo y no a otra. Tenemos que aprender a gestionar esta realidad para aprovechar su enorme potencial, y evitar, en la medida de lo posible, sus inconvenientes. Y, como en los restantes aspectos de la vida, esto tiene y tendrá un efecto directo en el sistema educativo al condicionar la aproximación que nuestros jóvenes van a realizar a sus estudios.

Cuando uno revisa las posiciones relativas a la crisis STEM, halla posturas encontradas en cuanto a la futura carencia de profesionales con tales capacidades. Sin embargo, hay un punto de acuerdo prácticamente absoluto:

Las capacidades CTIM, en general, y digitales, en particular, del conjunto de la población y de los estudiantes son muy inferiores a las que serían deseables en una sociedad del conocimiento.

Hay una aparente falta de curiosidad científica y tecnológica entre los jóvenes (y entre muchos mayores), si bien usan constantemente una tecnología sumamente avanzada. ¿Cómo es posible? La razón es simple: Las modernas tecnologías son enormemente sofisticadas, pero su uso es muy sencillo y adictivo. Tenemos en nuestras manos dispositivos tecnológicos de una inmensa complejidad, pero cuyo manejo es trivial y viciosamente entretenido. Esa es, de hecho, la clave de su éxito. Y es ese uso superficial y simplón el que convierte la realidad en lesivamente provisional, inmediata e irreflexiva, sin perjuicio de que las formas de relación e interacción social, actuales y futuras, nunca serán comparables a las de un pasado por el que no debemos de sentir nostalgia. Simplemente (como vemos, no lo es tanto) tenemos que entender y saber gestionar la revolución tecnológica. El sistema educativo es clave para el éxito.

Pienso que tenemos no una, sino tres, crisis STEM o CTIM, que no debemos confundir:

1

Falta de cualificación CTIM del conjunto de la población, particularmente de los jóvenes.

2

Aparente caída en la demanda de estudios CTIM, con la consecuente reducción de estos profesionales.

3

Riesgo en el futuro próximo de que las empresas no encuentren suficientes profesionales CTIM, con el consecuente impacto en el crecimiento económico.

FALTA CONOCIMIENTO GENERAL STEM/CTIM

Personalmente pienso que la más preocupante es la primera de las tres crisis mencionadas. Si vivimos en una sociedad de la información construida sobre la ciencia y la tecnología, casi resulta una afirmación tautológica decir que el conjunto de la población debiera tener unas capacidades mínimas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, con especial atención a las tecnologías digitales. Pero hay una falta de conocimiento generalizado en nuestra sociedad en cuanto a sus fundamentos más elementales.

Habríamos de entender que la ciencia y la tecnología forman parte de la cultura de nuestro tiempo, que necesitamos conocerlas si queremos convivir con ellas adecuadamente. Y no me refiero a los profesionales directamente vinculados a estos campos. Me refiero a todas y cada una de las personas. Una cualificación mínima en matemáticas y finanzas es necesaria para sobrevivir como simple consumidor en la economía moderna ¿O no es importante entender la hipoteca que se firma para comprar la vivienda familiar? ¿O ser capaz de evaluar con un mínimo rigor la marcha y perspectivas del propio negocio? ¿O cómo invertir los ahorros?

También es importante tener un conocimiento básico que permita tener una posición propia ante cuestiones bioéticas, intrínsicamente complejas, que pone ante nosotros la moderna biotecnología. Y para tener un criterio en relación a cuestiones como el suministro energético, las opciones que lo hacen factible y los costes económicos y medioambientales que comportan. ¿Acaso no tenemos que enfrentarnos a información compleja relativa al estado de salud nuestro o de nuestros familiares? La toma de decisiones informadas, absolutamente determinantes para las personas y la sociedad, necesita una mínima formación que permita entender la situación que se nos presenta ante los ojos. Todo ello, por cierto, con una implicación práctica innegable para favorecer o impedir unos modelos económicos en relación a otros a través del debate público y político.

Probablemente una de las cuestiones más contradictorias de nuestro tiempo es el bajísimo grado de cualificación digital de la mayor parte de la población, también de nuestros jóvenes. ¡Pero si mis hijos están constantemente chateando! ¿Cómo no van a tener destrezas digitales? ¡Si son nativos digitales!

ANALFABETOS FUNCIONALES DIGITALES

Cierto, son nativos digitales y seguro que no se despegan del terminal móvil. Pero con elevada probabilidad son también analfabetos funcionales digitales. Igual que quien une palabras sin entender lo que lee, y sin capacidad de escribir sus pensamientos con una mínima consistencia, está en el límite del analfabetismo convencional, quien es capaz de twitear, whatsappear, poner un post en Facebook, o interactuar en Instagram y no es capaz de entender mínimamente el alcance, posibilidades y riesgos de esas herramientas está también en el límite del analfabetismo, en este caso digital.

Y es simplemente porque están perdiendo una inmensa gama de posibilidades para aprovechar más y mejor las posibilidades de la sociedad de la información, sin exponerse a sus riesgos, que también los tiene. Las tecnologías de la información ofrecen enormes posibilidades para el ocio, el trabajo, los negocios, las relaciones sociales, la educación, el aprendizaje… pero también pueden convertir a sus usuarios en seres superficiales, reactivos a una infinitud de continuos estímulos sucesivos, inconexos e irrelevantes y, consecuentemente, en personas incapaces de centrar la atención ni la reflexión.

No se puede pensar a ritmo de whatsapp

Simplemente, nuestra especie no ha sido moldeada por la evolución para ello. Y si admitimos que será necesario pensar, ahora y en el futuro, como lo ha sido desde que el ser humano está sobre nuestro planeta, me temo que es importante mejorar nuestra relación con los medios digitales y, especialmente, la de los jóvenes, por cuanto serán los más afectados al tener más por delante y menos por detrás. Sin duda, esta falta de capacitación digital del grueso de la población es otra preocupante carencia CTIM.

RELEVANTES PARA TODAS LAS PERSONAS

A las razones ya apuntadas hemos de añadir que las disciplinas CTIM permean el conjunto de la actividad profesional. Todo el mundo, por ejemplo, necesita desarrollar unas destrezas digitales suficientes para desarrollar su trabajo en cualquier campo profesional. En la sociedad de la información, las tecnologías digitales son relevantes para todas las personas.

Unos mínimos conocimientos matemáticos, y cierta sensibilidad tecnológica general son igualmente esenciales. Las nítidas fronteras entre la industria y los servicios están cada vez más difuminadas en la moderna sociedad de la información y del conocimiento. Creo no equivocarme al afirmar que la economía será cada vez más la gestión de intangibles, interrelacionados mediante intrincadas redes de servicios geográficamente distribuidas y basados en nuevos conceptos como el “big data” (afluencia masiva de datos) o la “Internet de las cosas” (redes de sensores omnipresentes), que harán posible todo tipo de elementos sustantivos adjetivados con inteligencia: ciudad, ocio, aprendizaje, trabajo, empresa, industria, agricultura, energía, transporte, salud,… por supuesto todos ellos inteligentes.

APRENDIZAJE PERMANENTE

Todo esto queda puesto de manifiesto en la nueva Agenda Europea de Capacitación, adoptada en junio de este año por la Comisión Europea, así como por los informes de la OCDE relevantes al efecto: PISA y PIAAC, que evalúan a menores de quince años y a adultos en cuanto a capacidades relevantes. Otros informes que muestran comparaciones internacionales a tener en cuenta son los del Boston College, TIMSS y PIRLS, relativos a capacidades de estudiantes preuniversitarios en matemáticas y ciencias, el primero, y lenguaje, el segundo. De hecho, la falta de conocimientos CTIM es una faceta de un problema mayor. Como afirma la Agenda Europea de Capacitación:

“70 millones de europeos carecen de capacidades de lectura y escritura suficientes, y aún más tienen escasas capacidades numéricas y digitales, situándolos en riesgo de desempleo, pobreza y exclusión social (…) Pocas personas tienen la mentalidad y capacidades para comenzar sus propios negocios”.  Y continúa “Las capacidades digitales son necesarias en todos los trabajos, desde los más sencillos a los más complejos”.

La adquisición de competencias y capacidades adecuadas es esencial para conseguir unos mercados de trabajo inclusivos, en los que cada cual pueda integrarse conforme a su nivel de cualificación. Además, esta adquisición ha de ser continua a lo largo de la vida, habida cuenta de cuan cambiante es la tecnología y la sociedad, y llevada a cabo por una combinación de cauces formales e informales. Ello ha motivado la identificación de diversos marcos de referencia y recomendaciones por parte de la Comisión Europea, referentes a competencias y cualificaciones para el aprendizaje permanente, las capacidades digitales o las de emprendimiento.

Con el impulso de la nueva Agenda Europea de Capacitación se están renovando los marcos de referencia, y ampliándose las recomendaciones de la Comisión. Es muy importante señalar la importancia que en la actualidad prestan los empleadores a capacidades que no son específicas de un trabajo concreto, tales como la capacidad de trabajar en equipo, el pensamiento creativo y la resolución de problemas. Entiendo que esto debiera hacernos reflexionar en relación a la inmediatez que a veces se pretende que tenga la formación reglada adquirida, para considerarse adecuadamente adaptada a las necesidades del mercado laboral.

Realmente en un entorno tan sumamente dinámico como es el actual, y el previsible en el futuro, la resiliencia del profesional ante los cambios, con la consecuente capacidad de aprender, debiera ser un objetivo irrenunciable del sistema educativo. De ello dependerá, en muy buena medida, el éxito de cualquier esquema de flexiseguridad laboral que se promueva para mejorar el empleo de calidad y la competitividad.

POCOS ESTUDIANTES STEM/CTIM

La segunda crisis, el bajo número relativo de solicitudes para cursar disciplinas CTIM, es, por un lado, corolario del problema anterior. Si no hay suficiente difusión social de los fundamentos de la ciencia y la tecnología, faltará un conocimiento esencial para que nuestros jóvenes puedan optar por disciplinas STEM. Pero pienso también que es esencial adaptar la oferta formativa a la actual realidad psicosocial. Probablemente sea conveniente invertir ciertos cauces formativos, mostrando, de antemano y de forma intuitiva, el potencial del resultado tecnológico, lo que podrán hacer como profesionales, y profundizando después en la sofisticación.

Como ya he dicho, en las ingenierías el procedimiento didáctico ha sido tradicionalmente el opuesto: mucha teoría al principio, con una dificultad a veces buscada con propósito selectivo, y las aplicaciones al final, siguiendo una metodología secuencial y constructiva. Ese paradigma educativo es incompatible, en mi opinión, con el perfil psicosocial de nuestros jóvenes, acostumbrados a la inmediatez y a tener en sus manos auténticos prodigios tecnológicos, aunque sólo sea como usuarios básicos. Necesitamos hacer un gran esfuerzo en innovación docente para presentar los resultados antes que los medios para conseguirlos.

Es la visión inicial del resultado lo que motivará al estudiante a hacer los sacrificios que necesariamente comporta aprender los fundamentos y medios técnicos para hacerlo posible, pues tendrá claro cuál es el objetivo. Esto es así, por supuesto, tanto en educación secundaria como universitaria. Además, este proceder es mucho más natural en un sistema educativo que se pretende modular, que debe favorecer la progresión académica y la formación continua. Un sistema complejo puede estudiarse construyéndolo a partir de sus componentes, o viéndolo, como un todo y desmenuzándolo según se avanza.

En la primera forma los árboles no dejan ver el bosque, y nuestros estudiantes ya los tienen sumamente frondosos al alcance de su mano. El enfoque sistémico, por el contrario, permite aproximaciones sucesivas, desde la que hace el usuario, pasando por el técnico y el ingeniero, y llegando al científico aplicado o básico.

FORMACIÓN PROFESIONAL

No podemos ignorar tampoco que continúa habiendo una brecha de género en las disciplinas CTIM, particularmente en las ingenierías. Las profundas raíces socioculturales de esta circunstancia deben ser identificadas y neutralizadas. Hacer atractivas los estudios STEM a las mujeres jóvenes es un reto inaplazable que tenemos, con objeto de que haya un efectivo equilibrio de género en los mismos.

Otro factor frecuentemente mencionado es la progresión profesional de quienes optan por carreras CTIM, frecuentemente más limitada que la de otros profesionales. De hecho, en la alta gestión se encuentran relativamente pocas personas que hayan realizado carreras STEM.

Probablemente, no se ha prestado en los estudios de estas disciplinas la atención necesaria a la adquisición de capacidades de gestión, que proporcionen un conocimiento básico que, en el futuro, facilite el tránsito hacia áreas de gestión y dirección a tales profesionales.

De hecho, un argumento recurrentemente utilizado por quienes dudan de una crisis STEM es, justamente, que no suben los salarios en la manera que sería de esperar si tales profesionales fueran realmente escasos. Por otro lado, parece evidente que personas con una formación científico-técnica sólida, y que también tuvieran capacidades de gestión y destrezas de relación debieran de ser sumamente atractivos en los mercados laborales actuales.

Es muy importante advertir que las disciplinas STEM están también presentes en la Formación Profesional. De hecho, es particularmente preocupante el bajo número de estudiantes CTIM de este nivel formativo, y cuyo concurso es esencial para desarrollar de forma equilibrada la sociedad del conocimiento. Justamente por ello, la nueva Agenda Europea de Capacitación presta una especial atención a estimular los estudios CTIM en los ciclos de Formación Profesional, otorgándoles la reputación que merecen.

Vemos, pues, que la combinación de todos estos factores podría explicar por qué han dejado de parecer sexys las carreras STEM. Factores, psicosociales, didácticos, de género, de percepción social, de método docente, de modularidad formativa, de progresión profesional, conforman una visión no especialmente atractiva para los jóvenes estudiantes de nuestro tiempo.

FALTA DE PROFESIONALES STEM/CTIM

En cuanto a la falta de profesionales STEM, ya hemos comentado la discrepancia en puntos de vista. El análisis es más complejo si incluimos en la valoración países que, de por sí, tienen una gran dificultad para proporcionar empleos CTIM. En primer lugar, debemos plantearnos qué es realmente una profesión STEM. ¿Cómo la distinguimos de otras que, como casi todas, necesitan profesionales con ciertas destrezas en alguna de tales disciplinas? Una vez hecha tal delimitación, ¿una oferta baja de empleos CTIM en un ámbito territorial concreto, debe suponer una baja oferta formativa en tales disciplinas? ¿en todos los niveles de cualificación?

No hay un consenso en cuanto a los límites precisos de las profesiones CTIM. Por ejemplo, la NSF (National Science Foundation) norteamericana hace una definición sumamente inclusiva, incorporando las ciencias sociales a la definición de ciencia. Sin embargo, en un reciente informe del Parlamento Europeo, se excluían las ciencias sociales, y la medicina, restringiéndose el concepto a las ciencias naturales (ej.: física, química, biología…), matemáticas, ingenierías, arquitectura e informática.

Lógicamente, ello tiene una incidencia en cuanto al alcance de la crisis. Por ejemplo, las ciencias de la salud mantienen en España una muy elevada popularidad. También es importante señalar que profesionales STEM son todos los que en cualquier nivel formativo trabajan en tales campos, teniendo un papel muy importante la Formación Profesional y los técnicos egresados de la misma, como reconocen multitud de informes.

Sin embargo, con frecuencia, parece que la cuestión sólo atañe a los profesionales con cualificación universitaria, valoración, como hemos dicho, incorrecta. Es más, un esquema de formación continua a lo largo de la vida profesional, debe facilitar el tránsito entre niveles formativos, y la actualización, por medios formales e informales, dentro de cada uno de ellos, con objeto de proporcionar capacidad de adaptación a los trabajadores en mercados enormemente innovadores y dinámicos. La destrucción creativa, avanzada por Schumpeter y que vivimos en la actualidad de forma acelerada, lo hace necesario, ante el inevitable desplazamiento de sectores e industrias que la innovación y el cambio tecnológico comportan. 

Es conveniente advertir que las sociedades con mayor nivel de desarrollo industrial y tecnológico, con oferta vacante de empleos STEM, captan a muchos de los que les faltan en otros mercados de trabajo. La política de visados norteamericana y europea para trabajadores con una alta cualificación atiende a este razonamiento. Dentro de la Unión Europea, hay un transvase de profesionales conforme a la libre circulación de trabajadores. A nadie se le escapa el riesgo de fuga de cerebros que sufren las sociedades incapaces de darles empleo adecuado a su cualificación. Tristemente, el esfuerzo y coste formativo se asume principalmente en territorios que después no lo aprovechan. Pero, ¿es la solución escatimar una formación especializada?

VERSATILIDAD Y RESILIENCIA DE LOS PROFESIONALES

Indudablemente hay un desequilibrio territorial entre oferta y demanda de trabajos CTIM. Sin embargo, como ha puesto de manifiesto el mencionado informe del Parlamento Europeo, incluso en sociedades duramente golpeadas por el desempleo, como es el caso de España, Grecia y Portugal, el empleo STEM tiene una elevada demanda. Sin embargo, a nivel nacional, los desequilibrios regionales pueden ser muy importantes. Por ejemplo, Canarias destruyó durante parte de la crisis económico-financiera empleos CTIM más rápidamente que en el conjunto de los sectores, tal y como refiere su Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3) para el periodo 2014-2020.

En mi opinión, incluso las regiones con mayores dificultades de absorción de profesionales STEM deben mantener e incrementar el esfuerzo en su formación, preocupándose, además, de forma muy especial porque las competencias y capacidades formativas sean las adecuadas. ¿Adecuado quiere decir necesariamente especializado a la estructura productiva del territorio?

El esfuerzo y coste formativo se asume principalmente

en territorios que después no lo aprovechan

Pienso que la clave a la respuesta es la versatilidad y capacidad de adaptación de los profesionales, en un entorno laboral donde el cambio tecnológico y la innovación van a ser la norma. Además, la movilidad es una característica esencial de las sociedades modernas en una economía globalizada. Ningún nuevo egresado debiera pensar que los conocimientos que necesitará, dentro de veinte años, en su tarea profesional están ya incluidos en los estudios que acaba de finalizar. Indudablemente, su formación debe permitirle incorporarse a un puesto de trabajo, en el que deberá aprender cuestiones específicas del mismo, y tendrá que haber desarrollado la capacitación necesaria para adaptarse a los puestos de trabajo actuales y futuros, justamente porque sea capaz de aprender a través de medios formales e informales. El cambio tecnológico no se va a parar. Todos tendremos que seguir aprendiendo. Además, con toda probabilidad cambiará varias veces de empleo a lo largo de la vida, lo que demandará esfuerzos de adaptación a las nuevas realidades, cuestión que, sin duda, los empleadores cada vez valoran más.

En todos los territorios deben formarse profesionales que, razonablemente, tengan las capacidades para adaptarse a las necesidades futuras del mismo. Mayores niveles de cualificación en muy buena medida significarán mayores capacidades de adaptación. Ello será aprovechable en la propia empresa, o en otra, en el propio territorio, o en otro. Lo que está claro es que la escasez de profesionales con tales competencias lastrará el desarrollo de cualquier región. Y tales competencias deben venir acompañadas de una significativa presencia de conocimientos de ciencia, tecnología ingeniería y matemáticas, porque la economía moderna, de un modo u otro, los demandará ahora y en el futuro.

Tales conocimientos aumentarán la versatilidad y resiliencia de los profesionales, sin duda, sin olvidar que habrán de estar acompañados de otro tipo de habilidades y conocimientos, como leer, escribir y hablar correctamente, contar con una cultura general, tener capacidad de gestión y de trabajo en equipo, entre otras.

Justo lo que un sistema educativo,

en sus distintos niveles debe proporcionar


PARA SABER MÁS

Charette, Robert N. The STEM Crisis is a Myth, IEEE Spectrum, Agosto 2013.

Rosen, Linda. The Truth Hurts: The STEM Crisis is not a Myth, The Huffington Post, Noviembre 2013.

US Department of Labor. STEM Crisis or STEM Surplus? Yes and Yes, Monthly Labor Review, Mayo 2015.

Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos (PIAAC).

Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA).

Boston College. TIMSS & PIRLS.

Parlamento Europeo. Encouraging STEM Studies for the Labor Market, Marzo, 2015

Comisión Europea.

Marco Europeo de Cualificaciones.

Una Nueva Agenda de Capacidades para Europa, Junio 2016.

Capacidades y Empleos Digitales, Junio 2016.

Competencias Emprendedoras, 2016.

Competencias clave para el aprendizaje permanente, 2006.

Estadísticas relativas a educación

OCDE

EUROSTAT

Instituto Nacional de Estadística

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España

Inmigración de trabajadores altamente cualificados

Unión Europea.

Tarjeta Azul.

Green Card.

Ruiz Alzola, Juan. Blog Labor Omnia Vincit.

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