Durante estos últimos años el concepto Acoso Escolar ha tomado fuerza dentro de nuestra sociedad.
AGRESIONES FÍSICAS
INTIMIDACIÓN
AGRESIONES VERBALES
MARGINACIÓN
EXCLUSIÓN
Son las acciones fundamentales (i.e.: agredir, intimidar, marginar, excluir) que, tanto los acosadores como los espectadores o acosadores pasivos, ejercen contra la víctima. Estos aspectos, aunque muy importantes, son solo factores superficiales y externos. Una acción que –muchas veces– se utiliza sin que seamos realmente conscientes del daño que se puede ejercer. Y es que el mayor peligro no reside en esta acción misma, sino en las consecuencias futuras que tendrá para el niño o joven que lo sufre.
PREVENCIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO
A poco que indaguemos cómo funciona el acoso escolar, sabremos que la prevención es una herramienta necesaria, pero no suficiente para combatirlo. Con la prevención podremos detener algunos casos (en su momento incipiente o antes, incluso, de que sucedan).
Después de todo, una estrategia de prevención será «la toma de conciencia», ya que muchos casos se deben a la inconsciencia que hay entre los más jóvenes (por ejemplo, el daño que puede provocar en un compañero una broma que se utiliza de manera abusiva). Pero esta acción no será suficiente en sí misma, ya que no hará que los casos desaparezcan.
Hay un acoso subliminal que siempre ha existido dentro de las aulas y siempre existirá. Así que es necesario, no solo estar preparados únicamente para detectarlos, también para tratarlos.
OBSERVACIÓN PERMANENTE
El acoso requiere una
observación permanente
Detener un caso de acoso es el primer paso. Es una medida de urgencia. Pero es imprescindible un paso más. Si la acción solo se centra en ello y una vez que está «controlado», se olvida de él, será como «colocar una tirita encima de una puñalada».
El acosado continuará derramando sangre por la herida, no se curará. Sí, intentará seguir adelante por su cuenta, luchará con uñas y dientes por olvidar y empezar una nueva vida, pero los demonios de su pasado seguirán visitándole, abriendo una y otra vez esa cicatriz que se dejó a la intemperie y provocando un nuevo sangrado cada vez que tenga que enfrentarse a los obstáculos que, a buen seguro, volverán a aparecer.
«Aun no sabía que iba por el buen camino, que para avanzar muchas veces es necesario retroceder».
Mara, protagonista de Bajo mi Piel1
INDIVIDUO COMO PERSONA
Las consecuencias de sufrir el daño de sentirse acosado a edades tempranas pueden ser devastadoras.
Ya de por sí, el acoso encuentra un caldo de cultivo excelente en los jóvenes. Una edad en la que se está desarrollando el pensamiento abstracto, en la que, no solo están descubriendo que el mundo no es tan simple como creían, sino también en la que comienzan a formularse preguntas más metafísicas, más relacionadas con con el individuo como persona.
¿Quién quiero ser?
¿Qué es real?
¿El alma existe?
¿Dios existe?
¿Qué es lo que se supone
que está bien y qué está mal?
Los jóvenes empiezan a poner en duda cosas que, hasta entonces, no se habían planteado que pudiesen ser manera diferente. Su interior, su cerebro y su cuerpo, cambia rápidamente. Es la edad de investigar y probar cosas nuevas. Es necesario tratar de descubrir quiénes son, cuál es su papel dentro de la sociedad, cuál es su lugar en el mundo…
El ser humano, en todas las edades, es un ser puramente social, con un fuerte deseo de encajar entre sus iguales y en su entorno. En la adolescencia, la confusión crece y los límites se hacen, si cabe, mucho más difusos.
Ahora, imaginamos que un o una adolescente, metidos de lleno en esta etapa tan «súper complicada» de la vida, es excluido sin contemplaciones de la única sociedad donde cree que se puede descubrir a sí mismo: la de su entorno y con sus iguales. Es más. No solo eso, sino que esos compañeros, con los que ha convivido durante tanto tiempo, remarcan los aspectos que el contexto y el grupo consideran «negativos» de su persona y los utilizan siempre que les parece oportuno, en su contra.
INCLUSO EN TUS SUEÑOS
«No consigo adaptarme, soy como la pieza rota de un puzzle que no existe».
Mara, protagonista de Bajo mi Piel.
Eres un patoso.
¡Manos de gelatina!
¡Pero qué inútil! A este chico le falta un hervor, seguro!
¡Ey! ¡Tú! ¡Cortito! Aquí no haces nada, así que ¿Por qué no te vas a la mierda y nos dejas tranquilos a todos? Estaríamos mucho mejor sin ti.
Estos son solo algunos ejemplos suaves de las palabras que pueden escuchar las víctimas de acoso. ¿Os imagináis lo que tiene que ser que te pisoteen de esta manera todos los días, cada segundo de tu existencia? ¿Y lo que es no poder escapar del veneno que destilan los insultos de tus compañeros?
No es solo que sigan hostigándote a través de llamadas, mensajes y redes sociales, es que llega un momento en el que la sensación de que están hablando de ti a tus espaldas no se despega de tus entrañas, sus voces se incrustan en lo más profundo de tu ser y resuenan sin compasión en tus oídos, incluso en tus sueños.
La autoestima del acosado es destruida y su personalidad quebrada. Ya no se atreve a ser él mismo porque «le hacen creer» que su verdadero yo es repugnante, así que lo esconde en lo más recóndito de su mente y se refugia tras una escudo que refleja lo que se supone que quieren ver los que le rodean. Un mecanismo de protección que se transforma en autodestructivo del yo, que provoca la pérdida de tu identidad, e incluso, provoca la sensación de haber perdido la capacidad más íntima de todas: el sentir.
La capacidad de socializar con los demás se vuelve nula. Ya no se fía de nadie, ve demonios donde quiera que vaya y a duras penas es capaz de mantener una conversación. Amén de las posibles consecuencias que puede llegar a tener a nivel físico y psicológico: caída de pelo, parálisis, mutismo, ataques de pánico, estrés post-traumático…
«Me iba apagando más a cada segundo que pasaba ¿Hasta cuándo podría soportarlo sin romperme en pedazos?»
Mara, protagonista de Bajo mi Piel.
AUTODESTRUCCIÓN
Acosador de su propia persona
El acoso no acaba cuando se pone fin al acto de acoso, solo acabará una vez que ese chico consiga salir de la espiral de autodestrucción en la que se ha quedado atrapado. Porque ha llegado a un punto en el que se cree que las palabras de sus compañeros son ciertas, la culpabilidad le aplasta y él se convierte en el acosador de su propia persona.
1 Nidia Represa Martínez publicó la novela Bajo mi Piel en Marzo de 2016, una novela basada en el acoso escolar donde se puede experimentar lo que es sufrir el acoso escolar a través de los ojos de Mara, la protagonista.