CENTRAL DE INTELIGENCIA
Digámoslo claro y de una vez por todas, el móvil no es principalmente un teléfono sino un ordenador de bolsillo. Más aún, una Central de Inteligencia de Bolsillo. Yo lo llamaría así. El problema es que la inteligencia resida sólo en el aparato. Y es posible que muchos jóvenes no se hayan dado cuenta de todo lo que llevan encima. O sea, libros, agenda, calendario, calculadora, cámara (¡cómo no!), bloc de notas, navegador… Bueno, esto último seguramente sí.
Otro problema es que no es sólo un objeto de consumo sino también, consumidor. En la escuela o en casa seguramente hay wi-fi y enchufes, pero los consumos vienen de muchos lados, a veces ignotos. En fin, capeamos con eso. Pero la inteligencia no viene de serie y podemos aprovechar que es un aparato que les conecta con el mundo para aumentar su inteligencia y su conciencia.
En primer lugar podemos empujarles a tomar notas complejas para incluir en sus trabajos. Mostrarles que la personalidad reside mucho más en su manera de ver las cosas que en su aspecto o sus deseos primeros. Hagámosles anotar, que se den cuenta de que hay aplicaciones para escribir y en algunas pueden incorporar dibujos o fotos. Impresiones de un libro o de una obra de arte, listas de palabras para consultar, preguntas a hacer, tareas que faltan, pensamientos ocasionales. Raramente llevarán libreta o lápiz encima, pero seguramente sí su central de inteligencia de bolsillo (bueno, tal vez el nombre sí es demasiado largo). El momento de los diálogos en clase es bueno para sacar tu CIB (‘centro de inteligencia de bolsillo’). Posiblemente el medio distrae mucho. Tal vez un buen «deber de casa» sea pasar los apuntes personales en una libreta mejor ordenados. Hacerle ver a un joven que la regularidad, la profundidad de los pensamientos, el orden dado a los materiales y la pulcritud, originalidad y consultabilidad del escrito es la mejor presentación de sí mismo, es decir, su mejor evaluación. Una manera de darte cuenta de que tu progreso es tuyo. Que tú eres la inteligencia de tu OB (ordenador de bolsillo).
No es sólo un objeto de consumo
sino también, consumidor
El gran logro de la escuela no será que los chicos aprendan a obtener información, sino que quieran obtener información. Si queremos que busquen información sobre China, por ejemplo, tendremos que conseguir que deseen hacerlo y que tengan pistas sobre lo que es deseable saber al respecto. Incluso que cada uno se haga preguntas propias. No es imprescindible. También pueden constituir una agencia de información de aula que elabore informes por encargo. Pero acabarían siendo más inteligentes que conscientes y eso no sería bueno para el mundo en general.
No es difícil imaginar lo que piensa un joven que le sonría a su «cajita» sentado en el autobús. El reto es conseguir que de vez en cuando pongan caras de introspección, circumspección, ironía, atención lectora, pensamiento profundo… ¿Qué se ha hecho de los jóvenes que escribían poesías o canciones? Son el tipo de cosas que te vienen a la cabeza por el camino, cuando las imágenes te inspiran ideas. Justo el momento para tener a mano un OB… o sea un CIB…
Bueno, tal vez podemos seguir llamándole móvil,
que no necesita siglas