Capítulo VI
Control de la respiración
(PARTE – 2/3)
Cantantes, actores, expertos oradores y locutores profesionales, respiran de manera costo-diafragmática abdominal. ¡No, por favor, no se preocupe por el nombre!, se lo he consignado a título informativo. No pretendo ser terapéuticamente exhaustivo, ni entrar en profundidades logopédicas; tan solo informarle de que este tipo de respiración va a facilitarle, entre otras cosas, una buena ventilación de los pulmones.
Permitiéndole que su voz fluya sin esfuerzos ni presiones adicionales y, como con este método no se elevan las clavículas ni el pecho al captar el aire, producirá un sonido equilibrado y controlado por usted mismo; consiguiendo que no aparezcan posibles tensiones molestas en los músculos de las zonas del cuello y de los hombros que afectarían negativamente al conjunto de su aparato fonador y, en definitiva, a la calidad resultante de la proyección sonora.
Cuando inicie los ejercicios respiratorios, al inspirar, hágalo concentrándose en dirigir el aire hacia su abdomen; como si quisiera colocarlo bajo el diafragma; debe notar que su vientre se hincha y aumenta de tamaño a la par que controla atentamente que sus hombros, tórax y pecho, no se desplazan hacia arriba.
Este último gesto, caso de producirse, indicaría que está colocando el aire en la parte superior y, le recuerdo, que la presión ejercida por los músculos superiores, los hombros y el cuello, como consecuencia de un efecto similar al que produce un fuelle al desinflarse, provocaría la inmediata expulsión del aire y afectaría negativamente al tono y a la calidad de la voz emitida.
Una buena práctica para afianzar este ejercicio es repetirlo cuando esté acostado, tumbado boca arriba; en esa posición, el estado de relajación que se alcanza le ayudará a ejecutarlo de manera más plácida, natural y equilibrada. Lógicamente, cuanto más entrene, mayor dominio, así que de usted depende que su control y destreza le llegue más pronto que tarde.
Terminada la inspiración, antes de expulsar el aire, reténgalo conscientemente durante un instante; haga una pequeña pausa y, manteniendo la concentración, encuentre la comodidad anatómica y el equilibrio mental que garantice que es usted quien está dominando la respiración, con autocontrol, y no al revés.
Tras estos breves segundos, espire el aire con la mayor suavidad que sea capaz de realizar, regulando su expulsión, sintiendo que sale al exterior porque es usted quien ejerce una leve presión de su abdomen. Este movimiento facilita que el diafragma vaya retornando poco a poco a su posición natural, mientras va expulsándose –de manera relajada y controlada- el caudal completo de aire.
A medida que usted vaya experimentando avances progresivos en el dominio y el control de los ejercicios respiratorios, y con el objeto de que escuche y sienta la salida del aire, acompañe la espiración incorporando los sonidos de las cinco letras vocales, procurando mantener un nivel de volumen estable y continuado de la voz, percibiendo así, sensorialmente, los efectos físicos y las vibraciones sonoras que produce el aire al salir de su cuerpo.
Los ejercicios de entrenamiento de las diferentes técnicas aplicadas, en general, le ayudan a un mayor progreso cuando los hace bajo un estado de máxima concentración, pensando y controlando cada movimiento mientras los realiza.
(Continúa en el Capítulo VII)